«Mis obras se pueden leer de distinta manera según la edad»

Presenta once piezas pictóricas realizadas en grandes formatos, con los que dice estar «familiarizada», pero también obras de menor tamaño. Combina óleos con rotulador y tinta y laca, que dota, explica de este último elemento, a la pieza de «un color bastante vivo».

Knörr, quien antes había expuesto en T20 en la colectiva 'New Entries' (2020), concibió esta muestra desde «el dormitorio de una adolescente». El confinamiento, cuenta, le pilló en casa de sus padres y su antiguo dormitorio se convirtió en «un espacio de introspección y de memoria». Recordar a iconos como Britney Spears, Paris Hilton o Lindsay Lohan le llevó a reflexionar sobre cómo había avanzado su vida y las de su generación, y también sobre «ese falso sueño, muy americano, de si trabajas duro conseguirás todo lo que quieras». Su exposición es, cuenta, «como un despertar de ese sueño que se nos vendió en el que parecía que estábamos en una época de bonanza y oportunidades y al final resultó ser todo lo contrario, más aún si trabajas en el sector artístico, donde es bastante difícil ser independiente y autosuficiente».

A Gala Knörr la crisis de 2008 le sorprendió, narra, saliendo de la universidad «con una licenciatura en Bellas Artes y cero expectativas». Ese 2008, rememora a Britney Spears, que había sido un «símbolo de la perfección femenina», «se rapó la cabeza y pareció que había comenzado la tercera guerra mundial»: «La forma en la que entonces se le trató no habría sido igual en la actualidad. Hoy tenemos otras percepciones sobre lo que es la salud mental», sostiene Knörr en referencia a la situación que en aquel momento atravesaba la cantante estadounidense.

En sus obras también aparecen los rostros de Robbie Williams y los hermanos Gallagher, entre otros. Para la artista vitoriana sus cuadros «son imágenes que se pueden leer de diferentes maneras. Me interesan mucho las capas de significación que hay detrás de una obra», y el modo en el que estas son interpretadas por el espectador: «Me recuerda mucho a los memes que hacemos y compartimos en las redes; son imágenes que se puden leer de distinta manera dependiendo de la condición, la edad y la cultura de cada uno». «Creo que la intención principal de la exposición es esta, que la persona que vaya a verla pueda verse reflejado en las piezas».

'Champagne supernova', subraya Knörr, es la segunda muestra que la artista realiza desde la declaración del primer estado de alarma de 2020: «Estaba rebosante de ganas», confiesa. Su propuesta es una especie de «segundo episodio del proyecto que presenté en 'Generación 2020' en La Casa Encendida ['Good Bad Not Evil', en Madrid], con el que quería conectar con una generación más joven».

Para Knörr la suya es una generación «que quiere creer que esto va a mejor o que puede ir a mejor, aunque la situación no sea la más óptima ni las condiciones, ni el sistema en el que vivimos sea algo en lo que nos podamos apoyar». Defiende «un sentido menos nihilista de la vida y de la sociedad, y un punto más gamberro» en el que «lo importante es el sentimiento».