Movember en Hospital Quirónsalud Murcia: la importancia de los chequeos masculinos

El movimiento Movember trata de enviar un mensaje crucial a la sociedad masculina, y es que deben cuidar de su salud. A lo largo de noviembre, hombres de todo el mundo se unen para promover la prevención y el diagnóstico temprano de enfermedades específicas del género masculino.

En este contexto, hemos hablado con el Dr. Fulgencio Molina, jefe del servicio de urgencias ycoordinador de chequeos del Hospital Quirónsalud Murcia. Además de abordar este tema, también nos recuerda la importancia de las visitas preventivas de las mujeres en las áreas de ginecología y medicina general.

La prevención es un pilar fundamental en el cuidado de la salud. No solo nos ayuda a prevenir enfermedades y su propagación, sino que también reduce la necesidad de tratamientos costosos.

Esta acción es fundamental para mejorar la calidad de vida y detectar a tiempo posibles problemas para poder tratarlos y evitar otras complicaciones derivadas. De forma general, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un cronograma de chequeos que varía con la edad y las circunstancias personales.

Este consiste en un chequeo cada cuatro años antes de cumplir los 40, cada dos hasta llegar a los 60 y uno al año después de esta edad. ¿Por qué? Porque algunas personas deben hacer frente a algunos hábitos de riesgos como el tabaquismo, el alcohol o comer en exceso. Asimismo, el doctor Molina indica que, a medida que envejecemos, enfrentamos diferentes desafíos propios o adquiridos. Entre ellos podemos destacar los antecedentes familiares de algunas enfermedades hereditarias como el cáncer, la diabetes o enfermedades del corazón

Todo lo anterior determinará la frecuencia de las revisiones, especialmente a partir de los 50 años en los hombres.

En un chequeo médico se llevan a cabo un conjunto de actuaciones para definir, promover, ejecutar, aplicar y evaluar actividades de prevención de la salud. Durante el mismo hay una entrevista personal con el médico para que conozca los antecedentes médicos y hábitos de vida actuales del paciente.

Del mismo modo, se realiza una exploración general. En ella, se valora el estado de salud y se identifican posibles patologías o situaciones de riesgo que pueden evolucionar hacia alteraciones de diferentes órganos y sistemas.

Las revisiones médicas se suelen complementar con algunas pruebas médicas:

- Analítica de sangre y de orina.

- Medición de la presión arterial, la capacidad pulmonar y el riesgo cardiovascular,

- Revisión oftalmológica y otorrinolaringológica.

- Radiología del tórax y otras pruebas diagnósticas en función de los antecedentes recogidos en la entrevista personal.

Además, se ofrecen una serie de consejos médicos con los que mejorar el estilo de vida y los hábitos de cada persona.

Debido a que el trastorno del tabaquismo es la causa evitable más frecuente en un gran número de enfermedades, en cualquier circunstancia y edad debe realizarse una búsqueda del tabaquismo y ofrecer consejo y tratamiento para lograr la deshabituación.

El doctor Molina nos indica que los chequeos y las revisiones son distintos según el grupo de edad al que se pertenece. En este sentido, nos hace distintas recomendaciones.

- Promoción de hábitos de vida saludable previniendo el sedentarismo y el sobrepeso.

- Controlar la tensión cada 4-5 años, si no hay riesgo cardiovascular, así como los niveles de colesterol.

- Dentista. Una revisión anual por el estomatólogo ayuda a prevenir caries y problemas de encías que se pueden solucionar visitando al especialista.

- Vacunas. No debemos olvidar que no es solo cosa de niños. A estas edades se deben recibir las vacunas del tétanos, la tosferina y la difteria.

- Deportistas. A los menores de 35 años se les recomienda tener una historia clínica que incluya un examen del aparato circulatorio y un electrocardiograma, para detectar anomalías relacionadas con la muerte súbita.

- Salud cardiovascular. Los controles de colesterol o hipertensión se vuelven más exhaustivos en esta franja de edad. Se ofrecerá la realización de una prueba de esfuerzo y un ecocardiograma.

- La diabetes. Conviene prevenir los factores de riesgo a esta edad, que es en la que suele diagnosticarse la diabetes tipo 2, sobre todo si hay antecedentes en la familia.

- Es recomendable un control analítico con el que evaluar de manera global el estado de salud (función renal, anemia, diagnóstico y control de la diabetes…).

- Control de la salud cardiovascular.

