Jóvenes y audaces
Nuevos nombres. Dos nuevas galerías, presentes en la sección 'Opening', testimonian la existencia de otros proyectos a pesar de las dificultades
GERARDO ELORRIAGA
Martes, 25 de febrero 2020, 04:31
La sección 'Opening' de ARCO demuestra que aún hay esperanza, que el sector galerístico español no está derrotado necesariamente por fenómenos como la irresistible atracción ... de la calle madrileña Doctor Fourquet, destino de varias firmas nacidas en la periferia, la globalización o el atractivo de las ferias, donde se cierran numerosas transacciones, y de firmas multinacionales con presupuestos elevados. Este año, junto a varias nuevas propuestas de Brasil y Argentina, no menos osadas, Egipto y Turquía, también aparentemente dignas de elogio, hallamos Bombon Projects y Fran Reus, dos empresas radicadas en Cataluña y las islas Baleares, respectivamente.
La Sala Parés, de 1877, fue la primera galería que se abrió en España. La iniciativa tuvo lugar en Barcelona, quizás la urbe más europeizada de la época dentro del contexto nacional. Su vocación artística se ha mantenido hasta la actualidad y, aún hoy, reúne una quinta parte de las firmas radicadas en nuestro país. Pero la crisis económica y la centralización del mercado también le han afectado. El año pasado, tras casi un cuarto de siglo de existencia, dejaba de funcionar Estrany-de la Mota, uno de los espacios de referencia, y su cierre tan solo es el último de una serie de bajas entre las grandes.
Ahora bien, la dinámica ciudad condal no se rinde. Iniciativas como etHall, aunque ubicada en la vecina y pujante l'Hospitalet, demuestran esa capacidad de resistencia. Bombon Projects es un proyecto surgido en el Borne, otro foco de renovación. «Llevamos tres años, pero yo siento que son como veinte porque este trabajo es muy difícil», explica Joana Roda, copropietaria de la galería.
«Seguimos pensando que es sorprendente y extraño que se abran nuevas galerías»
El proyecto surgió cuando el taller del artista Bernat Daviu se abrió a la exhibición de la obra de otros colegas y ha crecido en este tiempo. «Fue una evolución completamente orgánica. Nos dimos cuenta de que queríamos hacer de esto una forma de vida, aunque seguimos pensando que es sorprendente y extraño, que resulta una locura que se abran galerías», señala y confiesa: «Nosotros seguimos haciendo malabares para continuar».
La tradición barcelonesa no es suficiente para seguir. «Hay menos dinero y las instituciones no suelen comprar y cuando lo hacen se decantan por artistas renombrados», lamenta, pero sigue creyendo en la viabilidad de un proyecto que no se radique en Madrid. «Barcelona es fantástica y está llena de talento. ¿Por qué renunciar a dar este servicio?»
Su línea expositiva apuesta por los autores que recurren al humor y la crítica, irónica estrategia comercial precisa de las ferias. «ARCO es muy importante porque ahí nos conocemos todos», alega y recalca las bondades de 'Opening'. «Los comisarios te cuidan mucho y te ayudan a presentar a tus artistas. Es como estar en el parvulario». Pero el desembolso, de unos 6.000 euros, resulta elevado para una galería joven que no cuenta con gran respaldo económico. «Vamos los dos porque si va mal, te suicidas y necesitas alguien que te detenga».
Diversificar
Los artistas emergentes, nacidos en las décadas de los ochenta y noventa, son el objetivo de la galería Fran Reus, ubicada en Palma de Mallorca. Este marchante asegura que el modelo empresarial con público local y artistas del entorno ya no funciona y hay que diversificar la labor y alcanzar clientes de cualquier procedencia. Con ese fin, su propuesta incluye una agenda expositiva al uso, pero también la realización de proyectos para museos e instituciones, un programa de residencias y un 'open call' para captar a artistas internacionales.
El promotor cuenta con una experiencia anterior, pero afirma que ha empezado de nuevo con esta iniciativa. «Sabemos que en la isla es más arriesgado que en Madrid, pero creo que se precisa una base física y, por supuesto, contar con las ferias internacionales, porque si no lo haces no podrás continuar», advierte, aunque reconoce que existe cierta saturación de citas. «En Miami concurren doce convocatorias y entre 700 y 800 galerías. ¿Hay para tanto?», se pregunta.
La consolidación es el fin que persigue a través de su presencia en la sección 'Opening'. «Es muy interesante para iniciativas que están entre los tres y cinco años de vida», arguye y reconoce que su selección se ha beneficiado de un currículo que también incluye participación en ferias de Londres o Rotterdam. «Entonces te ven de otra manera».
El coleccionismo local existe, según Reus, pero su iniciativa pretende llegar al comprador extranjero que posee una segunda residencia en el archipiélago balear. «Queremos ofrecer la oportunidad a ese público de que su descanso también incluya el acceso a arte contemporáneo de calidad», indica. Además, reconoce que, aunque la Administración autonómica no posea muchos recursos para el sector, la puesta en marcha de 'La nit de l'Art', que sugiere itinerarios nocturnos por centros culturales, se ha convertido en un multitudinario evento social. «El éxito es que los foráneos interesados en el arte quieren compatibilizar sus estancias de fin de semana con esta oferta y sus visitas a las galerías».
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