«El 40% de clientes del gimnasio es estacionario»
La obsesión por la pérdida de los kilos cogidos por los excesos hace que los meses de mayo, junio, septiembre, octubre y enero sean los más fuertes para los negocios del deporte
Dicen las malas y envidiosas lenguas que el que no coge un par de kilos por los excesos del verano no es humano, y prueba de esa humanidad es el crecimiento de clientes que se produce en los gimnasios a la vuelta de vacaciones. “En septiembre se produce un crecimiento del 30% en loa abonados del centro, y aunque no todos vienen por eso, está claro que la mayoría quiere perder esos kilos que ha cogido en verano”, confiesa Antonio Ortin, gerente del Centro Deportivo Cabezo de Torres.
Sin embargo, “en contra de lo que se piensa, septiembre no es el mes más fuerte, porque todavía hay personas que están de vacaciones, es la feria de Murcia… Es en octubre cuando se produce una llegada más fuerte y se aumenta un 35% respecto a agosto”, asegura.
Por este complejo de culto al cuerpo pasan cada día cientos de usuarios: “Acogemos desde bebés de tres meses, minusválidos, jubilados, tercera edad. Porque nuestro complejo tiene una oferta muy amplia pensada para toda la familia: escuela de baile infantil, padel, taekwondo, piscina, spa, sala de musculación y clases grupales”, explica el gerente. Por esta razón, Ortin considera que la fluctuación de personas por el centro a lo largo del año es representativa y ocurre en cualquier en todos los gimnasios: “El 40% de nuestros abonados es estacionario, está seis meses, se va una temporada y luego vuelve”, dice.
María Teresa Asunción es la excepción que cumple la regla. Ella acude todas las semanas, sea primavera, verano, otoño o invierno, “porque yo no vengo a perder peso, quiero mantenerme y encontrarme bien, tanto física como psicológicamente, y para eso el deporte es fundamental”, dice sin tapujos. Ella es testigo de esa fluctuación que se produce en el Centro Deportivo Cabezo de Torres durante todo el año: “Uy, sí. Se nota mucho que hay un bajón en verano, luego la cosa sube en septiembre, después da otro bajón, vuelve a despuntar en enero, luego cae otra vez, y sube en mayo y junio”, atesora.
Pilates y zumba: las clases de moda
El aumento otoñal de clientes no tiene género ni edad. El gerente del Centro Deportivo Cabezo de Torres prefiere no realizar un perfil de los abonados estacionarios, ya que considera que es “muy difícil diferenciarlos de los que vienen durante todo el año. Lo que sí está claro es que son gente que viene con unos objetivos muy concretos y que cuando los han cumplido, se van; o bien se van porque ven que no los alcanzan”, explica.
Una meta que sí varía en lo que a sexos se refiere: “La intención principal de las chicas es perder peso y estilizar la figura, y además lo quieren todo de golpe y rápido. Los chicos, en cambio, buscan ganar volumen y definir la musculatura”, asegura Ortin. Entre las actividades más demandadas, “en mujeres son las clases colectivas, sobre todo el pilates y la zumba, que se han puesto muy de moda. Los chicos son diferentes, piden sala de musculación y natación”, continúa.
¿Cuál es el principal problema de esta forma de practicar deporte de forma estacionaria? Ortin lo tiene claro: “La gente que viene en septiembre y octubre lleva como mínimo todo el verano sin hacer nada, en algunos casos hasta cuatro meses, y quiere empezar al 100%. Y eso no se puede, al cuerpo hay que adaptarlo durante dos o tres semanas. Ese es el principal problema que tenemos con la gente nueva, y hay que relajarlos un poco”, concluye.
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