Las respuestas a las dudas más frecuentes sobre la vacuna de la gripe

La campaña de vacunación contra la gripe coge impulso en la Región de Murcia y a partir del próximo lunes 29 de noviembre todos los mayores de edad podrán recibir el pinchazo para prevenir el virus influenza. Desde principios de mes, los sanitarios han estado vacunando a la población más vulnerable: mayores de 70 años, embarazadas y enfermos crónicos o con patologías de riesgo, hasta sumar ya más de 130.000 inmunizados.

Para la mayoría de la población será la segunda o tercera vez que se vacunen en lo que va de año. No obstante, es vital insistir en la importancia de esta profilaxis, ya que, en pleno inicio de la sexta ola de la Covid, los expertos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud señalan que la coinfección del virus de la gripe y de la Covid puede multiplicar por dos el riesgo de muerte por coronavirus. Así, es fundamental aumentar las coberturas de vacunación.

Entre las dudas que le surgen a la población se encuentra si es recomendable recibir en el mismo día la dosis de recuerdo contra la Covid y la de la gripe. Ante esta cuestión, la Consejería de Salud ya ha estado realizando los dos pinchazos en el mismo día a los mayores de 70 años, por lo que no existe ningún riesgo al respecto, si bien se administra cada una en un brazo distinto.

Otro de los interrogantes más frecuentes es el sector de la población al que va dirigido la vacuna contra la gripe. Aunque pueden recibirla todos los mayores de 18 años, la OCU señala que principalmente está recomendada para los grupos de riesgo que pueden desarrollar complicaciones con mayor facilidad en caso de contraer el virus. En este grupo están incluidas las personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas, enfermos respiratorios crónicos con asma o EPOC, personas con diabetes o problemas cardiacos o aquellas cuyo sistema inmunitario se encuentra deprimido por otra razón.

De forma específica, las autoridades también recomiendan la vacuna para los sanitarios, los trabajadores de instituciones geriátricas y las personas que proporcionan cuidados domiciliarios a mayores.

Las vacunas antigripales, en contraposición con las utilizadas para prevenir el coronavirus, son profilaxis clásicas, incapaces de causar la infección al contener componentes virales inactivos. No obstante, mantienen la capacidad de provocar una respuesta efectiva del sistema inmunológico y aumetan la resitencia contra la gripe.

Menos conocida, aunque también disponible en el mercado español, es una vacuna atenuada de administración intranasal. Este fármaco, que contiene una versión del virus menos agresiva, está indicada para su uso en niños y adolescentes menores de 18 años. La OCU también destaca que no debe ser empleada en grupos de alto riesgo, como pacientes inmunodeprimidos o en tratamiento con inmunosupresores.

Acostumbrados al baile de cifras que los laboratorios ofrecieron este año para indicar la eficacia de sus vacunas contra el coronavirus, conviene apuntar que la profilaxis contra la gripe ofrece unas cifras inferiores a estas. En adultos sanos, los expertos calculan que no llega al 70%, mientras que su efectividad es aún menor en los colectivos de riesgo.

Esto se debe a la variabilidad de los virus influenza y a la ausencia de garantías a la hora de seleccionar las cepas que los científicos creen que van a desencadenar la epidemia cada año. Además de existir un margen de error irremediable, las vacunas nos son eficaces frente a todos los virus de la gripe. Además, la duración y la intensidad de la inmunidad que provee la vacuna contra la gripe es menor que en otros casos, por lo que, aunque no haya cambios en las cepas dominantes, la profilaxis apenas tiene efecto de un año para otro.

A pesar de estos datos, las cifras del Ministerio de Sanidad indican que en el invierno previo a la pandemia, la vacunación evitó el 26% de los ingresos hospitalarios, el 40% de pacientes en UCI y el 37% de las muertes vinculadas a la gripe en los mayores de 65 años.

De acuerdo con las recomendaciones anuales de la Organización Mundial de la Salud, España administrará este año las vacunas contra la gripe que contienen las cepas con más probabilidad de causar la epidemia este invierno en el hemisferio norte. Estas contienen como mínimo componentes de los subtipos H1N1 y H3N2 del virus de la gripe A y de un subtipo de la gripe B. Las vacunas tetravalentes añaden componentes de un segundo virus B.

Los sanitarios generalmente administran la vacuna de la gripe mediante una inyección intramuscular o subcutánea profunda en la parte superior del brazo, aunque en los bebés con menos de un año se suele hacer en la cara lateral del muslo.

En los menores que deben ser vacunados por primera vez se administran dos pinchazos con un mes de intervalo. Aunque puede haber diferencias en las pautas, el resto de la población solo recibe una dosis. Los expertos también señalan que en el caso de pacientes con fiebre alta o una infección aguda, es necesario esperar hasta que esta desaparezca.

Lo primero que hay que destacar es que en la mayoría de los casos, la vacuna contra el virus influenza no provoca efectos secundarios o, como mucho, solo son molestias leves, como inflamación y enrojecimiento en la zona donde se ha producido el pinchazo. Una reacción local que desaparece en uno o dos días.

En casos menos frecuentes también se ha observado que el paciente puede sufrir un síndrome pesudogripal varias horas después de la administración de la profilaxis. La OCU señala que consiste en una gripe suave que provoca malestar general, fatiga y dolores musculares que se mitigan a las 24 o 48 horas. Especialmente excepcionales son los efectos adversos graves, que consisten sobre todo en reacciones alérgicas a alguno de los componentes de la vacuna. Una circunstancia que puede suceder en cualquier otro medicamento.

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