El año que cambiará sus vidas a miles de opositores
Se enfrentan a la mayor oferta de empleo público de la última década, que alcanza en la Región las 10.768 plazas. Para los sindicatos, todavía insuficientes para cumplir el objetivo de rebajar la interinidad al 8%
Todo territorio tiene su sueño americano, su ideal de la oportunidad perfecta que brinde y blinde una vida llena de éxitos o, simplemente, una rutina estable, un horario fijo, un sueldo incuestionable hasta la jubilación, una futura pensión digna, un poco de paz. Nadie sabe a cuántos murcianos les gustaría ser funcionarios, tener un empleo público y, a ser posible, consolidado. A finales de 2018, el Instituto Nacional de Estadística cifró en un 19,4% a los españoles funcionarios. Casi uno de cada cinco ciudadanos tiene un empleo público. En la Región eran el 18%. Pero miles y miles aspiran a ello convocatoria tras convocatoria, incansables.
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Policías, jueces, maestros, bibliotecarios, profesores, auxiliares administrativos, celadores, trabajadores de correos y un largo listado. Un sueño que cada vez parece más fácil de conseguir, pues tras varios años sin poder lanzar ofertas que superasen las tasas de reposición, tras varios años de convocatorias inexistentes o irrisorias, este 2019 las administraciones cumplen con las expectativas de opositores y sindicatos. Es el año de la descongelación de la oferta pública de empleo y los datos lo demuestran. A nivel estatal, el Gobierno ha pasado de convocar unas 17.500 plazas en 2017 y 2018 a más de 30.000 para este 2019. En la Administración regional, la subida no ha sido tan vertiginosa, pero sí «satisfactoria» para los sindicatos, pasando de las 6.200 aprobadas en 2017 -muchas correspondientes a ofertas sin convocar de años anteriores- a las casi 8.200 plazas a las que se dio luz verde el pasado mes de diciembre y cuyos exámenes vienen realizándose desde entonces. Sumadas a las diferentes convocatorias locales de las dos principales ciudades de la Región, Murcia y Cartagena, la oferta de empleo público de este año alcanzaría las 10.768 plazas.
Para opositores de diversas áreas y organizaciones sindicales, las cifras hablan por sí solas: ha vuelto a abrirse el grifo de las administraciones y esperan que el chorro continúe durante los próximos años. «Claro que se ha vuelto a abrir el grifo, pero es que, si no fuera así, la Administración moriría de inanición», dice Juan Miguel López, presidente regional de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).A pesar de que la oferta de este año es la mayor de la última década, «todavía es insuficiente, se queda corta para cubrir las necesidades de los interinos. El acuerdo que se firmó con los sindicatos dice que deben ofertarse las plazas cubiertas por un interino más de tres años, pero eso en esta convocatoria no se ha hecho».
El desbloqueo de las oposiciones no conlleva necesariamente un aumento en la probabilidad de obtener una de esas plazas. La sequía que ha azotado durante tanto tiempo al empleo público ha hecho que los aspirantes se acumulen ante las puertas cerradas del funcionariado. Y si bien ahora hay muchas más plazas en comparación con años anteriores, también hay muchos más competidores. Es algo que tiene muy claro Marina López, que a sus 31 años lleva encadenando cuatro contratos consecutivos de interinidad como maestra de inglés en colegios públicos. Ella se examina de la primera prueba eliminatoria el próximo 22 de junio. Su vida en estos momentos es no tener vida. Ir a «piñón fijo». Pero el problema es que en una oposición «no se demuestra si eres buen maestro, no solo influye cuánto te prepares. En 2016 vi a gente buenísima que ni siquiera aprobó el primer examen», cuenta. Esta realidad hace que desde el CSIF también hayan planteado la necesidad de reformar el sistema de oposiciones. «Seguimos aplicando un criterio de los años 70. El método de selección no es efectivo. La gente se lo juega todo a un día, en un examen puramente memorístico que no tiene mucho sentido», apunta López. Es por eso que desde su organización solicitan que, a los interinos, se les consolide la plaza a través de «una evaluación continuada y un reconocimiento de las labores. No es lógico que tengan que presentarse una y otra vez para aprobar algo que ya han aprobado. Además de que en algunos casos llegan a tirarse diez o quince años de interinos y, en ese tiempo, la capacidad memorística cambia».
