La 20th Century Fox aguileña

Podría Pepe Puertas, funcionario del Ayuntamiento de Águilas, dejar correr la vida entre los planos y expedientes del departamento de Urbanismo, echar una cabezada de aburrimiento y anestesiarse con concursos televisivos hasta el día de su jubilación. Quien así lo espere va listo. El empleado municipal lleva consigo varios 'ellos, yos y superyos' con los que Freud estaría encantado de entablar tertulia: un 'brother' rockero insomne, un cineasta provocador y un infatigable emprendedor al que ningún proyecto le parece grande para el equipo con el que cuenta: él mismo, solo y único. «La vena artística me viene de mi abuela María Jesús, que era una polvorilla, me contaba historias y con un cartón me hacía un cuadro», recuerda Pepe de su infancia granadina entre olivos y álamos temblones.

Del cuarto de revelado con luces rojas de su tío se le imprimió la pasión por la fotografía, que fue la espita que lo abrió a todo lo demás. Aficionado a la música, sobre todo al rock de los setenta, Pepe le ha dado al bajo, el piano y la batería. Si le mencionas a Led Zeppelin, a Pink Floyd o a Jim Morrison se le priva el habla. Son las bandas sonoras de su vida, ya que, al fin y al cabo «sin música nada tiene armonía ni interés», se baja de su Vespa tuneada con purpurina, la mezcla más 'glam' que fue capaz de encontrar.

Del riff de guitarra pasó a organizar, él solo consigo mismo, tres festivales musicales en toda regla. En la primera convocatoria, Dr Magoo recibió 850 maquetas a concurso. De 2007 a 2009, Pepe la lió parda en la plaza de Antonio Cortijos al llegar agosto. En la primera edición se coronó con el concierto de los veteranos Burning como invitados a este festival de organización artesana, en el que «yo mismo pegaba los carteles de Almería a Alicante», recorre Pepe de nuevo la carretera de Sur a Norte.

Medidas sus fuerzas, se lanzó al rodaje para contar las historias que le nacían por la boca, igual que el personaje de Cortázar que da a luz pollitos emplumados. Narraciones que no pudo retener en el estómago y necesitó relatar en movimiento, como su corto sobre el empobrecimiento paulatino de los años de la crisis. «Veía a personas buscando dentro de los contenedores y me removía. Se me da bien el drama. Me gusta tocar la fibra», cuenta el artífice de Pepe Doors Films, la marca cinematográfica más personal e independiente del planeta.

El cineasta ya ha grabado siete cortos y un largo que tiene por estrenar. Si su ópera prima, 'El sermón de la montaña', contenía sangre, tricornios y tensión, en su última cinta, 'Cambiaremos', aborda el cambio de sexo. «Para cada historia he ido comprando el atrezo poco a poco», ha invertido Pepe sus pagas extra en lugar de fundirlas en una quincena con pensión completa en Santo Domingo. Y cada vez apunta más alto. Ya ha contado con la participación de Miguel Campello 'El Bicho' y programa contratar a actores de primera fila para su próximo proyecto, 'Herederos', que tiene ya escrito y a punto de hacerse carne y metraje.

«Este es brutal. Va a ser la pera. Una familia argentina, cuyos hermanos se encuentran a los 30 años y confrontan recuerdos y vidas», adelanta Pepe con indisimulado vicio por el cine. En cada proyecto ha dado un salto profesional hacia adelante y ya no piensa parar. Aún no ha estrenado su primera cinta larga y ya está inmerso en la nueva película, que contará con nombres conocidos de la gran pantalla.

«Si no tienes una buena historia, no puedes contar nada, pero yo estoy deseando ver mi último guion en marcha, elegir los escenarios, el ritmo, los diálogos», se embarca Pepe hacia su nueva Arcadia. «Al final todo es ilusión», se ha dado cuenta de que, de momento, se niega a rotular el inevitable 'The end'.