Los tres tipos de calzado que no deberías usar a diario: pueden causar daños en las articulaciones y la columna
Es importante considerar los problemas físicos que pueden ocasionar
Ana de Dios
Jueves, 23 de enero 2025, 20:59
El calzado es una parte esencial de nuestro día a día, y aunque algunos priorizan la comodidad y otros buscan que combine con su estilo, lo cierto es que nuestras elecciones pueden tener un impacto significativo en la salud de nuestros pies y, en general, de todo el cuerpo. Si bien la preferencia por determinados modelos es algo muy personal, es importante considerar los posibles daños que algunos tipos de zapatos pueden ocasionar, incluso aquellos que no solemos asociar con problemas físicos.
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Recientemente, la cuenta de Instagram @fisiomsalud compartió un video en el que señala tres tipos de calzado que deberíamos evitar utilizar de manera diaria. Estas recomendaciones buscan prevenir lesiones y molestias a largo plazo que podrían afectar no solo los pies, sino también articulaciones y la columna vertebral.
Qué tipo de zapatos debes evitar
1. Tacones de aguja
Los tacones altos, en especial los de tipo aguja, son conocidos por su falta de comodidad, pero sus efectos negativos van más allá de lo evidente. Según el análisis de @fisiomsalud, su uso frecuente «empuja el pie hacia adelante, deformándolo en forma de cuña y favoreciendo la aparición de juanetes». Además, generan un desequilibrio en la postura al aumentar la curvatura lumbar, lo que puede llevar a una compresión en las articulaciones de la espalda baja y provocar dolores crónicos. Por otro lado, el diseño estrecho e inestable incrementa considerablemente el riesgo de sufrir esguinces, ya que facilita que el pie se tuerza hacia adentro.
2. Chanclas
Las chanclas son un básico del verano y un calzado popular en actividades informales, pero pueden ser perjudiciales, especialmente para quienes tienen pies planos. En esta condición, los arcos internos del pie colapsan al ejercer presión, lo que puede desencadenar problemas más graves. Este tipo de calzado, al carecer de soporte adecuado, obliga a los músculos y articulaciones a realizar un esfuerzo adicional para mantener la estabilidad, lo que podría provocar un desgaste acelerado del cartílago de la rótula. Esto se traduce en dolor en las rodillas y una posible rotación interna de las piernas que afecta la postura global.
3. Zapatillas con suelas blandas
Aunque parecen inofensivas y muy cómodas, las zapatillas con suelas excesivamente blandas, como las diseñadas para running, tampoco son ideales para el uso diario. Este tipo de calzado puede alterar la alineación natural del pie y favorecer una mala postura, lo que intensifica problemas en las rodillas, las caderas y la columna lumbar. La falta de firmeza en la suela reduce el soporte necesario para caminar de manera saludable, lo que puede desencadenar molestias acumulativas con el tiempo.
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