- Cáncer. Es uno de los grandes enemigos de esta franja de edad, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz. Además de los controles ginecológicos, en mujeres fumadoras debe ofrecerse la posibilidad de realizar una tomografía computarizada de baja radiación (TC) para descartar cáncer de pulmón. Igual de importante es la determinación de sangre oculta en heces o la realización de una colonoscopia para excluir la presencia de un cáncer de colón. La edad de inicio y la frecuencia de estas pruebas dependerá de los antecedentes familiares, de los hábitos personales y de los resultados obtenidos en las primeras exploraciones practicadas.

- Huesos. Una densitometría permitirá conocer el estado de los huesos determinando si existe o no osteoporosis. Hay que recordar que el riesgo de rotura de los huesos crece con la edad.

- Boca. La cincuentena lleva asociada la debilitación del sistema inmunitario y la boca es uno de los puntos más susceptibles. Esta es la razón por la que en este período aumentan de manera considerable los problemas bucodentales.

- Problemas de audición y visión. Las revisiones con oftalmólogo y otorrinolaringólogo deben realizarse cada año para detectar cualquier problema de audición o en la visión.

- Vacuna de la gripe. Entramos en el grupo de riesgo de esta enfermedad común y los expertos recomiendan vacunarse cada invierno para evitar complicaciones.

El corazón es un órgano vital que trabaja incansablemente a lo largo de nuestra vida, por lo que es esencial cuidar de su salud. Para arrojar luz sobre esta importante cuestión, también hemos hablado con el Dr. José Nieto, jefe decardiología en Quirónsalud Murcia.

Las recomendaciones actuales establecen que a partir de los 40 años en varones se debería realizar una valoración del riesgo cardiovascular. Esto se extiende también a aquellas personas sin factores de riesgo conocidos.

Se debe realizar una valoración dirigida hacia la búsqueda de síntomas cardiológicos o enfermedad cardiovascular establecida. De igual manera, según el Dr. Nieto, «será imprescindible una valoración clínica y analítica en busca de la presencia de los factores de riesgo cardiovascular que más directamente están relacionados con el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares». Este grupo de factores está comprendido por:

- Hipertensión arterial.

- Dislipemia.

- Diabetes mellitus.

- Tabaquismo.

- Obesidad.

- Sedentarismo.

Asimismo, durante esta valoración se tendrá en cuenta la presencia de antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular precoz.

Un elevado riesgo cardiovascular, motivado por la presencia de uno o varios factores de riesgo de los antes mencionados, en combinación con otro factor no modificable pero muy importante como es la edad, aumentará la probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular en los años venideros.

En consecuencia, se abre una ventana de oportunidad para controlar y minimizar la aparición futura de una patología de elevada morbimortalidad como es la cardiovascular.

El doctor Nieto nos indica que la valoración del riesgo cardiovascular debe realizarse cada cinco años o menos. El periodo de tiempo se acorta cuando una persona está en un nivel de riesgo cardiovascular próximo a plantear el inicio de una intervención terapéutica.

Para establecer el nivel de riesgo y con independencia de la edad, en todos los pacientes suelen realizarse las mismas pruebas. Estas son:

- Electrocardiograma.

- Toma de la tensión arterial en consulta.

- Analítica de sangre.

- Ecocardiografía transtorácica.

Sin embargo, cuando se requiera una prueba de detección de isquemia o de valoración de la capacidad funcional, se recurre a la prueba de esfuerzo. Por ello, dependiendo de la edad y de la capacidad de esfuerzo, se utilizará el protocolo de ejercicio que mejor se adecue a cada paciente.

A menudo, los hombres pasan por alto las revisiones urológicas debido a diversas razones, desde la falta de información hasta el miedo y la vergüenza. No obstante, mantener la salud del sistema urinario y genital masculino es fundamental.

«Desde problemas de nacimiento hasta patologías comunes que pueden surgir en cualquier etapa de la vida, los chequeos urológicos juegan un papel vital en la prevención y detección temprana de problemas graves, como el cáncer de próstata». Estas son palabras del Dr. Antonio Romero, urólogo del Hospital Quirónsalud Murcia, el cual nos ha hablado sobre la importancia de las revisiones urológicas en cada etapa de la vida masculina.

Las mujeres, de forma general, están bastante concienciadas sobre la importancia de acudir al ginecólogo para hacerse revisiones periódicas y cuidar su salud. Por el contrario, los hombres suelen evitar o posponer sus revisiones urológicas.

