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La Caridad recibe el cariño de Cartagena
Miles de cartageneros homenajean a su Patrona en la ofrenda floral de un Viernes de Dolores marcado por la tradición familiar y la emoción
Juana Martínez
Viernes, 22 de marzo 2024, 22:00
Lentejuelas, bordados, terciopelos, puntillas y claveles vuelven a darle aire tradicional al Viernes de Dolores. También estuvo presente la elegancia rural de la mano de ... pueblos como La Aljorra, Canteras y La Puebla.
Cientos de cartageneras desfilaron por el centro ataviadas con sus trajes tradicionales, como Ana Fabregat y su hija, Ana Sicilia, que llevan más de 17 años participando con el grupo de los marrajos. «Los trajes nos los hizo mi madre, ella bordó cada lentejuela», explicaba Fabregat orgullosa del artesano y laborioso trabajo de su progenitora.
A María del Pilar Madrid, que salía con una amiga, la acompañaba su abuela a la Plaza del Ayuntamiento para darle los últimos consejos antes de comenzar. «Cuando era pequeña salí en el desfile muchos años, pero llevaba ya veinte sin participar, este año hemos decidido volvernos vestir de cartageneras otra vez», comentaba la joven ilusionada por retomar la tradición familiar.
En familia también iba Jessica Martínez, que acompañaba a su ahijada de cinco años por cuarto año consecutivo, «la vestimos desde pequeña», detallaba mientras le colocaba bien una flor a la pequeña. De generación en generación también ha pasado la tradición para María del Carmen López, que viste a su nieta desde pequeña. Juntas llevan más de veinte años llevándole flores cada Viernes de Dolores a la madre de los cartageneros.
No faltaron al homenaje a la Virgen de la Caridad las cofradías Marraja, California y del Resucitado, el grupo folclórico Ciudad de Cartagena, ni la Hermandad de Romeros de San Ginés de la Jara. Y el grupo de Bordado de Los Dolores y Mujeres Cartagonova.
Claveles a María
Bartolo Gimeno y su mujer Flori Martínez encabezaban la delegación perinera con más de veinte participantes emocionados por representar a su pueblo el día más destacado para los cartageneros. Elisa García y Francisco Martínez, del grupo de Coros y Danzas Virgen de los Dolores, reunieron también a más de veinte de sus miembros entre bailes y canciones.
La comitiva, formada por más de dos mil personas distribuidas en 55 grupos, discurrió por las calles Mayor, Puerta de Murcia, Santa Florentina, Parque, Plaza Puertas de la Serreta, Serreta y terminó en la Basílica de la Caridad para honrar a la Patrona de Cartagena en su día grande.
La inclusión estuvo muy presente en el desfile y la comitiva de la Asociación de Mujeres Virgen del Almarjal la abrió una persona en silla de ruedas que llegó a la basílica hecha un mar de lágrimas de la emoción.
La Caridad recibió, en su primer gran reencuentro con los cartageneros, tras años cerrada por reformas, claveles, rosas, petunias, margaritas y gitanillas, en ramos, en coronas, en cestas y en varios formatos más. Operarios del Ayuntamiento recogieron las flores en la puerta para colocarlas en torno al corazón rojo sobre fondo blanco, asaeteado por puñales, que ya había sido preparado por los floristas, a la derecha de la puerta del templo. Lo mismo hicieron en el lado izquierdo, con el anagrama de la Virgen María, con sus iniciales trazadas finamente en azul sobre un tupido tapiz de flor blanca. A sus pies depositó la Asociación de Vecinos de Santa Lucía una ancla repleta de claveles blancos y azules. Algunos de los integrantes de este grupo vestían un atuendo marinero y llevaban redes de pesca. Tras ellos, los componentes de la cuadrilla de La Aljorra bailaron su tradicional jota. Lo mismo fueron haciendo durante el trayecto hasta llegar a la Caridad, como reflejaban sus caras exhaustas pero rebosantes de alegría.
Los asistentes llenaron los bares del recorrido, en especial en el entorno del Icue y en la confluencia de la calle Santa Florentina con Parque. Los cartageneros lucían sus mejores galas en el día de la patrona y se mezclaban en las terrazas con las camisetas deportivas que vestían los aficionados de los equipos de fútbol sala que este fin de semana se disputan la copa de España en la ciudad.
Los efectivos de Policía Local y Protección Civil, que vigilaban el lugar, se coordinaron con la seguridad privada de la propia iglesia para que el tránsito fuera fluido y no hubiera aglomeraciones incómodas entre el público asistente. Los grupos salieron de manera ordenada y sus miembros se dispersaron, camino a casa o para continuar la celebración con amigos y familia por el centro.
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