Soledad del Calvario 'colorá' tras la tormenta

Siempre es la procesión de la Soledad del Calvario el contrapunto a la explosión 'colorá' que cada Miércoles Santo se desborda, Puente Viejo abajo y hacia Murcia, desde la parroquia de El Carmen. Porque si aquel desfile de la Archicofradía de la Sangre, que es Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima, es casi festivo y multitudinario, el que anoche volvió a cruzar el río devino en luto riguroso y recogimiento absoluto. Y este año aún más de luto después de que la Archicofradía no pudiera hacer su tradicional estación de penitencia del miércoles a causa de la lluvia.

Túnicas negras en la tarde del Jueves Santo, aunque adornadas con tímidos ribetes rojos que recordaron su procedencia carmelitana. Anoche volvió a surcar las calles uno de los pasos más originales en la propuesta cofradiera murciana. Se trata del llamado Cristo del Amor en la Conversión del Buen ladrón, grupo escultórico obra del genial José Hernández Navarro, el querido imaginero murciano, quien representa en madera a Cristo entre los dos célebres ladrones. A ellos se suma otra talla el mismo autor de Los Ramos: María Magdalena.

La procesión partió desde El Carmen pronto, a las seis y media de la tarde, y se adentró en la ciudad mientras en muchas parroquias se celebraban los tradicionales oficios de Jueves Santo. Muchos murcianos disfrutaron de un desfile donde destacó la imponente talla del Cristo de la Humillación, una imagen del siglo XVII a la que acompaña otra obra de Antonio Campillo: Nuestra Señora de la Soledad del Calvario.