Es importante destacar que el sistema urinario y genital masculino es complejo y puede experimentar diferentes tipos de dificultades a lo largo de la vida. Existen cuestiones de nacimiento y patologías habituales durante los primeros años. Otras, independientemente de la edad, se manifiestan con señales de alarma. Por ejemplo:

- Sangre en la orina o el esperma.

- Problemas de erección.

- Dolor en los testículos o el periné.

- Dificultad o dolor al miccionar.

- Aumento o descenso del flujo urinario.

- Incontinencia.

- Otros.

Todos estos signos exigen una visita al urólogo, pero, aunque no se den, «todos los hombres deberían hacerse revisiones urológicas una vez al año». Especialmente al sobrepasar el umbral de los 45 o 50 años, siempre que no haya factores de riesgo hereditarios. El motivo es que a esta edad se comienzan a desarrollar algunas patologías relacionadas con el proceso natural de envejecimiento.

Por ello, la prevención es la mejor medicina. Estos chequeos son claves para diagnosticar precozmente y tratar problemas complejos, algunos incluso asintomáticos hasta que alcanzan un estado avanzado, como el cáncer de próstata.

De los 18 a los 40 años muchos hombres se enfrentan a una serie de desafíos importantes. Entre ellos, el de mantener un control adecuado de su salud, y conseguirlo es mucho más fácil con la información adecuada.

¿Cuáles son los principales problemas urológicos en esta etapa de la vida?

Los principales problemas urológicos en los jóvenes de entre 18 y 20 años pueden devenir desde su adolescencia y estar relacionados con el comienzo de la vida sexual. Aquí, el doctor Romero matiza «me refiero a asuntos del pene, principalmente problemas de fimosis y frenillo».

Luego, entre los 18 y los 30 años, tanto en ellos como en ellas es frecuente que el urólogo atienda procesos de infección urinaria. Pero también cálculos renales, enfermedades/infecciones de transmisión sexual (ETS/ITS) y, en algunos casos de varones, asuntos de disfunción eréctil (DE).

«Temas todos muy diferentes, no relacionados entre sí, que, si bien pueden empezar a manifestarse en edades tempranas, es posible que perduren durante la época de la madurez». El doctor afirma que «quizás sean señales tempranas de problemas de salud más serios».

Algunas situaciones que se pueden dar están relacionadas con alteraciones anatómicas, estructurales o urodinámicas del aparato urinario. «Hablamos, por ejemplo, de casos de litiasis renal (cálculos renales) o ciertas conductas, hábitos y estilos de vida. Asimismo, pueden darse problemas como las ITS o momentos en los que se mezclan problemas psicológicos y biológicos, como puede ser la DE».

Por otro lado, hay que señalar que el cáncer de testículo se desarrolla en edades tempranas. «Es por ello que debemos aconsejar a los jóvenes que, ante cualquier anomalía descubierta en los testículos, acudan al urólogo».

¿Cuándo acudir al urólogo?

Acudir a este especialista debe ser la respuesta inmediata ante cualquier síntoma, dolor o malestar en el área genitourinaria. De igual manera, es necesario visitarlo «si se aprecian cambios en las características organolépticas (olor, color, aspecto…) de la orina o se sospecha de algún proceso expansivo genital que se esté desarrollando y que se haya podido descubrir/identificar en la autoexploración».

En cualquier caso, no conviene desestimar o subestimar cualquier problema que se identifique, por muy leve que parezca.

Por regla general, a esta edad, la mayoría de las personas están centradas en sus carreras, familias y otras responsabilidades. Sin embargo, es un periodo en el que deben prestar especial atención a su salud.

¿Qué problemas urológicos son los más frecuentes en esta etapa de la vida y ven más en consulta?

Entre los 45 y 50 años es cuando los varones acuden por primera vez al urólogo para su chequeo general siempre que no haya tenido ningún tipo de síntomas previos. Esta visita se realiza por recomendación del médico de atención primaria o por el boca a boca en su trabajo o grupos de amigos.

Algunos hombres aprecian pequeñas alteraciones y síntomas en el tracto urinario inferior (STUI) y estos son los que les impulsan a concertar una cita con un especialista. ¿Cuáles son los más frecuentes?

- Levantarse por la noche a orinar (nicturia).

- Que el chorro de la orina tenga menor fuerza y calibre.

- Otros.

