«Suelo estar solo en Navidad»
Clive Arrindell. Actor
ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 22 de diciembre 2013, 01:45
Hoy, en el sorteo de El Gordo, el runrún del bombo al girar va a entonar un mantra muy repetido esto días. No es el relamido 'nananananá...' de Raphael, sino una súplica unánime: «¡Que vuelva el calvo!». Clive Arrindell, el actor británico que durante ocho años protagonizó el 'spot' de la Lotería, sonríe agradecido ante tanta nostalgia. A sus 63 años, es un hombre solitario para el que estas fiestas «no significan gran cosa».
-Ha vuelto, pero con otro mensaje...
-Sí, Acción contra el Hambre me ha llamado para incrementar la conciencia sobre el problema del hambre. Ocho mil niños mueren al día en el mundo por desnutrición. Estoy muy contento de participar en esta campaña. También me han contratado para promocionar Eurojuego.
-Sigue fiel a su imagen: calvo, de negro, con mirada grave.
-Es mi mirada normal, me temo. Hasta cuando estoy relajado me veo espantoso, je, je, je... Mi cara es así. Los de la Lotería querían que sonriera un poco más o aparentara estar feliz. «Estoy perfectamente feliz», les decía, pero sencillamente tengo este aspecto lamentable.
-Ahora que lo dice... ¿No es un poco irónico que a un hombre serio y de negro le consideren el espíritu de la Navidad?
-Es muy irónico que mi imagen se asocie con la fortuna y la felicidad. Y encima yo soy un tío para el que la Navidad no significa gran cosa. Para mí es un día más.
-¿Ah, sí? ¿No lo celebra?
-Pues no, porque vivo solo y suelo quedarme en mi casa sin hacer nada especial.
-¿Es un hombre solitario?
-Me gusta estar solo. También me siento solo a veces, claro. Pero no de una manera dramática. En el fondo es estupendo ver el canal de televisión que te apetece.
-Sé que le gustan mucho los niños, aunque no los ha tenido.
-Quizá porque los quiero demasiado. Rodé un corto junto a un niñito de cuatro años. Fue una extraordinaria experiencia. Había un universo completo en los ojos de aquel pequeño. Era mágico. La razón para no haber tenido hijos es que no tengo una pareja estable. Mi última relación fue hace bastantes años.
-¿Detrás de su mirada está Shakespeare?
-Ojalá. He interpretado unas 25 obras de Shakespeare. Con él vivo uno de esos romances que no quieres que se acaben.
-Y dice que no le ha gustado el nuevo anuncio de la Lotería.
- La canción no está mal, pero sobreactúan demasiado. Antes de ver el 'spot' recibí por 'email' un montón de vídeos paródicos, incluido uno en el que aparezco yo. No puedo mentirle, he sentido un poco de alegría al respecto. Quiero decir que si la gente pide que vuelva 'el calvo' me siento feliz. Admiro la pasión española aunque yo soy muy británico. Me temo que ese es mi problema, ja, ja, ja...
-Británico, pero nacido en la caribeña Trinidad y Tobago.
-Mi padre procedía de una familia aristocrática francesa. Se establecieron allí en 1790. Yo viví allí hasta los nueve años, recuerdo aquellas mañanas cuando iba a la escuela de la mano de mi hermana: los olores, los colores...
-¿Cómo es Clive Arrindell cuando no ejerce de 'calvo'?
-Intento ser una persona de palabra. Cuando me comprometo lo mantengo. Esa actitud es bastante fuerte en mí.
-Habrá tenido muchas anécdotas como 'el calvo de la Lotería'.
-Recuerdo una en concreto. Con el segundo anuncio, en 1999, volví para hacer una promoción el día del sorteo. Fue una jornada larguísima. El Gordo cayó en Elche. Fui a Barajas y un helicóptero me llevó a Alicante. Después, un viaje largo en coche, y vuelta a Alicante para volar a Madrid. Sentado en el taxi que por fin me llevaba al hotel, me iba preguntando si merecía la pena tanto trajín y si esa era la clase de fama que yo quería... De pronto, unas niñitas, en la parte trasera de un coche familiar, se me quedaron mirando en un semáforo. Abrieron mucho los ojos, me señalaron y comenzaron a saludarme con sus manitas. Entonces pensé que sí, que todo aquello merecía la pena.
-¿En la lotería de la vida le ha tocado El Gordo?
-Bueno, no sé, pero yo me siento muy afortunado.