Y también la vida, a no ser que los opositores decidan paralizarla. Marina sabe que no puede plantearse ser madre hasta que consiga su plaza fija en el sistema educativo, «porque tengo compañeras con hijos que me lo dicen claramente: 'Así no puedes prepararte la oposición'». Para conseguir su objetivo, Marina va una vez a la semana a clases de preparación en la academia Oposiciones Murcia. Ella es de esos opositores que trabajan por las mañanas y estudian por las tardes. Algo que, según reconoce, le produce un cansancio psicológico «muy extremo». Ella es una víctima de los años de sequía en la Administración. «A los que nos diplomamos sobre el año 2009, nos tocó lo peor», cuenta. Y aunque ahora la oferta ha subido, ella tiene miedo de que suceda lo mismo que pasó en la última convocatoria de profesores de secundaria, «que se quedaron plazas sin cubrir porque la gente suspendió y ni siquiera pudieron ver su examen».
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Dos opositoras del SMS denuncian la «desigualdad de condiciones» a la que se enfrentan con los interinos y piden procesos de selección diferentes «para que quienes no hemos trabajado en la Administración tengamos opciones de entrar en la bolsa»
Las heroínas
Las que sí entienden, y mucho, de preparar una oposición teniendo cargas familiares son Yolanda Moreno, Lucía Martínez y María Dolores Espejo. Esta última empezó con 26 años a prepararse por libre la oposición para policía nacional. «Entonces trabajaba en la hostelería a jornada completa y era muy difícil». Fue hace tres años, cuando tuvo a su tercer hijo, cuando decidió dejarlo todo para dedicarse únicamente a estudiar. «Daba de mamar al niño con los apuntes delante», cuenta. Desde entonces, no ha tenido vacaciones. Apenas se coge una tarde libre al mes. «En mis tiempos de descanso, pues me pongo a limpiar el baño o a pasar la escoba». Sus compañeros de la academia Level 112 la definen como una heroína. Ninguno se imagina en su situación y manteniendo la constancia, el esfuerzo, la motivación.
Aunque las oposiciones para Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no llegaron a congelarse, se resintieron durante los años de crisis, convocando apenas unos centenares de plazas para todo el territorio nacional. «Ahora se ha vuelto a abrir el grifo y prevemos que se ofertarán a este nivel durante los próximos seis o siete años, porque hay muchos agentes muy cerca de la jubilación», apunta el inspector y jefe de estudios de la academia Level 112, Alfonso Gálvez. Este 2019 la oferta es de 2.506 plazas en la Policía Nacional y María Dolores ya roza uno de esos puestos. Solo le falta aprobar el psicotécnico, una prueba en la que caerán poco más de 130 candidatos de toda España. «Espero tener suerte y no ser una de ellos», dice.
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El día que esté dentro del cuerpo, cree que llorará, «como tantas veces he llorado durante este tiempo. Eso puedes ponerlo, que he llorado mucho», reconoce sin tapujos. Para ella, lo peor de opositar ha sido no poder estar con su familia. «Me estoy perdiendo ver crecer a mi hijo pequeño», dice con tristeza. A sus 37 años, María Dolores sabe que la edad juega en su contra para conseguir su sueño, pero no le importa. «Si suspendo, seguiré estudiando para la próxima». Su actitud y determinación hacen que no solo sea una heroína para sus compañeros. También lo es para sus hijas mayores, de 19 y 15 años, que se sienten «muy orgullosas de mí por el sacrificio que estoy haciendo. Siempre me lo dicen».
En los casos de Yolanda Moreno y Lucía Martínez, que se han examinado este año varias veces en convocatorias de celador y auxiliar administrativo del Sistema Murciano de Salud (SMS), la historia se repite. Ambas tienen dos hijos en edad escolar. «Somos las mamis antisociales», dicen casi a dúo, «íbamos escuchando audios de los profesores mientras llevábamos a los niños al cole, o en los cumpleaños nos salíamos a la calle a repasar», cuentan. Ambas han estudiado juntas y han aprobado. La nota de Yolanda es incluso la tercera más alta de su lista. Pero ambas creen que no entrarán en la bolsa de interinos «porque el sistema de evaluación es muy injusto. Dicen que esto son oposiciones libres, pero no es cierto. No nos presentamos en igualdad de condiciones, porque cualquiera que tenga un examen peor que el tuyo pero un poco de experiencia, te adelanta en puntuación». Ambas definen las oposiciones del SMS como una estabilización «encubierta» en la que los candidatos nuevos no tienen casi opciones. Y es cierto.
