El hombre que se ha construido la Alhambra en casa
José Luis Romero ha reproducido la joya nazarí en su vivienda del pueblo sevillano de Paradas. Ha invertido doce años en su «locura», que le llevó a visitar 140 veces el monumento y traer 125.000 azulejos de Granada
PILAR GARCÍA-TREVIJANO
Lunes, 1 de octubre 2018, 11:17
José Luis Romero Núñez tiene 72 años y un sueño cumplido: vivir en la Alhambra. Este vecino de Paradas (Sevilla) no paró hasta construir una reproducción del monumento granadino en su propia casa. Y ahora ha decidido abrir su creación al público. Los visitantes no dejan de asombrarse ante la titánica tarea de replicar a escala la joya nazarí mimando cada detalle.
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La historia de amor de José Luis con la Alhambra comenzó ojeando un librito sobre el 'castillo rojo' que perteneció a su madre. Y ya no dejó de ampliar conocimientos sobre la arquitectura y el arte andalusíes, especialmente el estilo nazarí, desarrollado en los años de mayor esplendor de Al Andalus. Toda esa pasión la encauzó hacia una idea que empezaba a rondarle en la cabeza, la de levantar una réplica de la Alhambra en su hogar de Paradas. Necesitaba para ello tiempo, dinero y entusiasmo, que era lo que le sobraba. Porque José Luis no encaja en esa imagen del excéntrico acaudalado que se encapricha con algo y lo consigue de inmediato. Él lleva toda la vida regentando un comercio de telas y ropa y nunca se ha cogido vacaciones. Con ese pequeño negocio, y mucho «esfuerzo y sacrificio» él y su mujer han sacado adelante a sus dos hijos. Cada euro iba a la hucha de su edén particular y con los ahorros ha cumplido su sueño, «mi locura», como lo define.
Hace 25 años, en 1993, José Luis empezó a poner en pie esa locura. Adquirió una casa en Paradas, la derribó y dejó libre un terreno de 500 metros cuadrados para empezar de cero. Sin tener conocimientos de arquitectura, ideó y diseñó todos los detalles de su interior, lo que le llevó a realizar 143 visitas a la Alhambra a lo largo de doce años para tomar dibujos y hablar con artesanos y expertos en la época nazarí. No solo quería belleza, también fidelidad histórica. En 2005 terminó la obra, y desde entonces reside con su familia en esta mini-Alhambra sevillana. 'El Carmen de los Arrayanes' es como ha bautizado su casa, en honor al famoso patio de la alberca (que también ha replicado en su hogar).
«De los 500 metros 400 son totalmente nazaríes», dice este hombre de 72 años
«¿Que cómo se me ocurrió reproducir la Alhambra en casa? «Es la pregunta del millón. No sabría decir... Siempre he sido un entusiasta de la historia y de la arquitectura nazarí y todo eso me ha llamado mucho la atención. Comprar la casa, rehabilitarla, hacer los planos y buscar documentación entre tomos de historia y de arquitectura me ha llevado mucho tiempo. Estuve treinta años dándole vueltas a las ideas en la cabeza y diseñando cómo quería que quedara».
Constructores, artesanos y albañiles siguieron las instrucciones y diseños de Romero, basados en un exhaustivo trabajo de investigación. Aunque carece de un título de arquitecto, ha aprendido «hasta el más mínimo detalle» de la cultura andalusí de forma autodidacta y concienzuda.
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De los 500 metros cuadrados, 400 son «hasta el techo, totalmente nazaríes», los cien restantes tienen elementos árabes. Afirma que su casa «únicamente está inspirada en la Alhambra». Visitó también Marruecos, pero no le interesó lo que vio «La decoración de la Alhambra y su restauración es inigualable. Los franceses en la Guerra de Independencia dejaron parte deshecha y el trabajo de restauración fue impecable. Sin embargo quería la originalidad de las primeras épocas».
La acequia del Generalife, la Sala de los Mocárabes o la Sala de la Barca son algunos de los espacios recreados en su hogar, la mayoría con materiales de Granada, entre ellos más de 125.000 azulejos y cien moldes distintos de silicona para reproducir las yeserías, algunas de varios metros de alto. Por la tarde-noche, la iluminación acentúa el esplendor del 'Carmen de los Arrayanes', lo que unido a los olores de los jazmines y el murmullo del agua realzan la experiencia.
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El hogar de Romero ya ha recibido 18.000 turistas, e incluso tiene visitas concertadas desde América Latina para este próximo mes de octubre. No ha calculado el alcance de la inversión porque su intención nunca fue convertir su casa en museo, simplemente es un lugar de descanso que él y su familia comparten «encantados».
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