Mejor a la sombra.Manuel Luna refugiado en un árbol en un parque de lazona norte de Murcia. Vicente Vicéns/ AGM
Estío a la murciana

Manuel Luna Samperio: «Todavía no hemos tocado en La Mar de Músicas, aunque parezca mentira»

Antropólogo, músico e investigador de tradiciones

Miércoles, 16 de julio 2025, 01:32

La aparición en la Región de Murcia de nuevos lutieres, lauderos o violeros, como queramos llamar a estos artesanos que construyen, restauran, reparan y ajustan ... instrumentos de cuerda frotada y pulsada, y además gente que no supera los treinta y tantos, llena de esperanza a Manuel Luna Samperio, «antropólogo –fue profesor en la UCAM–, etnomusicólogo y pionero en la Región de Murcia, y en la vieja piel de toro, del folk», según se refirió a él José Sánchez Conesa en 2012. Ha llovido, más bien poco, desde entonces, sobre esta tierra, y sobre Manuel Luna, que sigue siendo un referente en el mundo del folk español. Ha investigado las cosas más variopintas: duendes y personajes mitológicos, cantos de labor, animeras y aguilandos, jotas, yerbabuenas y otros bailes de Murcia, documentos de tradición oral, seguidillas y parrandas, y hasta la memoria de los apodos de la huerta. Ahí es nada. Manuel Luna tiene voz legendaria, fue locutor de Radio 3, y emprendedor de aventuras musicales diversas con su banda, La Cuadrilla Maquilera. Atención que habla un hombre sabio.

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–¿Qué significa que haya nuevos lutieres por estas tierras?

–Que si un amante de la música barroca quiere conocer una vihuela [instrumento musical de cuerda, pulsado con arco o con plectro] o una guitarra del siglo XVII, que ellos las hacen, que existen, y eso es algo muy bueno. Hay una de Alcañiz en el Museo de Barcelona del XVII, y ahora resulta que tenemos en Murcia la tela de ellas. Han aparecido en la zona de Caravaca, en Aguaderas otra impresionante. Y para colmo se ha puesto muy cerca de la Región, en Roquetas de Mar, un maestro artesano de los más importantes de España, Carlos González, que es de la Escuela de París y que se ha echado una novia de Almería, y aquí que se ha venido. Es impresionante el plantel que tiene la Región de Murcia de tocadores, de lutieres...

–Hay un movimiento impresionante, por lo visto, pero usted ha conocido esto hecho un páramo en la música tradicional.

–¡Totalmente! Yo mismo con la guitarra eléctrica no les hacía ni puto caso. Pero, reflexionando yo mismo, me decía: 'Oye, tío, que esto es muy importante'. ¡Que esto que está apareciendo por aquí y por allí son guitarras barrocas que había en antiguas alacenas! Mucha más gente después ha encumbrado este asunto. Yo mismo toco en directo una guitarra de cinco órdenes. Que me la hicieron en Portugal porque en todo esto hay un lenguaje europeo. Franceses, italianos, españoles, portugueses, y algo en Alemania. Estoy preparando un libro que me ha encargado el Museo de la Ciudad de Murcia sobre las guitarras de este tipo, y voy a intentar hacer una síntesis de lo que ha aparecido, y sacar a las personas de aquí.

–¿Qué puede adelantarnos?

–Que había muy pocas guitarras de ese tipo en España. Estos instrumentos sucumbieron por varias razones. Entre ellas, por la llegada de las cuerdas de nailon [material sintético con el que se elabora una fibra elástica y resistente], que ponía las cajas sonoras en una tesitura de presión que no la soportaban. Porque estos instrumentos se han tocado históricamente con cuerdas de tripa. Ahora con las cuerdas de carbono, que tienen calibres, se ha solucionado el problema. Eso por un lado, pero luego nos encontramos con que cuando bajó la construcción de estos instrumentos los lutieres valencianos se hicieron con el mercado, por eso las guitarras que hemos comprado de hace 20 años para acá han sido valencianas. Y las otras aparecían. De vez en cuando en una cuadrilla te encontrabas con un guitarro de diez cuerdas, y te preguntabas qué era este invento. Te decían que era un guitarro de su abuelo, sin más explicación. En el 78 los Animeros de Caravaca descubrieron en Benablón una guitarra mayor de este tipo, de diez cuerdas, un tenor y un guitarra.

