«Esto nos obliga a cambiar costumbres y a poner más alarmas»

«Llevamos veinte años viviendo aquí y es la primera vez que pasa algo así. Esto nos obliga a cambiar de costumbres y a reforzar la vigilancia poniendo más alarmas», comentó ayer Tomás Inglés, mientras se recuperaba junto a su familia del susto sufrido la noche anterior. «Nos tenían vigilados, porque aprovecharon que yo salgo después de cenar a dar un paseo y a dar de comer a unos caballos», añadió el empresario. Y señaló que si bien «los ladrones tuvieron más una actitud intimidatoria que violenta, al final estaban cada vez más nerviosos y yo llegué a temer por la vida de mi familia».