Los rastros de la violencia machista en el ámbito familiar

Patricia Cercas y Elena Martinaya interpretan una historia que explora la violencia machista en el ámbito familiar, donde «las experiencias de malos tratos y abusos hacia la mujer desbordan la noción misma de 'violencia de género' e influyen en los hijos», condena Diana. La obra pone el foco en las vivencias de los niños que conviven con las agresiones y que usan la imaginación y el juego como refugio y resistencia. También indaga en las complejas consecuencias que estos menores padecen como adultos, porque aún hoy en día las dos hermanas de la obra tienen dudas y temores: «¿Qué hacer con las heridas que no pueden sanar? ¿La violencia se aprende? ¿Se puede perdonar a un maltratador? ¿Se puede querer a un asesino?».

El que presenta La Machina Teatro es un espectáculo comprometido, sinónimo de sensibilidad escénica. Se trata del nuevo montaje que se suma a su intensa trayectoria con más de cuarenta producciones a sus espaldas, lo que la ha convertido en una de las referencias teatrales surgidas en los años 80. Versiones de clásicos, inmersiones en la palabra de poetas, espectáculos de calle, montajes infantiles, colaboraciones multidisciplinares o la pu esta en escena de obras escritas por autores ajenos conviven en la creación de la compañía, la más veterana de la escena cántabra.

«Odio y amor, horror y humor, silencio y sororidad» conviven en la pieza dirigida por Manuel Menárgez, que la califica como «una tragedia, un cuento triste y frío que nos muestra a una familia rota en el más amplio significado de rota». La historia de 'Ecos en el fango' es la de tantas víctimas colaterales de la violencia de género en el mundo, habitualmente los hijos, que sufren en sus carnes unas secuelas que quedan de por vida. El objetivo de La Machina Teatro es poner voz a esta historia, tal y como afirma Manuel: «No hemos buscado culpables, pues está claro quiénes son en la mayoría de los casos. Tampoco la lágrima fácil en el espectador, todo lo contrario. Hemos querido contar, simple y llanamente, una historia. Mostrarla lo más objetiva posible al público y que éste la coma, la digiera o la vomite».