Los jugadores de la SD Tarazona celebran el gol de la victoria ante el Antequera (1-0) en la segunda jornada en el Estadio Municipal de Tarazona. SD TARAZONA

El Municipal de Tarazona: vientos de cambio o sepultura para el Real Murcia

El cuadro grana visita por primera vez en su historia el humilde estadio aragonés, donde los locales aún no han encajado gol

Antonio Zomeño

Murcia

Viernes, 10 de octubre 2025, 00:31

La nieve todavía no ha pintado de blanco la cima del Moncayo, pero la primera visita en la centenaria historia del Real Murcia al ... Estadio Municipal de Tarazona estará amenazada por el cierzo rojillo, ese viento traicionero que ha volado todas las apuestas en el último lustro, y que ahora amaga con arrasar parte del proyecto grana. Mañana, a las 16.15 horas, los de Joseba Etxeberria saltarán a un verde acostumbrado a ganar, remodelado para no quedarse atrás frente a las gestas de un equipo que se ha transformado en el orgullo de una modesta localidad de apenas 10.000 habitantes. Una encrucijada de caminos entre Aragón, La Rioja, Navarra y Castilla y León donde el cuadro grana está obligado a encontrar esa ruta olvidada hacia el gol, una victoria que haga de brújula para escapar de su particular encrucijada.

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No existen precedentes, pero los datos auguran un duelo a vida o muerte en cada centímetro del verde. Imbatido como local este curso, con una victoria ante el Antequera (1-0) y un empate ante el Marbella (0-0), el humilde Tarazona de Juanma Barrero ha construido su identidad a través del medio: un fortín casi inexpugnable, donde la habitual disciplina táctica de los rojillos encuentra acomodo entre unas líneas de cal que recortan cinco metros respecto a los estándares para comprimir los carriles, multiplicar los duelos y acelerar las transiciones. El fútbol de barrio, y de barro, en su máxima expresión, donde se celebran ascensos y se truncan ambiciones de campeonato.

Tras saltar dos categorías en cuatro años desde la Tercera aragonesa, la SD Tarazona salvó por dos puntos su temporada de debut en el Grupo I de la Primera RFEF. Una permanencia cimentada en el Municipal, con 29 de sus 44 puntos conseguidos en casa, con solo 13 goles en contra y seis derrotas. Un año después, el curso pasado, el cuadro creció contra todo pronóstico hasta los 54 puntos, a tan solo cinco de un 'playoff' que les habría cruzado contra, precisamente, el cuadro grana. De nuevo, su hogar fue una de las claves: 34 puntos en casa, con solo 10 goles encajados y 3 derrotas. Por el camino se tomaron el privilegio de aguar las esperanzas de ascenso directo de la Ponferradina del ahora albinegro Javi Rey, un partido para el recuerdo en un Municipal que aprieta en las grandes citas.

El reflejo de los éxitos

Incrustado desde 1979 en la vida diaria de los turiasonenses, acostumbrados a disfrutar del complejo polideportivo que lo rodea, el Municipal de Tarazona dio un salto estético en 2014 con la construcción de su única grada cubierta. Esos 900 asientos multicolor que acaban en dos fondos sin butacas, donde la hinchada completa de pie un aforo total de 2.500 espectadores como bustos que enciman el juego sobre las vallas publicitarias. Alientos en la nuca; aromas a la extinta Segunda B. Una imagen del fútbol de barro que se completa con un área técnica no apta para zapatos por encima de la talla 40, con un tiro de cámara largo que muestra primeros planos involuntarios, y que pone al club grana frente al paradigma de los loables escenarios de los que quiere escapar desde hace demasiado.

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La SD Tarazona continúa invicta este curso como local, sin recibir tantos ante el Antequera (1-0) y el Marbella (0-0)

Porque es inevitable percibir un halo simbólico en el contraste de masas cada vez que el club pimentonero visita este tipo de escenarios. Con casi 18.000 abonados, la habitual hinchada murcianista podría llenar siete Municipales de Tarazona, unas instalaciones que vivieron su mejor taquilla con la visita copera del Rayo Vallecano en 2019. Por aquel entonces, el humilde club aragonés todavía no había roto el techo de cristal de la Segunda B, con cuatro derrotas seguidas en los 'playoff' hasta 2020, en lo que hoy es el tercer estadio con menor aforo de todo el Grupo II, solo por encima del ya visitado (con derrota) Banús Football Center, sede provisional del Marbella hasta que la construcción de su nuevo estadio culmine, y de la Ciudad Deportiva Luis del Sol, hogar del Betis Deportivo. Pero el aforo no juega contra un rival que ha aprendido a vivir de su campo y, a la vez, le ha dado vida.

Escasos recursos

El medio moldea la identidad; después, la identidad transforma el medio. El meteórico ascenso de la SD Tarazona topó en 2023 con los humildes recursos del club, que se vio obligado a disputar los primeros partidos de su debut en la categoría de bronce en Tudela, donde no consiguió ninguna victoria. El motivo: la normativa de la RFEF exigía la disputa de los partidos sobre un césped natural al que, dos años después de una gesta que parecía imposible, los de Barrero están completamente adaptados.

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El feudo al que llega mañana (16.15 horas) el Murcia es el campo con menor aforo en todo el grupo 2 de Primera RFEF

Mañana, un Real Murcia con la pólvora mojada tiene una cita con el dentista en una clínica exigua que todavía no ha lamentado goles visitantes. Con dos derrotas en Marbella y Algeciras, y el amargo empate ante el Atlético Madrileño en su haber, tendrá que revertir unos guarismos nefastos a domicilio, y buscar ese punto de inflexión tan necesario en un campo donde el sobrenombre de 'Municipal' dice más que la mera suma de sus letras. El manto de nieve todavía no cubre la cima del Moncayo, pero se avecina una final; reflejo de lo temprano del curso, baremo que mide el mal arranque de año. Los de Etxeberria esperan vientos de cambio, pero el cierzo es traicionero. El Municipal de Tarazona: punto de inflexión o sepultura para el proyecto grana.

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