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«Mendoza era un hombre de trato complicado, y le dijimos que no éramos gente del ambiente, pero sí trabajadores, y nos dejó montar el departamento de antropología»

–El valor que tiene entonces la conservación de estos instrumentos antiguos es significativo.

–Lo bueno es que otros que han venido después los han descubierto y los hemos puesto en solfa, porque yo también formo parte de todo este lío. Al recuperarse, se ha hecho un trabajo de bastanteo de lo que había, por eso hablamos de la aparición de un montón de guitarras y guitarros y ya estamos en condiciones de poder escribir algo serio sobre estas cosas. Hay tres grupos sustanciales en Lorca, Caravaca y Murcia, y en la parte de Cartagena se ha derivado hacia la guitarra flamenca. Y luego nos encontramos con seis o siete lutieres de guitarra española en la Región de Murcia, con encargos de lo más variopintos.

–Usted lleva 34 años tocando la misma guitarra en directo...

–Sí, es una guitarra de diez cuerdas. Músicos de guitarra barroca fina, claro que hay. Y algunos, como Enrique Solís, en el País Vasco, se salta de la música medieval a introducir recreaciones sobre música andaluza y demás.

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–Ha ido marchando de un lío en otro, y así ha llegado hasta aquí.

–Yo estuve muy vinculado a los movimientos políticos de la Transición, y había gente que me decía por qué no me había dedicado a la política. Yo, sinceramente, echo de menos más nivel en la política de hoy. Sobre todo, en lo musical. Lo que más me duele de todo esto es que nos ignoren. Siento que nos ignoran. Hay un cierto complejo con lo folk.

–Usted dirigió el Festival de Músicas de Raíz, un clásico que, por desgracia, un día desapareció.

–Cuando me metí, por un lado bien, porque yo podía traer a gente de fuera de Murcia, y vino a tocar gente importante. Hasta que un concejal decidió no hacerlo. Hay gente a la que no le apetece que estemos en las programaciones, por decirlo fino y no decir unos cuantos tacos. Hemos tenido que luchar con un trato un poco despiadado que han tenido algunas personas. Muchas veces el concejal no se entera, deriva, y en esa situación estás perdido. Hay un concejal del PP, Antonio González Barnés, que entendió que no pensábamos igual en algunas cuestiones, pero eso no tenía nada que ver con la música. Lo que queremos es vivir en un país moderno.

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En tragos cortos

  • Un sitio para tapear En un merendero huertano.

  • Una canción 'Napolitana', de un grupo llamado Nuova Compagnia di Canto Popolare. Me parece impresionante.

  • Un libro para el verano Me gusta mucho la parte de 'León, el africano', de Amin Maalouf en la que se habla de Granada.

  • Un héroe o heroína de ficción Cualquiera de los chistes de Peridis.

  • Un aroma que recuerde El olor de las acacias en primavera, es un olor que está en la calle.

  • Un consejo Ser íntegro y respetuoso.

  • Un personaje histórico epe Mújica, que fue presidente de Uruguay.

  • Un viaje pendiente. Australia.

  • Un baño ideal Me gustan los baños en playas de Cádiz como Bolonia o Caños de Meca.

  • Qué hay de insólito en su familia. Tengo parientes compositores de música clásica por parte de madre. Miguel Ángel Samperio Flores, por ejemplo. Su padre, Saturnino Samperio, tocaba con el maestro Ibarbia.

–¿Cómo se presentaría a quien no le conozca?

–Soy nacido en Santander, criado en Albacete y he vivido en Murcia. Mi padre, por trabajo, se fue a vivir a Albacete. Era jefe del servicio provincial del trigo, luego eso se llamó Servicio Nacional de Productos Agrarios (Senpa). Era un servicio del franquismo para cultivar cereales del país y que hubiera pan. Era una de las oficinas importantes que gestionaba todo este negocio de grandes almacenes, lo que era Pollos Pujante en la autovía de Cartagena, eso era un almacén del trigo. Mi madre era de Santander, pero nos vinimos al sur. Ella notó que era muy distinto, lo único que sentimos en Albacete era que no había playa. Somos cinco hermanos, y todos estamos diseminados: uno en Albacete, otro en Madrid, otro en Valladolid, otro en Málaga y yo en Murcia. Tenemos esta mezcla curiosa.

«Estoy ahora en una nueva línea electrofolk, con ingredientes del sureste, música cuadrillera pero metida en harina. Me obliga a tener nueva banda»

–Y llega a Murcia porque empezó a estudiar en la UMU.

