Imagen del espectáculo 'Circa', de la compañía canadiense del mismo nombre.

¡Bravo, bravo, bravo!

Escena. El teatro, gestionado por el Ayuntamiento de Murcia, celebra dos lustros de actividad caracterizados por un alto nivel artístico en sus programaciones

Lunes, 11 de octubre 2021, 21:01

De puro infarto: justo al final de la representación en Murcia del cuarto monólogo con el que se cierra 'Un trozo invisible de este mundo', ... Juan Diego Botto, completamente hecho polvo mientras de pies a cabeza se le cruzaba la figura de su padre secuestrado, torturado y asesinado –víctima del terrorismo de Estado ejercido por la Junta Militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983–, se dirigió a los ojos del público: «Yo, Mario Bercruci Almeida, alias Turquito, fui visto por última vez el 21 de marzo de 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada y soy uno de los 30.000 desaparecidos de la dictadura militar argentina». En ese momento, creo que todos sentimos en nuestro interior un temblor de tierra que nos nubló la vista. Y, seguidamente, estalló una ovación espectacular, cariñosa, cargada de admiración, tan sincera y tan electrizante que el actor y autor teatral apenas pudo reprimir las lágrimas tras haber protagonizado una actuación de esas de altísimo riesgo que te dejan felizmente sin respiración.

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Esto ocurrió en el Teatro Circo Murcia (TCM), uno de los tres teatros municipales que gestiona el Ayuntamiento murciano, el 10 de enero de 2013. Y justo ahora, en estos días en los que se celebra el X aniversario de la reapertura del TCM, convertido en un admirable pulmón cultural de la ciudad, y prestigiado fuera de las fronteras regionales por la calidad sostenida de su oferta, el actor ha recordado aquella experiencia junto al público murciano. Botto ha sido galardonado con el Premio Nacional de Teatro por su nuevo montaje, 'Una noche sin luna', el mismo año en el que el TCM festeja una trayectoria en la que abundan los éxitos y se acumulan los buenos recuerdos. Tanto de miles de espectadores, como de los artistas que en él han trabajado –bajo la singular arquitectura de su imponente cúpula–, y con la que Murcia ha salido beneficiada. Durante estos años, en los que el teatro ha estado al cuidado de Juan Pablo Soler –hoy responsable de Teatros de Murcia (TCM, Romea y Bernal)– y del catedrático de Teatro y director de escena César Oliva –que lo dirigió con gran acierto en sus primeras temporadas y que actualmente ejerce como asesor artístico de los tres espacios escénicos–, se han beneficiado de este templo de las artes escénicas un total de 801.428 espectadores: 479.540 asistieron a los espectáculos de las programaciones oficiales, y 321.888 a los diversos eventos de todo tipo que también han tenido al TCM como escenario.

El actor Jaime Lorente -en el centro- durante una función de 'Equus'. C. F.

Hay buenos espectáculos, notables espectáculos, espectáculos sobresalientes y, también, están los que dirige Declan Donnellan –siempre respaldado por el escenógrafo Nick Ormerod–, que tienen en común lo siguiente: no te importaría lo más mínimo volver a verlos, repetir el gozo, aplaudirlos nuevamente en pie. Pues bien: Donnellan y Ormerod, responsables de la compañía Cheek by Jowl, una de las más prestigiosas del mundo, mantienen también un estrecho vínculo artístico con el Teatro Pushkin de Moscú, con el que, tras 'Las tres hermanas' de Chéjov, que cosechó encendidos elogios, montaron 'Medida por medida', la obra de William Shakespeare que, tras una gira internacional de éxitos, se representó en el TCM el 31 de octubre de 2015. Fue un bombazo en toda regla. Con Declan Donnellan, el TCM se apuntó también a la primerísima fila de grandes directores de la escena internacional, una línea de trabajo que le cuesta mucho más trabajo mantener. Los espectáculos internacionales de calidad han sido otro de los aciertos de su programación, y los ejemplos son muchos: en mayo de 2012, los acróbatas-bailarines de Circa, aclamada compañía canadiense de circo contemporáneo, llenaron el TCM de poesía y riesgo; en octubre de 2014, la compañía mexicana Los Colochos impactó con 'Mendoza', su sorprendente versión de 'Macbeth', y así...

