En qué casos médicos está contraindicado volar en avión

Los viajes en avión están sometidos a cambios de presión, humedad y altitud que pueden repercutir en la salud y el estado físico de los pasajeros. Esas condiciones pueden repercutir en determinadas patologías y dolencias que puedan sufrir previamente. Es posible que afecten en casos tan sorprendentes como tener una simple caries o haber hecho buceo en las horas previas. En esas circunstancias, los cambios de presión en cabina al despegar y aterrizar pueden acentuar el dolor y las lesiones.

Cada problema de salud y cada persona requiere una valoración particular, por lo que la recomendación de no subir al avión depende de la patología en concreto, del momento de la enfermedad y de la situación clínica general. Con todo ello, hay determinados casos médicos o patologías en las que está contraindicado coger un avión por los riesgos que puede suponer para su salud:

- Enfermedades cardíacas: los infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares recientes son una de las principales contraindicaciones.

- Neumotórax o dificultades respiratorias, ya que la presión del aire en cabina es baja y la cantidad de oxígeno en sangre se reduce.

- Afecciones de la sangre como la anemia, por la misma falta de oxígeno.

- Obstrucción intestinal o cirugías abdominales en los últimos diez días.

- Infecciones de oído, nariz o senos: su incapacidad para igualar las diferencias de presión puede causarles dolor y lesiones.

Los embarazos, a pesar de lo que se suele creer, no están contraindicados siempre que no sufran complicaciones y el estado de salud de la madre sea bueno, puesto que los viajes aéreos son, en general, seguros para las embarazadas. En esos casos se recomienda evitar los viajes en avión a partir de la semana 36, cercana a la fecha prevista de parto. Por el contrario, si las mujeres sufren afecciones que puedan empeorar con el vuelo, el viaje no se recomienda.

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