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La tasa de temporalidad de la plantilla del SMS está por encima del 35%, según cifras de la Consejería de Salud, donde estiman que la interinidad se reducirá hasta poco más del 10% tras las OPES de estos años, que finalizarán en 2020.
El CSIF reclama una evaluación continuada y el reconocimiento del trabajo para consolidar los puestos de interinos. Las academias aconsejan convocatoriasestatales porque en ellas«obtener plaza depende solo de la nota»
En desventaja
En la misma situación que ellas se encuentran todos los nuevos opositores del SMS, pero también los de la Comunidad Autónoma y los del Ayuntamiento de Murcia, según explica Sonia Climent, gerente de la academia que lleva su apellido y en la que preparan cualquier oposición a estas administraciones. «Nosotros siempre aconsejamos a la gente a que se presente a las de ámbito estatal, porque solo cuenta la nota del examen. Esas sí que son oposiciones libres al 100%. En las de la Comunidad o en las del SMS, que son concurso-oposición, estudias como si fueras a por la plaza, pero sabiendo que a lo único que aspiras es a entrar en la bolsa. Una vez dentro, te empiezan a llamar para sustituciones y ya en una segunda convocatoria puedes optar a la plaza. En las estatales eso no pasa. Tenemos alumnos que estudiaron un año y consiguieron su plaza de funcionarios».
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Yolanda y Lucía reclaman un sistema más justo para los que, como ellas, optan a entrar en el sistema público de la Región sin haber trabajado nunca en él. «Lo que no puede ser es que haya interinos que ni siquiera se hayan presentado al examen y que eso no se penalice de ninguna forma en la bolsa. Además, creemos que se debería aprobar con un cinco, que no valga cualquier nota. Aunque lo ideal sería que hicieran convocatorias diferentes, para interinos y para los que nunca hemos trabajado en la Administración; así tendríamos alguna posibilidad», dicen.
Funcionarios autónomos
La oferta de plazas que sí se ha mantenido inamovible durante la crisis, «porque nosotros no cobramos de los Presupuestos Generales del Estado», es la de notarios y registradores de la propiedad. Ellos, junto a los que estudian para juez o fiscal, son los opositores reyes del sacrificio y la paciencia. Entre seis y nueve años pasan atados a sus manuales de Derecho hasta que consiguen su plaza de funcionarios públicos.
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Uno de ellos es David Trapote, que a sus 28 ya lleva estudiando más de cinco años y ha suspendido una vez. «Lo normal», dice Inma Lozano, directora de la Academia de Notarios de Murcia. Para David, que es hijo de notario y también hermano de otra aspirante, esta era la única oposición «realmente atractiva de todas las que podía hacer», explica. Además de ser un apasionado del Derecho Privado, a Trapote lo que más le gustó fue la posibilidad de tener «una estabilidad económica y, al mismo tiempo, ser mi propio jefe». Pues al igual que los registradores, los notarios son, al mismo tiempo, funcionarios públicos y empresarios autónomos, «con las ventajas e inconvenientes que eso conlleva», apunta Lozano.
A estas alturas, David estudia entre diez y doce horas al día. Se presenta en junio al primer examen de esta convocatoria y aspira a una de las 90 plazas nacionales. Y si no la consigue, «no pasa nada. Seguiré estudiando», dice, porque como los demás, también él sabe que lo más importante para ser opositor es «no ponerte límites a ti mismo, tener claro cuál es tu objetivo y perseguirlo, hasta que caiga».
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La interinidad de los maestros no bajará del 12%
Desde el CSIF y también desde CC OO saben que las 1.300 plazas convocadas en las oposiciones de Educación este 2019 no acabarán con la interinidad que el cuerpo de maestros sufre en la Región, que alcanza al 18% del mismo, según confirma la Consejería de Educación. Con la incorporación al sistema de los opositores que consigan su plaza, la Comunidad estima que los interinos se reducirán al 12%. La cifra está todavía lejos del objetivo marcado por los sindicatos y el Gobierno, del 8%, «pero ese es el camino», apunta Jorge Castillo, secretario de Acción Sindical de la federación de enseñanza de CC OO. Además, como novedad respecto a otros años, también señala que los opositores podrán revisar su examen, recibiendo incluso una copia del mismo y una respuesta que justifique la nota del tribunal.
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