–Sí, estudié la carrera de Letras. La Universidad de Murcia era muy pequeña, yo creo que no tendría ni 7.000 estudiantes, como un colegio, vamos. Tuvimos un rector histórico, Batlle, que fue terrible, y cuando murió esto se abrió a la democracia, vamos. Llegué a ser subdelegado de la Universidad, era un personaje aquí porque daba mítines en público en el momento en que la cosa estaba jodida. Y eso tenía consecuencias. A veces se presentaba en tu casa gente que... Yo ahora tengo 70 ya y todavía lo recuerdo. Me he acostumbrado a vivir con mucha marcha.

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–¿Sigue yendo a mil revoluciones?

–Sigo poniéndome delante del micrófono. Aunque este año hemos bajado un poco el pistón, porque estoy haciendo muchas colaboraciones, por ejemplo con Karmento. El mundo del espectáculo ha cambiado, y se ha mercantilizado mucho más todavía. Han aparecido las redes, y los 'likes' y eso es tu 'background', los 'likes' que tengas es tu mochila de prestigio, y eso es lo que te da presencia en determinados lugares. Si tienes popularidad, a lo mejor a una compañía de discos le apeteces. Se busca más el contenido que el continente.

–Usted siempre ha estado en la vanguardia...

–Sí, estuve en Madrid haciendo radio, en Radio 3 y en Radio 1. Me fui de allí y me fui a montar la Exposición Universal de Sevilla (1992), luego montamos el departamento de Antropología de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, imagina tú qué meneos he dado. Yo ya me jubilé de la universidad.

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–¿Cómo se llevó con José Luis Mendoza, fundador de la UCAM?

–José Luis Mendoza quería crecer. Tenía una mano para los negocios, y tenía una mano en la religión. Era un hombre emprendedor, y se vinculaba mucho al mundo católico, pero de la Iglesia, no tanto a la visión filosófica del asunto, tenía muy buenas relaciones en todo el ámbito eclesiástico. Era un hombre de trato complicado, y nosotros le dijimos que queríamos montar aquello, que no éramos gente del ambiente, pero que éramos trabajadores y no éramos gente maleducada que iba con pancartas ni le íbamos a montar ningún pollo. Y nos permitió montar el departamento de Antropología Social y de la UCAM ha salido gente buenísima. Durante muchos años dimos clases en estos estudios de segundo ciclo, ahora es un grado.

–Ha dado usted varias veces la vuelta a la península ibérica.

–De España no creo que haya sitio que no conozca. Conozco perfectamente la España rural. Y desde Murcia he dado a conocer toda esa experiencia. Lo que contaba antes de los instrumentos es que ha venido por aquí el agua del río. Pero podíamos hablar de las ánimas del purgatorio, que es la gran empresa de la iglesia para gestionar socialmente a sus feligreses. ¡Una gran empresa! Esta es una de mis conclusiones, porque controlaban todas las parroquias con la cofradía de las ánimas, que era la parte social del invento. Controlaban temas de asistencia social como la muerte, los entierros. Porque en esos momentos no había asociaciones o empresas mortuorias como ahora, alguien tenía que ocuparse de llevar el viático a un muerto y luego el entierro y lo que conllevaba. Muchas de estas obligaciones se derivaban hacia las cofradías de ánimas, que controlaban las fiestas y los sepelios. Todas estas cosas de las ánimas nos han salido cuando nosotros nos hemos acercado con la música a las cuadrillas. ¿Por qué se llaman animeros? Porque era la orquesta que se dedicaba a llevar el canto de las pascuas a las casas. Este era el asunto, y tenía importancia grande por la parte musical y cultural. Si los guitarricos no se hubieran vinculado a las cuadrillas, se hubieran perdido del todo. La antropología estudia la lógica del comportamiento humano. Una compañera me decía que un trabajo de campo lo hacemos hasta en una parada de autobús para comprender los flujos sociales.

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–¿Dónde no ha tocado aún?

–No hemos tocado aún en La Mar de Músicas de Cartagena, ¡aunque parezca mentira! Estoy preparando unas producciones con diseñadores electrónicos y sacaremos una pieza que nos va a llevar a tener una banda distinta. Es una línea electrofolk, pero con ingredientes del sureste, música cuadrillera pero metida en harina. Ojalá puedan escucharnos aquí.

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