Las claves para detectar si tu hijo tiene depresión
«No eres capaz» y «no eres suficiente», son dos mensajes que pueden poner en riesgo la salud mental de los adolescentes
María José Timoteo
Viernes, 8 de octubre 2021, 12:37
La crisis sanitaria de la Covid-19 duplicó los casos de depresión en jóvenes. Muchas familias se encuentran con el duro reto de acompañar a un familiar que padece esta enfermedad. La ayuda de la familia es esencial tanto para prevenir el problema como para detectarlo a tiempo. Unicef publicó el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2021 y las cifras son alarmantes. Uno de cada siete adolescentes en el mundo tiene un problema mental diagnosticado y casi 46.000 se suicidan al año (la Organización Mundial de la Salud estima que es la segunda causa de muerte para la juventud). La pandemia ha empeorado los datos, un análisis publicado en JAMA Pediatrics afirmó que los síntomas de depresión se han duplicado en niños y adolescentes en comparación con la época anterior.
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Para dar visibilidad a este problema que cada vez afecta a más jóvenes, el primer jueves de octubre se conmemora el DíA Europeo de la Depresión (DED). Aunque la depresión puede aparecer también en la infancia, la etapa más vulnerable es la adolescencia. La depresión se puede prevenir y también tratar, pero para ello hay que percatarse de algunas señales que pueden dar a los padres la voz de alarma.
Las señales para detectar si tu hijo tiene depresión
Las principales señales de alerta son cambios en el estado de ánimo, si un adolescente empieza a aislarse no solo de sus padres, sino también de sus amigos y pierde interés por aficiones que antes le gustaban, puede ser un signo evidente, según explicó Amalia Gordóvil, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. También si se muestra más irritable dentro de entornos donde no le sucedía, puede ser una señal de depresión. «Otros signos de alerta son cambios en el autocuidado, como no tener una buena higiene personal, una bajada en su desempeño académico o conductas de riesgo, ya sean sexuales, de abuso de sustancias o delictivas», explicó Gordóvil.
La adolescencia es la etapa más vulnerable, ya que se trata de un periodo en el que el desarrollo personal sano pasa por una crisis de identidad en la que el adolescente busca otros modelos de referencia más allá de los que ha recibido de su familia. «Esto no significa que haya una relación causal entre adolescencia y depresión, pero sí debemos trabajar ya desde la infancia para reducir riesgos», señaló la psicóloga. Lo más importante es que exista un clima de confianza y comunicación en casa sobre los sentimientos. A los jóvenes les cuesta mucho expresar sus miedos y lo que sienten, por ello, tus hijos deben recibir modelos saludables de afrontamiento ante las dificultades de la vida. «La mejor ayuda que pueden ofrecer los padres es cuidar su propia salud mental para ser modelos saludables de afrontamiento», señaló Gordóvil.
Los errores más comunes de los padres
A veces los padres no saben crear un ambiente de confianza y comunicación emocional con sus hijos. Para la psicóloga familiar, la mejor ayuda que pueden ofrecer los padres es servir de modelo a sus hijos, afrontando las situaciones estresantes de forma saludable. «Si tus hijos ven que ante un mal día en el trabajo te quejas y te bebes un gin-tonic para olvidarlo, o te tomas un ansiolítico, les estás transmitiendo que la regulación emocional pasa por el uso de sustancias. Esto no es un buen mecanismo de afrontamiento», señaló.
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Los adultos también cometen otros errores que no benefician a que su hijo sea más abierto a la hora de contar sus problemas con ellos. El mayor de todos, según Gordóvil, es invalidar las emociones de los hijos, transmitiendo mensajes como «esto que te pasa no es nada», «yo a tu edad no tenía esas tonterías en la cabeza» o «venga, espabila, que la vida no es fácil». De esta forma, los jóvenes pueden sentir que las emociones que sienten no son correctas y no se les da el acompañamiento y la guía que en ese momento necesitan.
«No eres capaz» y «no eres suficiente», son dos mensajes que pueden poner en riesgo la salud mental de los hijos, según Gordóvil. El primero «se transmite desde la sobreprotección, haciendo por los hijos cosas que por edad podrían hacer por sí mismos, y el segundo se transmite desde la exigencia cuando no damos valor a las cosas que hacen bien o desaprobamos decisiones en busca de su propio camino».
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Hay veces que con la actuación de los padres no es suficiente y se necesita atención psicológica. Identificar a tiempo la depresión en un adolescente es clave. Muchos casos no se detectan y, por tanto, no se tratan. Una depresión no tratada adecuadamente aumenta el riesgo de sufrir depresión en la edad adulta o de llegar a esta etapa de la vida con baja autoestima que conduzca a relaciones sentimentales tóxicas, al consumo de sustancias o a desarrollar enfermedades metales.
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