Pepe Guillén, cocinero de La Parranda. VICENTE VICÉNS / AGM
Restaurante

La Parranda, honestidad y murcianía

Pepe de La Parranda es uno de esos personajes en peligro de extinción por su amor al producto, su buen hacer en la cocina y su forma de pelar alcachofas

Viernes, 9 de abril 2021, 19:42

Quien a estas alturas de la película no haya visto a Pepe de La Parranda pelar alcachofas tiene un 'debe' en su carné de murcianico ' ... style'. Lo hace como si fuesen naranjas o manzanas, sin tener en cuenta las hojas de la flor. Si quieren un consejo, no lo intenten, porque lo más probable es que se den un tajo en el dedo antes de dar media vuelta a la verdura.

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Pepe va todas las mañanas a Verónicas a elegir el género que va a cocinar. Coge las cajas de alcachofas, tomates, fresas, mangos, o chipirones y hace un estrío a su gusto. Es decir, que de veinte cajas, hace una. Recuerdo cómo algún tendero de la plaza le decía cariñosamente que 'parecía una gallina escarbando', mientras él sonreía e iba a lo suyo.

De esta selección salen los platos que ofrece un restaurante que ha sido referente en Murcia y que ahora mantiene un buen nivel gracias a una de las cocinas más fiables de la Región, pero que la Covid, y la edad de sus propietarios, ha terminado por poner en situación de traspaso. Triste por un lado, porque cuando se haga efectivo &ndashno sé si será esta semana o dentro de cuatro años&ndash perderemos a uno de los cocineros más particulares y honestos del panorama culinario; y alegre, por el lado de que el descanso es más que merecido.

Imprescindibles su alcachofa guisada con piñones, su tomate con bonito y sus cocochas con bajocas planas. Tres platos difíciles de igualar

Pepe entiende la cocina de una forma muy particular. Entiende que todo el mundo tiene que entender lo que hay en el plato venga de donde venga. En una ocasión estuvo en un gran restaurante de España y al salir dijo: «Es imposible que pueda calentar un arroz en tan poco tiempo. Eso no me gusta, porque las cosas llevan su tiempo».

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Pepe tiene un menú degustación no escrito, que se respira en el aire. Para mí son imprescindibles su alcachofa guisada con piñones, su tomate con bonito y sus cocochas con bajocas planas. Tres platos difíciles de igualar e imprescindibles. Además, como todo está muy rico, el tartar de atún, los pescados fritos o las carnes a la plancha son algunos de los secundarios de nivel que se pueden encontrar, aunque a mí, personalmente, es el montadito de solomillo el final que más feliz me hace.

Pero como digo, solo tienen que dejarse llevar por Pepe. 'Lo que diga Pepe', suelo decirles. Y así no fallas. También me gusta mucho la panacota y la leche frita, dos de los postres más cuidados del local y más recomendables. Ambos vienen con guarnición de helado de turrón y mango pelado, respectivamente. Las fresas también tienen que probarlas.

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Siempre que estemos en temporada, La Parranda tiene fresones jugosos y tiernos que deben meter dentro de una copa de cava y menear con el tenedor hasta que el vino adquiera el color rosado de la fruta. Después, bocado a la fresa y trago a la copa, como dice Pepe.

Plaza San Juan. Tlf.- 968 22 06 75. Horario: cierra miércoles y las noches de domingo a jueves. Precio: unos 40 euros por persona.

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