La afición no deja solo al Real Murcia en el último partido del año

Desde este viernes los seguidores del Real Murcia han ido llegando a la isla balear, donde mañana, el equipo de Mario Simón tendrá un duro partido (12.00). Visita a un Atlético Baleares llamado, y confeccionado económicamente, a estar en la zona alta de la clasificación, pero cuya realidad deportiva es bien distinta: actualmente se encuentra a dos puntos del descenso.

Como motivación extra, un triunfo grana acompañado de una derrota del Castellón y del Eldense auparía a los murcianos a la primera posición. Es inverosímil pero las matemáticas dan en un momento deseado por cualquier aficionado del Real Murcia a principio de temporada.

Y como ha sido habitual en todos los partidos del conjunto pimentonero en esta campaña 2022-23, la afición le acompañará una vez más. Incluso en la isla de La Palma, en el duelo copero ante el Atlético Paso, el murcianista Alberto Lozano no dejó solo al equipo de su corazón. Este domingo unos cien murcianistas serán el jugador número doce en el Estadio Balear.

Los desplazamientos del Real Murcia en lo que va de Liga, en algunos casos, no han estado exentos de polémica. El más recordado por los pimentoneros es el 'Castellón On Tour', cuando el Real Murcia visitó Castalia para medirse al líder Castellón. Aquel partido, que acabó con 1-0, reforzó la unión que existe entre ambas aficiones. Un vínculo que se forjó con más ímpetu cuando peor lo estaba pasando el Real Murcia, en aquel momento donde surgió la famosa campaña de venta de pulseras y cuando miles de personas alrededor del mundo se sumaron como accionistas de la entidad grana.

En otros desplazamientos como Barcelona, Tarragona, Cornellá, Bilbao o San Sebastián la afición grana tampoco ha faltado a su cita con el Real Murcia. Sea la grada de Zubieta o el imponente RCDE Stadium, el Real Murcia ha contado con el aliento de su afición. En estos desplazamientos los clubes han facilitado al máximo la presencia de seguidores visitantes en sus estadios.

Sin embargo, hay otros clubes que han puesto trabas a los murcianistas en los partidos del Real Murcia fuera de casa. Ya en la primera salida, cuando el conjunto de Mario Simón visitó el Antonio Solana de Alicante, tuvo problemas con la venta de entradas por parte del Intercity. El club alicantino se escudó en que tenían todas las localidades asignadas para miembros de las secciones del club, donde destaca el HLA Alicante de LEB Oro o el equipo de fútbol sala con sede en Crevillente. En el partido se demostró que el Intercity miró más por evitar una superioridad pimentonera en la grada y las butacas libres en el Antonio Solana así lo dejaron patente.

Situación parecida se vivió en La Nucía, donde el club local puso un tope a las entradas enviadas a las oficinas del estadio Enrique Roca y solamente vendió en taquilla entradas a aficionados empadronados en el municipio alicantino.

Con el Atlético Baleares no ha habido problema alguno y, al menos, un centenar de murcianistas vivirán en directo un duelo que pondrá fin a un 2022 sobresaliente.