Decálogo del comedor escolar perfecto
A pesar de que en España presumimos de Dieta Mediterránea, estudios nutricionales realizados a la sociedad española reflejan datos preocupantes, sobre todo en la población ... escolar. A modo de ejemplo les diré que el Estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España (ALADINO 2019) muestra que un 40,6% de las niñas y niños españoles entre 6 y 9 años tiene exceso de peso y el 76% necesitan mejorar su dieta. Además, nuestros niños y niñas están a la cola en el consumo de frutas y hortalizas. Para remediar esta situación hay que tomar decisiones drásticas y una de ellas es intervenir en comedores escolares, donde muchos niños y niñas realizan gran parte de sus comidas. Para este artículo, que he escrito siguiendo las recomendaciones que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recoge en diferentes documentos, he preparado un 'Decálogo del comedor escolar perfecto'.
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1. Respetar la frecuencia de consumo recomendada por las autoridades sanitarias de los distintos grupos de alimentos (más delante desarrollaré este primer punto).
2. Emplear aceite de oliva virgen para aliñar y aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico para cocinar.
3. Utilizar sal yodada y evitar el uso de caldos concentrados o potenciadores de sabor. En caso de que de forma ocasional se estime necesario su uso, se utilizaran las opciones existentes en el mercado con un 25% reducido de sal.
4. Ofrecer agua como única bebida.
5. Ofrecer variedad integral de cereales (pan, pasta o arroz integral, al menos dos veces a la semana).
6. Informar a las familias sobre los menús mensuales, sus ingredientes y técnicas culinarias.
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7. Sugerir menús complementarios para cenar en casa.
8. Ofrecer menús especiales para quien los necesiten por motivos de salud (alergias o intolerancias), éticos y religiosos.
9. Supervisar los menús por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética.
10. Ofrecer alimentos frescos, de temporada y de proximidad (al menos un 45% de frutas y verduras de temporada y proximidad y un 5% de alimentos ecológicos).
El primer punto de este decálogo se refiere a la necesidad de respetar la frecuencia de consumo recomendada por las autoridades sanitarias de los distintos grupos de alimentos. ¿Cuál es esta frecuencia? Veamos.
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Un menú escolar debe estar formado por: primer plato, segundo plato, guarnición y postre. Analicemos sus recomendaciones en base al tipo de alimentos y a su frecuencia de consumo (las raciones indicadas siempre serán semanales salvo las señaladas como mensuales).
-Primer plato: arroz (1 ración); pasta (1 ración); legumbres (1-2 raciones) y hortalizas (1-2 raciones).
-Segundo plato: pescado (blanco, azul, sepia, calamares, 1-3 raciones); carnes (máximo de 3 raciones). Se recomienda que haya entre 1-3 raciones de carne blanca (aves y conejo) y entre 0-1 raciones de carne roja procesada (ternera, cerdo, salchichas, hamburguesas, ...) pero sin que se superen las 2 raciones de carne procesada al mes. Otras opciones para este segundo plato son 1-2 raciones de huevos (incluida la tortilla); 0-5 raciones de proteínas vegetales (legumbres y derivados); 0-3 raciones mensuales de precocinados (canelones, pizzas…) y 0-2 raciones de fritos (rebozados, croquetas, etc.).
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-Guarnición: ensalada (3-4 raciones); fritos (patata, patatas chips, rebozados (0-1 raciones) u otros (patatas, salsas, setas, hortalizas, legumbres…) (1-2 raciones).
-Postre: fruta fresca (4-5 raciones); lácteos (yogur, queso fresco, cuajada) sin azúcar (0-1 ración) y fruta no fresca (seca, secada, al horno…) (0-1 ración).
Pero en los colegios los escolares no solo acceden a comida en los comedores escolares. En muchos existen máquinas expendedoras de alimentos y bebidas (MEABs). Pues bien, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha establecido unos criterios mínimos que deben cumplir estas máquinas. Las MEABS no pueden localizarse en zonas de acceso del alumnado de infantil y primaria y las MEABS que se encuentren en las zonas de alumnado de Educación Secundaria no deben presentar publicidad. Por otra parte, solo pueden venderse en estas máquinas aguas envasadas, fruta fresca entera o mínimamente procesada, frutos secos naturales o sin azúcares, sal ni grasas añadidas, y otros productos (leche y productos lácteos, sándwiches y bocadillos, barritas de cereales y cereales de desayuno; productos de panadería y bollería; galletas; zumos de frutas naturales y bebidas a base de hortalizas) que cumplan los criterios establecidos para grasas saturadas, grasas trans, azúcares, sal y contenido en energía.
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Además, los criterios nutricionales y de contenido calórico que deben cumplir los productos envasados de venta en MEABs son:
•La porción envasada no contenga más de 200 kilocalorías.
•El 35 %, como máximo, de las kilocalorías proceda de la grasa (este límite no aplica a la leche entera, yogures y frutos secos sin grasas añadidas).
•El 10 %, como máximo de las kilocalorías procedan de las grasas saturadas, con un contenido máximo de 2,2 gramos de grasas saturadas por porción envasada (este límite tampoco se aplica a la leche entera, yogures y frutos secos sin grasas añadidas)
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•No contengan ácidos grasos trans, excepto los presentes de forma natural en productos lácteos y cárnicos.
•El 10 % como máximo de las kilocalorías procedan de los azúcares añadidos o libres, con un contenido máximo de 5 g de azúcares añadidos o libres por porción envasada (este límite no se aplicará a las frutas y hortalizas que no contengan azúcares añadidos y en la leche y productos lácteos no se contabiliza, a la hora de aplicar este límite, la lactosa presente naturalmente en la leche).
•Contenga un máximo de 0,5 g de sal (0,2 g de sodio) por porción envasada.
Estimados lectores de LA VERDAD, la administración debe contribuir a que los centros escolares sean entornos favorables que promuevan una alimentación saludable y sostenible, mediante el impulso de la calidad nutricional tanto en los menús, como en los alimentos y bebidas de máquinas expendedoras. Sin embargo, nunca olvidemos que estas medidas no serán suficientes para paliar el grave problema nutricional de nuestros escolares si en nuestras casas no siguen el estilo de vida (alimentación, ejercicio físico y descanso) adecuado. La responsabilidad es de todos.
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