Gemínidas 2023: cuando una de las lluvias de estrellas más activas del año

Las lluvias de estrellas son uno de los fenómenos astronómicos que más fascinación causan. La belleza de contemplar esos destellos que cruzan el cielo durante la noche. A lo largo del año hay diferentes fechas en las que es posible disfrutar de este evento, sin embargo, en el mes de diciembre se produce una de las lluvias de estrellas con más actividad del año: las Gemínidas. Estas son visibles desde todo el hemisferio norte entre el 4 y el 17 de diciembre aproximadamente.

Según el departamento de Astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN), tienen una tasa de actividad por encima de los 120 meteoros por hora y una velocidad de 35 kilómetros por segundo durante varios días, lo que las convierte en una de las lluvias «más activas del año» junto a las Cuadrántidas y las Perseidas.

El IGN asegura que este 2023 será un año «excelente» para la observación de las Gemínidas, «puesto que su momento de máxima actividad se producirá un día después de la luna nueva», que tendrá lugar el 13 de diciembre. Por tanto, se espera que la máxima actividad de la lluvia tenga lugar entre los días 14 y 15 de diciembre, además, «el fino creciente de Luna permitirá la observación de los meteoros en excelentes condiciones durante toda la noche», señalan.

Tras las Gemínidas, las siguientes lluvias de meteoros serán las Coma Berenícidas del 19 de diciembre y las Úrsidas el 22. Aunque estas dos cuentan con una tasa de entre 3 y 10 meteoros por hora.

Uno de los consejos fundamentales para poder disfrutar plenamente de este fenómeno astronómico es alejarse de la ciudad y trasladarse a una zona con la mayor oscuridad posible y sin contaminación lumínica. También es recomendable evitar aquellos lugares con obstáculos, como edificios, árboles o instrumentos ópticos, que pueden impedir ver el cielo con total claridad.

También hay que tener en cuenta que las Gemínidas parecen venir de la constelación de Géminis y se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna, si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.

El origen de las Gemínidas fue un misterio durante siglos, ya que no se sabía asociar la lluvia de meteoros con ningún cometa periódico conocido. No fue hasta el año 1983 que el telescopio espacial de infrarrojos IRAS (lanzado por la NASA) identificó un asteroide, llamado Faetón, y al estudiar su órbita, se concluyó que era este asteroide el que causaba la lluvia de estrellas. Un origen un tanto peculiar si se tiene en cuenta que la mayoría de las lluvias de estrellas conocidas están causadas por cometas. De hecho, una de las teorías con las que trabajan los astrónomos es que Featón, actualmente, sea un cometa extinto y que los fragmentos que forman las Gemínidas pudiesen haber sido desprendidos hace siglos.

Es posible contemplarlas porque al igual que ocurre todos los años, por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con aquellos fragmentos desprendidos de Faetón. Cuando uno de esos meteoroides entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire, creando así lo que se conoce como estrella fugaz. Normalmente, los meteoros más comunes que observamos a simple vista los producen partículas de unos milímetros a unos centímetros de tamaño que se queman a unos 100 kilómetros de altura.

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