Cuatro murcianos en la élite mundial de las becas

Boston, California, Maryland y Georgia son los destinos de tres estudiantes de la Universidad de Murcia y uno de la Universidad Politécnica de Cartagena que han accedido a uno de los programas más prestigiosos del mundo. Durante seis meses, los agraciados van a ahondar, respectivamente, en marketing internacional, estudios visuales, gestión de la biodiversidad de especies exóticas invasoras e ingeniería industrial, que son las cuatro áreas en las que estos doctorandos de élite centran sus trabajos. Sus brillantes trayectorias les han abierto las puertas de un programa concebido, por el político norteamericano William Fulbright tras la Segunda Guerra Mundial, para fomentar el intercambio entre naciones con vistas a lograr un entendimiento que impida el germen de cualquier confrontación futura.

El Programa Fulbright, que está copatrocinado por el Departamento de Estados Unidos, es una iniciativa de intercambio que contempla la concesión de ayudas a estudiantes, seleccionados en un proceso competitivo, para que profundicen en sus disciplinas en algún centro del país norteamericano durante un periodo de entre seis meses y un año.

En total, se han concedido 21 becas en España para la actual convocatoria 2024-2025. De ellas, una decena van destinadas a doctorandos de cualquier universidad española, siete se conceden específicamente a doctorandos de universidades andaluzas, y están financiadas por la Junta de Andalucía, y cuatro van dirigidas a doctorandos de las universidades de Murcia, financiadas por el Gobierno de la Región de Murcia a través de la Fundación Séneca, adscrita a la consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor.

En los siguientes apartados se da cuenta de las investigaciones que van a desarrollar los cuatro elegidos de centros universitarios murcianos: Elvira Bernal, Ana Isabel Galván, Antonio Andrés Herrero y Baltasar Miras.

El fenómeno de la desinformación que difunden algunas organizaciones para presentar una imagen respetuosa con el medio ambiente, que constituye un problema demostrado en la Región de Murcia, es el punto de enfoque de la doctoranda de Ciencias Empresariales de la Universidad de Murcia (UMU) Elvira Ferrer Bernal. El 'greenwashing', como es conocido por su denominación en inglés este comportamiento, frecuente en algunas grandes corporaciones, y que podemos traducir como 'lavado verde', puede generar efectos negativos en la confianza del consumidor. Hasta el punto de que acciones que sí contribuyen a «mejorar el medio ambiente o que suponen un claro beneficio social sean consideradas por los ciudadanos como 'greenwashing'». Ferrer insiste en el peligro que existe de que estas actuaciones acaben «afectando a la credibilidad de los esfuerzos en responsabilidad social corporativa» en el que se afanan muchas empresas para tratar de ofrecer una buena imagen que, paradójicamente, termina perjudicándoles. Ante este riesgo, el trabajo en el que se va a enfrascar desde septiembre la estudiante de la UMU en la Universidad Northeastern de Boston «examina en profundidad cómo los consumidores reaccionan a las publicaciones sobre sostenibilidad de las empresas en redes sociales». El propósito de este proyecto becado hasta marzo de 2025, añade su titular, es arrojar «luz sobre cómo desarrollar campañas éticas más eficaces en materia de sostenibilidad».

El doctorando Antonio Andrés Herrero Reyes, de la Universidad de Murcia, se marchará en mayo de 2025 a EEUU para profundizar en su investigación de ciencias biológicas en el Instituto de Tecnología Marina y Ambiental (IMET) de Maryland. En concreto, «la finalidad del proyecto es analizar de forma integrada y comparativa la ecología, incidencia y distribución de agentes patógenos en el cangrejo azul atlántico ('Callinectes sapidus'), entre ejemplares procedentes de su área nativa (Estados Unidos) y de regiones invadidas, como es el caso de España», donde está presente, entre otros espacios, en el Mar Menor. De este modo, continúa Herrero, se podrá «reforzar la bioseguridad de las importaciones de cangrejo azul al área nativa, en especial en aquellos ejemplares que provengan de zonas invadidas».

La Universidad Politécnica de Cartagena también tiene a uno de sus alumnos seleccionados en los últimos Fulbright. Baltasar Miras Cabrera, del área de ingeniería industrial, permanecerá seis meses (de abril a octubre de 2025), en el Instituto de Tecnología de Georgia para ahondar en sus investigaciones sobre invernaderos de producción agrovoltaica. En ellos se conjuga el cultivo agrícola con la producción fotovoltaica de energía. «El objetivo principal de la estancia es desarrollar y aplicar tecnologías que permitan optimizar la transmisión de luz en el interior de invernaderos para un doble uso: el crecimiento de cultivos y la mejora de la eficiencia energética de los mismos», concreta Cabrera. El control de la irradiación incidente sobre los cultivos que busca el proyecto, añade, permitirá, entre otras posibilidades, incrementar su resiliencia ante al cambio climático.

Ana Isabel Galván García de las Bayonas, cuyo campo de estudio se enmarca en Historia, Geografía e Historia del Arte, comenzará el próximo septiembre en la Universidad de California, en su sede en Santa Cruz, a orillas del océano Pacífico, su estancia de seis meses para completar su beca sobre estudios visuales en torno a un tema tan singular como actual: los selfis. En torno a las autofotos, como podríamos denominarlas en castellano, Galván apunta que han surgido «diversas interpretaciones que lo abordan tanto como un heredero del autorretrato, como una tipología distinta de imagen por sus usos sociales y comunicativos, así como por su distribución en la red». La especialista se pregunta si se trata de un gesto narcisista, o el resultado de una democratización de la representación, o se trata por el contrario de un síntoma de sujeción a la hipervigilancia. En todo caso, afirma, es un fenómeno «más complejo de lo que podría parecer a simple vista».

La doctoranda apunta tres áreas en las que «ha problematizado»: el autorretrato, «debido a su compleja localización en la historia del mismo»; la tecnología fotográfica, «ya vinculada al uso del 'smartphone' y dispositivos móviles», y la visibilidad, «puesto que ha facilitado la representación de experiencias y colectivos ausentes de los medios tradicionales». «Nuestra conclusión, hasta ahora», aventura Ana Isabel Galván, «apunta a que el selfi no sólo constituye una autorrepresentación del 'yo', sino un encuentro especular con el 'otro' junto al cual construimos nuestra identidad».

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