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Semana Santa de Lorca
La lluvia obliga a acortar la procesiónBlancos y azules tuvieron que retrasar y reducir la duración de sus cortejos por la amenaza de precipitaciones
La lluvia hizo acto de presencia ayer antes de lo esperado y puso en riesgo la procesión del Domingo de Ramos, que comenzó media hora más tarde y con menos grupos de lo que es habitual. Poco antes de las 19 horas, cuando ya habían sido recogidas las banderas de los balcones para participar en el desfile bíblico-pasional y los figurantes estaban preparados para salir, comenzó a llover y se vieron obligados a resguardarse en las carpas instaladas entre las carreras principal y secundaria con la incertidumbre de si saldría o no el cortejo. Tras dos reuniones entre los presidentes de las cofradías y el alcalde, Fulgencio Gil, todos decidieron sacar la procesión a la calle con la participación de todos los pasos.
El Paso Blanco eliminó de la procesión el grupo del rey Salomón, el 'Caballo del Respeto', los plumeros de la reina de Saba, Betsabé y la cuadriga de Teodosio. No salieron tampoco los demonios a caballo, la carroza del Anticristo ni los cuatro jinetes del Apocalipsis que le sirven de escolta.
Lo que no faltó fue el bullicioso pueblo hebreo, principal seña de identidad de la procesión del Domingo de Ramos. Lorquinos de todas las edades, familias enteras y grupos de amigos se vistieron con túnicas a la usanza de hace más de dos milenios y llevaron palmas y ramas de olivo para representar el pasaje bíblico de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Esta puesta en escena se inició en el año 1885, fue el primer grupo que desfiló en la Semana Santa lorquina y supone el origen de los desfiles bíblico-pasionales tal y como se conocen hoy. Jesús se abrió paso entre la multitud en su borrica acompañado por sus fieles discípulos que entonaron durante el trayecto la letra del himno del pueblo hebreo 'Dios de Israel'.
El Paso Blanco estrenó la bandera bordada en oro y sedas, inspirada en motivos antiguos y con los símbolos de la cofradía
La historia del pueblo de Israel también estuvo representada por la caballería de las tribus. Los blancos también pusieron en procesión la caballería de la reina de Saba, en la que sobresale la 'Capeta del Negro', uno de los bordados más icónicos del Paso Blanco por la expresividad del rostro realizado en sedas. Los jinetes realizaron un alarde de doma de alta escuela de los magníficos ejemplares. A continuación, hizo su aparición la opulenta carroza de la reina de Saba, de estilo egipcio y 15 metros de largo, arrastrada por 33 esclavos abisinios. El personaje iba ataviado con una túnica de raso blanco bordada en oro y sedas con motivos de inspiración egipcia. Destacan las figuras de gansos con alas desplegadas y cola de serpiente, que simbolizan al dios Amón. Le siguieron en el cortejo los carros de la princesa Naamah y del faraón Siamón.
Corrieron al galope las cuadrigas conducidas por expertos aurigas para representar el poder de la Roma Imperial. Fueron las de los emperadores Octavio, Licinio y Constanino, a las que siguió la siga de Majencio.
El colofón del cortejo blanco fue la imagen de San Juan Evangelista, Patrono del Paso Blanco, portado por 84 costaleros ataviados con túnicas blancas y mantolín rojo. La talla del apóstol es del escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci y fue restaurada en 2023. La imagen luce una túnica verde y un mantolín rojo y portó una palma en su mano izquierda. El trono estaba adornado con 4.000 flores de palma realizadas una a una por los sanjuanistas. La música que acompañó a San Juan y el ritmo que imprimieron los portapasos en su discurrir por la carrera fue alegre, en consonancia con el espíritu de la procesión hebrea.
El colofón fue la imagen de San Juan Evangelista en su trono en andas, portado por 84 costaleros con túnicas hebreas
El sonido incesante de las bandas del Paso Blanco en la carrera con la interpretación de los himnos 'El Tres' y 'Guapa' y las tres banderas ondeando durante todo el recorrido hicieron que no decayeran en la grada blanca los vivas y los aplausos. El público pudo admirar la nueva bandera, uno de los estrenos del Paso Blanco esta Semana Santa. Está bordada en oro y sedas en tonos malvas con elementos ornamentales y florales inspirados en diseños de bordados antiguos de la cofradía.
La Hermandad de la Curia, que preside la procesión del Domingo de Ramos, cerró el desfile con el trono de la Virgen de la Soledad.