Cáncer de próstata

Entre las patologías más graves figuran las enfermedades de la próstata, sobre todo, el cáncer de próstata. ¿Por qué se produce y cuál es su prevalencia en España?

En palabras del doctor Romero: «hay una gran variedad de factores externos y ambientales que se han asociado al riesgo de desarrollo de cáncer de próstata. Por ejemplo, la presencia de síndrome metabólico y la hipertensión arterial se han asociado con un mayor riesgo. Igualmente, la hipercolesterolemia y la obesidad suponen factores de riesgo en este sentido. Además, el cáncer de próstata puede tener un factor hereditario, por ello es tan importante, si existe historia en la familia directa, comenzar los chequeos a partir de los 45 años».

¿Cómo se diagnostica?

El PSA (antígeno prostático específico) que se detecta en sangre es el marcador prostático. Aun así, no es específico de cáncer, ya que puede elevarse por otras razones, como las infecciones de orina o la prostatitis.

«Gracias a este marcador, es posible monitorizar sus niveles a lo largo de la vida adulta del varón de forma anual. Por tanto, si se aprecia un ligero aumento, esto nos indica que es necesario realizar una investigación más profunda. Además, el tacto rectal sigue siendo otra herramienta que se mantiene en la exploración física urológica para completar el diagnóstico».

Los hombres que entran en su sexta década de vida saben que su salud urológica puede convertirse en un tema crítico.

¿Qué chequeos urológicos deben realizarse los hombres mayores de 60 años y con qué frecuencia?

Deben consultar a los especialistas ante síntomas que puedan tener una enfermedad importante detrás, como la presencia de sangre en la orina o la dificultad al orinar.

Por otro lado, se ha demostrado un menor riesgo de fallecer por cáncer de próstata si a partir de los 50 años se realizan analíticas con PSA. ¿Por qué? Porque teniendo en cuenta los factores de riesgo de un paciente y el nivel de PSA inicial, se puede pautar una periodicidad para dicha prueba.

¿Qué problemas urológicos son los más frecuentes en esta etapa de la vida y se ven más en consulta?

Los síntomas del tracto urinario inferior por obstrucción prostática y la disfunción eréctil.

¿Podría hablarnos de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) y de cuál es su prevalencia a partir de los 60 años?

«La hiperplasia benigna de próstata es un término histológico (del tejido prostático) por el que aumenta el tamaño de la parte central de la uretra prostática. Es a través de ella que sale la orina desde la vejiga».

Un término más amplio sería el de los síntomas del tracto urinario inferior (que pueden existir sin que haya un agrandamiento prostático o una HBP). «Estos aumentan su prevalencia con la edad, de forma que en la cuarta década de la vida solo un 8 % de los hombres relata que tiene algún síntoma, pasando al 50 % en la sexta década o al 80 % en la novena».

¿Y el cáncer de próstata? ¿Cómo afecta a los adultos mayores?

Con el screening (diagnóstico precoz) del cáncer de próstata, hoy en día los que se diagnostican son, en su mayoría, asintomáticos. Esto quiere decir que, cuando se detectan, no hay ningún síntoma, al contrario de lo que sucede en otros cánceres. El doctor insiste en que el cáncer de próstata suele darse a partir de los 50 años de edad. Además, es bastante infrecuente en la década de los 40 y casi inexistente antes.

En estos casos, ¿cómo es de importante el diagnóstico precoz?

«El cáncer de próstata, si produce síntomas, suele ser porque está localmente avanzado. Algunos de los habituales son obstrucción urinaria, sangrado con la orina o bien obstrucción de la orina que desciende desde los riñones. Por otro lado, cuando es metastásico, las ubicaciones más frecuentes son los ganglios linfáticos y los huesos.

Por ello, si logramos hacer un diagnóstico precoz no solamente podemos evitar la progresión de la enfermedad sino también las complicaciones.

Cuidar de la salud masculina no solo es responsabilidad individual, sino un compromiso con nuestros seres queridos y comunidades. El movimiento Movember recuerda que no hay que esperar hasta que surja un problema de salud.

En el Hospital Quirónsalud Murcia cuentan con los mejores especialistas para realizar todos los chequeos regulares. Y es que la prevención es esencial para una disfrutar de una vida larga y saludable. Ya sea tu corazón o tu salud urológica, no subestimes el valor de una visita al médico.

A medida que Movember llega a su fin, mantén viva la conversación sobre la salud masculina. Juntos, podemos asegurarnos de que más hombres vivan vidas más largas y felices.

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