Presencia internacional

Compañías internacionales que han convivido en la cartelera con los mejores compañías, intérpretes, autores, directores de escena, iluminadores y escenógrafos españoles...; no ha faltado ni siquiera Angélica Liddell, la directora y dramaturga española más internacional, quien en enero de 2014 presentó 'Ping Pang Qiu'.

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Su paso por el TCM ha dejado huella en intérpretes de la categoría de, entre otros muchos, Carmen Machi, Aitana Sánchez-Gijón, Joan Carreras, Sergio Peris-Mencheta y el lumbrerense Ginés García Millán, quien el 10 de noviembre de 2018 vivió una noche memorable: representó 'Espía a una mujer que se mata', un Chéjov pasado por el pulso acelerado y el talento de Daniel Veronese. Recibió una ovación apoteósica a la que él, feliz como un crío, respondió con un pase torero de categoría a lo Paco Rabal-Juncal.

Carmen Machi, representando el monólogo 'Juicio a una zorra'. ceferino lópez

«Vivo con el público de Murcia un idilio muy especial y gratificante», recuerda Machi. «Es un público que ama el teatro, que lo vive y lo necesita, y que consigue que los actores disfrutemos mucho actuando ante él», añade. Un idilio que comenzó en el TCM la primera vez que se subió a su escenario, en marzo de 2012. Lo hizo con 'Juicio a una zorra', un monólogo de Miguel del Arco en el que daba vida a una Helena de Troya encendidamente rubia. Y cuando, al final de la representación, totalmente exhausta, lanzaba besos al público que, puesto en pie, la aclamaba como a una diosa griega, con una sobrecogedora emoción recorriendo hasta los más recónditos rincones del TCM, quedaba atrás una hora de impagable puro teatro que había dejado flotando en el aire, creo que ya para siempre, la sensación de que lo que allí se acababa de vivir era una de esas noches verdaderamente históricas de las que, eso seguro, ninguno de cuantos la gozaron podrá olvidarse jamás.

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Imagen de 'La casa de Bernarda Alba', de Alquibla Teatro. G. C.

Durante estos diez intensos años, que vivieron su período más árido y alarmante durante el cierre del TCM a causa de la pandemia de Covid-19 –de marzo a octubre de 2020–, este teatro municipal ha prestado una gran atención a la escena de la Región, participando en las producciones de un total de 23 espectáculos de teatro, tres musicales infantiles, otras tres obras de teatro infantil, cuatro propuestas de microteatro y dos montajes de circo; además, se han llevado a cabo talleres para niños y jóvenes, ciclos de lecturas dramatizadas y visitas teatralizadas.

Ginés García Millán, en 'Espía a una mujer que se mata'. LV

En ocasiones, hay que destacar que el TCM se ha puesto al servicio de las compañías que estrenaban en él sus producciones sin escatimar esfuerzos. Así fue, por ejemplo, con el estreno, el 28 de noviembre de 2014, de 'Equus', de Peter Shaffer, un espectáculo de la Compañía Ferroviaria que, dirigido por Paco Macià, contó con un impactante Jaime Lorente, por entonces un perfecto desconocido, interpretando a Alan Strang. Para la ocasión, el TCM sufrió una gran y sorprendente transformación: ¡desaparecieron el patio de butacas y el escenario para acoger la atmósfera escenográfica que creó el también pintor y escultor Ángel Haro! Antonio Saura, director de Alquibla Teatro, también supo, y se lo permitieron, sacarle enrorme partido al TCM durante las representaciones de 'La casa de Bernarda Alba', que estrenó en abril de 2011. Cuando las hijas de Bernarda salían corriendo hacia una libertad imposible, y ¡escalaban las escaleras que recorren las paredes de ladrillo del teatro! El deseo de salir huyendo con ellas, de protegerlas y de plantarle cara a la 'fiera', se disparaba en el espectador, metido de raíz en el corazón del drama, que te zarandeaba y te conquistaba al mismo tiempo.

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