La cara rebelde de las princesas Disney

Blancanieves, la Cenicienta, Bella, de 'La Bella y la Bestia', y Aurora, de 'La Bella Durmiente' son las cuatro princesas protagonistas de una obra en la que deciden rebelarse y exigen contar la cara B del clásico «y vivieron felices y comieron perdices. Eso que no se cuenta porque, al fin y al cabo, no es tan bonito como dicen». Para saber qué fue de ellas, se suben al escenario Olivia Lara, Masi Rodríguez, Carmen Calle e Isabel Morán. Las cuatro princesas contemporáneas alzan la voz para descubrir cómo fue la vida de estas mujeres después de su cuento de hadas.

Esa idea fue el inicio de un proyecto creado y dirigido por Olivia Lara, la Bella de esta comedia gamberra, canalla, fresca y divertida: «Empecé a experimentar con la idea de la princesa traída a la realidad». Utilizó la imagen de una princesa como una mujer real, con sus defectos y su lugar en el mundo. «El concepto que Disney tiene sobre la mujer está muy alejado de la realidad y desde niños lo hemos aprendido», afirma Lara, que buscó desaprender esa idea y «desidealizar la mujer Disney». El resultado de esta obra llegó tras muy investigar y experimentar con diferentes formatos, hasta que decidió dar su punto de vista y girar las convenciones. «Para ello tomé prestadas a cuatro princesas clásicas», cada una con una cara nunca vista y unas características significativas.

En El Batel se podrá ver a una Blancanieves que, tras pasarse toda su vida cuidando a los demás, ahora sufre un trastorno de la personalidad que la obliga a medicarse. También a una Cenicienta –más bien llamada 'Chonicienta'– que desarrolló una coraza de odio y rencor tras salir de un hogar que era más bien una cárcel. Aurora, por su parte, sufre las secuelas de su terrible maldición: tiene narcolepsia. Por último, Bella parece tener un claro Síndrome de Estocolmo como consecuencia del secuestro de Bestia, su actual marido. Más allá del cuento de hadas, cada princesa combate su propia realidad.