Procesionistas de la flor y el bordado

Cartagena se convirtió ayer en un ir y venir de procesionistas. Con la lluvia que visitaba intermitentemente el día, aquellos que aguardaban impacientes enfundarse la túnica de penitente o de portapasos encontraban el hueco idóneo para pasar por Santa María de Gracia y sus calles aledañas cargados de flores para los tronos. Más de un joven aprendió de las más mayores ese pequeño arte de engalanar en pétalos los tronos más queridos de sus agrupaciones. Una labor artesanal a la que se suma la del bordado y la orfebrería.

Los sanjuanistas californios constataban ayer en el Parque de Artillería que sus banderines y faroles estaban relucientes y brillantes para lucir en una noche como la de los apóstoles, siempre cargada de las más intensas emociones. Ambiente en cualquier caso ideal para imbuirse de cartagenerismo por los cinco sentidos.

Así lo sintieron los turistas que también desembacaron en el puerto y montaron largas colas frente al Teatro Romano. El agua, además, les dio una tregua de sol justo al mediodía que aprovecharon para degustar de la rica y variada gastronomía.

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