Paseo triunfal para el Consejo de Tornel en otra Junta decisiva para el Murcia

No era una misión fácil, pero el Consejo de Administración del Murcia sacó adelante de manera triunfal una nueva Junta de Accionistas que llegaba con curvas. Para empezar, y debido a la pandemia, el club grana tuvo que tirar de teconología para citar a sus socios de forma telemática y solventó el entuerto con acierto.

El orden del día pondría en cuestión el modelo de club y las medidas a tomar por una directiva que cuenta con detractores pero que ayer salió airosa. Los 150 asistentes que atesoraban el 49,04% del capital social (1,5 millones) presenciaron el mensaje optimista de Tornel, que aseguró en su discurso inicial que por primera vez en diez años el Real Murcia no tendrá deudas con la AFE en diciembre y que la nueva ciudad deportiva no está tan lejos de ser una realidad.

La primera parada fue la aprobación de las cuentas anuales del ejercicio 2019-20. Los números son alentadores ya que el Murcia presenta una deuda de 33 millones, de la que dos pertenecen a préstamos subordinados de empresas que fueron de Samper y que solo exigibles si el Murcia presenta beneficios. De los 31 millones restantes, seis responden a «recargos e intereses con administraciones públicas no exigibles a corto plazo», dijo el consejero Miró.

La deuda grana con las administraciones públicas es de 17,5 millones según las cuentas. El club reconoció, como ya adelantó LAVERDAD, que el resultado de explotación que registra la diferencia entre ingresos y pérdidas del ejercicio fue positivo en 546.000 euros, algo impensable con los gestores anteriores. El Real Murcia, pese a estar en Segunda B, recaudó en el pasado ejercicio 808.000 euros por abonos, 787.245 en publicidad y 283.226 por ventas en la tienda del club, entre otros ingresos. El club grana, en apenas dos años, ha bajado su deuda en 15 millones.

Daniel Moreno fue el encargado de presentar a los accionistas la nueva campaña de préstamos convertibles en acciones de 2 millones. Un movimiento «transparente en el que no se va a favorecer a empresas o amigos» y que está destinado a dotar al club del «dinero que necesita para cerrar el concurso y acometer deudas con Hacienda», aseguró.

Accionistas como Gavin Pearce señaló que la aportación mínima de 5.000 euros espantará al accionista medio del Real Murcia, mientras que Enrique López, perteneciente a la Asociación de Accionistas Minoritarios, alegó que hubiera sido preferible una nueva ampliación de capital y que, en caso de apostar por los préstamos convertibles, los accionistas actuales deberían tener derecho preferente de suscripción.

Pero el actual Consejo no cambió de opinión ya que entiende que estos préstamos es una forma de financiación más «ágil» que un ampliación y que la intención de la directiva es «levantar cuanto antes el actual concurso de acreedores», por eso el club necesita el dinero con celeridad.

El nuevo Consejo de la entidad grana mantendrá los cinco miembros que ya están actualmente y tendrá tres caras nuevas que cuentan con un perfil empresarial, económico y jurídico. Enrique Roca no entrará finalmente en la directiva de forma personal, pero sí Francisco José Pérez Alcázar, un abogado de su confianza. Además también estará en el órgano de dirección de la entidad Francisco García, director general de Prevemur, otro de los grandes accionistas con 90.000 euros en capital. La tercera de las entradas será la de Antonio Martín Cascales, representante de la firma Tomi Maquinaria, patrocinador habitual e histórico de la entidad grana.

El expresidente Chema Almela reclamó la presencia en el Consejo de un encargado de marketing y aseguró que el órgano directivo del Murcia debería ser «más plural» y representar a todos los escalafones del murcianismo, una teoría que también abrazó Maribel Cabezos, presidenta de las peñas, que intervino con posterioridad. A ambos les contestó Francisco Tornel asegurando que «hay prevista la creación de un Consejo Social en el que sí estarán representados todos los estamentos murcianistas».

El grupo liderado por Higinio Pérez y Chema Almela defendió ayer que, en vez de destinar ingresos a pagar deuda concursal antigua como se ha hecho hasta ahora, el Murcia debería apostar antes del 17 de marzo, fecha máxima prevista por la nueva legislación para generar un nuevo concurso de acreedores que englobaría las deudas concursales que aún hay vigentes y que no ha podido solventar la entidad murciana. Un lastre que le impide conseguir el Auto de Levantamiento del concurso.

Pero el Consejo grana y la mayoría de accionistas votó en contra de esta propuesta. El Murcia defiende que de los 17 millones de esta deuda con la que se encontró el grupo de Tornel en 2018 han desaparecido ya cerca de siete gracias a las quitas, y que ésta es actualmente de poco más de 10 millones. De ella, 6,4 millones han sido negociados con los acreedores ordinarios y serán pagados escalonadamente, mientras que hay 1,6 que corresponde a la deuda privilegiada con las administraciones públicas y otros dos millones que pertenecen a acreedores desaparecidos o con los que no hay acuerdo aún.

El actual Consejo, por contra, apuesta por acabar con la situación concursal con el dinero generado por los futuros préstamos convertibles y zanjar así una situación que lastra al club desde el 19 de febrero de 2009, cuando fue aprobado el concurso por Jesús Samper. Los dirigentes del Murcia entienden que acabar con el concurso abriría las puertas a la financiación externa con entidades bancarias y que, junto al pago de los 1,6 millones de deuda privilegiada, sería clave para llegar un acuerdo con Hacienda. No obstante, el Consejo grana no descartó utilizar «la bala de hacer un nuevo convenio», en caso de que no logre zanjar el actual.

La Junta de Accionistas también decidió que siga vigente el 'modelo alemán' y los artículos 7.6 y 8.2 de sus Estatutos Sociales que impiden que ningún accionista posea más del 49% y que éstos no puedan representar en Junta más del 20% del voto de la misma. Una petición, la de quitar las limitaciones para la entrada de grandes inversores, puesta por encima de la mesa por el grupo de Higinio Pérez y Almela, que fue contestada por el Consejo con el compromiso de sentarse a hablar con cualquier inversor que demuestre su solvencia y un plan realista para salvar al Real Murcia.

No obstante, la directiva que encabeza Tornel aseguró ayer que ha diseñado un 'cuaderno de venta' para evitar situaciones como la que provocó Alfonso García, que intentó hacerse con el Murcia sin poner ni un euro. Pese a las restricciones para ostentar más del 49% de acciones, la directiva actual estaría dispuesta a abrir las puertas del club a un inversor si mostrara la liquidez y el compromiso necesario para llegar a un acuerdo con Hacienda, y a la vez demostrar que es solvente para pagar la deuda concursal existente y cerrar ese capítulo negro que persigue al Real Murcia desde el año 2009.