«El país más perjudicado por el 'Brexit' es el propio Reino Unido»
José García Solanes. Catedrático emérito de Análisis Económico de la Universidad de Murcia
Con datos de enero-diciembre de 2020 (los últimos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo), las exportaciones de la Región de Murcia representan el 3,8% de las exportaciones españolas. Alrededor del 50% de las exportaciones murcianas se dirigen a países de la zona euro mientras que a los continentes asiático, americano y africano se destinaron el 10,9%, 10,4% y 9,2%, respectivamente.
Por países, los que compraron más productos murcianos el año pasado son Francia (13,9% del total de exportaciones), Alemania (11,5%), Reino Unido (9,5%) e Italia (8,7%). Las dos partidas de exportación de la Región de Murcia que más aumentaron con respecto a 2019 son alimentos, bebidas y tabaco (un incremento de 8,9%) y bienes de consumo duradero (2,8%). Las que más se contrajeron en el periodo enero-diciembre de 2020 son productos energéticos (-39,2%) y el sector del automóvil (-25,8%).
Claro que la pandemia provocada por el coronavirus no ha pasado desapercibida para este sector. Según el catedrático emérito de Análisis Económico de la Universidad de Murcia, José García Solanes, «hay dos problemas que han sido agudizados por la crisis sanitaria, y que reclaman soluciones urgentes en prácticamente todos los países. Por un lado, se ha producido un aumento alarmante de la desigualdad económica, y ello requiere medidas fiscales por parte de los poderes públicos para redistribuir la riqueza de modo más justo y solidario. Por otro lado, ha quedado en evidencia que los Estados han de ser mucho más ambiciosos y eficaces en la lucha contra el cambio climático. Las soluciones para ambos problemas requieren una mayor colaboración internacional. De no hacerlo, dentro de pocos años sufriremos consecuencias mucho más graves que las de la Covid-19».
«En la Unión Europea, los países miembros han adoptado medidas para evitar que sus empresas estratégicas caigan en manos de poderes económicos extranjeros»
–El último año ha sido convulso para la globalización, debido a la pandemia. ¿Cómo se ha visto reflejado en el sector de las exportaciones?
–La pandemia ha afectado gravemente a la cadena de suministros global. El cierre de fábricas en China, origen de la Covid-19, redujo drásticamente el comercio de componentes y de materias primas. Como consecuencia, en 2020 cayeron las exportaciones mundiales de mercancías (5,6%) y, sobre todo, las de servicios (15,4%). En España las exportaciones se redujeron más (11%), y en menor medida en la Región de Murcia (6,5%). Los efectos negativos sobre el crecimiento económico fueron también notables: el PIB se redujo 11% en España, y 10% en la Región de Murcia.
–¿Ha cambiado en algo la pandemia el modo en que nos relacionamos entre países?
–Prácticamente todos los países se han hecho más proteccionistas. En Estados Unidos, Trump rompió el Acuerdo de Asociación Transpacífico y el Acuerdo Comercial Transatlántico, que había negociado Obama, y elevó aranceles para reducir las importaciones de origen europeo y asiático. Además, adoptó medidas para repatriar empresas americanas que operaban fuera. Biden ha sido menos radical, pero ha promovido el 'compre bienes americanos'. En la Unión Europea, los países miembros han adoptado medidas para evitar que sus empresas estratégicas caigan en manos de poderes económicos extranjeros. También se han adoptado acciones de nacionalismo tecnológico y de patriotismo climático –gravamen a las mercancías producidas en el exterior con bajos 'precios de carbono'–, así como nuevos impuestos sobre los servicios digitales de empresas multinacionales.
–En Europa, además, se ha cerrado el Brexit. ¿A quién está afectado más, a Reino Unido o a España?
–Sin lugar a dudas, el país más perjudicado por el Brexit es el propio Reino Unido. Se ha estimado que el Brexit reducirá 5,11% el PIB británico, y más del 11% las exportaciones de ese país. Además, Londres perderá el privilegio de ser la plaza financiera más importante de Europa. El impacto (negativo) del Brexit sobre la economía española será más moderado: -1,5% en el PIB, y -1,7% en las exportaciones. Hay dos vías importantes por las que se transmiten estos efectos negativos a España: por un lado, la caída de la actividad económica en el Reino Unido, que reduce la demanda británica de bienes y servicios españoles y, por otro, la notable depreciación de la libra esterlina, que encarece los bienes y servicios españoles con respecto a los británicos.
–Parece que ya hay una campaña social en marcha para pedir la vuelta a la Unión Europea, ¿se acabarán arrepintiendo los británicos de haber salido?
–Es posible que, de puertas adentro, una mayoría de británicos se acabe arrepintiendo, pero no veo probable que el Reino Unido pida volver a la Unión Europea, por varias razones: a) para entrar de nuevo en el club, el Reino Unido tendría que ponerse a la cola de adhesión, por detrás de Turquía o Serbia [Artículo 49 de los Tratados de la Unión Europea]; b) el Reino Unido es un país muy orgulloso, y llamar de nuevo a la puerta de la UE le crearía problemas psicológicos y políticos muy importantes; c) la readmisión acarrearía costes no despreciables para la Unión Europea. Parece claro que la UE podrá avanzar en su integración de modo más fácil y rápido sin el Reino Unido. Lo más probable es que el Reino Unido busque acuerdos bilaterales con la UE en áreas específicas y limitadas como los servicios financieros, y que trate de entrar en el mercado único con un estatus semejante al de Noruega.
–¿El hecho de que sea una isla les afecta de manera especial?
–Yo diría que el orden de los efectos va en sentido contrario. El Reino Unido era un país muy integrado, comercial y financieramente, con el resto del mundo. El Brexit acentuará el carácter geográfico de 'isla' del Reino Unido en muchas dimensiones. En el área comercial, no podrá sustituir plenamente los mercados europeos, en los que tenía entrada libre cuando estaba dentro, por mercados de otros países; en operaciones financieras, Ámsterdam supera ya a la City, y en el movimiento de personas y capitales, las restricciones que se han reinstaurado en el Reino Unido frenarán el flujo de estudiantes, trabajadores, turistas, científicos y empresas.