Varios gatos comen subidos al murete de piedra que delimita el paseo marítimo de Aguamarina. ACFOC

Vecinos y alimentadores localizan hasta 40 colonias de gatos callejeros repartidas por Orihuela Costa

La recién constituida asociación de alimentadores del litoral pide más recursos para castraciones y que el Ayuntamiento emprenda campañas de concienciación ciudadana

Miércoles, 19 de junio 2024, 19:04

Hace escasos meses que se puso en marcha la formación y expedición de los carnés de alimentador de colonias felinas y, sin ir más lejos, los voluntarios en Orihuela Costa no dan a basto. La situación es de tanto descontrol que, en este tiempo, la recién constituida Asociación Colonias Felinas Orihuela Costa (ACFOC) ya ha localizado 40 grupos de gatos callejeros dispersos por todas las urbanizaciones que conforman el litoral oriolano.

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Por el momento, la portavoz de este colectivo, Isabel Befán, rehúsa poner cifras a la envergadura de este problema que la nueva Ley de Bienestar Animal obliga a los ayuntamientos a abordar y financiar por medio de capturas y castraciones, el denominado método CER. Lo máximo que apura Befán es que podría haber un millar, «lo seguro es que son cientos. Estamos todavía elaborando el censo», señala esta vecina que gestiona de primera mano dos colonias ubicadas en Campoamor.

El pasado 11 de junio representantes de la asociación, acompañados por el presidente de la Asociación de Vecinos Cabo Roig y Lomas, Tomás Moreno, se reunieron en la sede del Ayuntamiento en Playa Flamenca con los técnicos y concejal de Sanidad, Irene Celdrán. La edil, de hecho, daba recientemente cuenta al pleno de la situación del programa de castraciones y aportaba como dato que, en los últimos siete años, el Consistorio oriolano ha esterilizado a casi 3.000 gatos.

Befán explica que hubo «un intercambio de ideas» para conseguir controlar paulatinamente las colonias felinas y mejorar su situación. La Asociación, por su parte, aportó un mapa con las principales colonias que se están gestionando en Orihuela Costa, «varias de ellas ya controladas en su totalidad o en un alto porcentaje, pero todas ellas aún sin protección».

Desde la entidad señalan que están a la espera de conocer el mapa de colonias que está elaborando el Ayuntamiento para contrastar datos y ver la verdadera dimensión de las intervenciones municipales a realizar. La Asociación, señala su portavoz, también aportó varios ejemplos de letreros para que la ciudadanía pueda saber la función y utilidad de las colonias y se solicitó que estos sean en español e inglés para llegar también a los residentes extranjeros. Hasta el momento una de las pocas colonias que se ha señalizado en la costa es la ubicada en el paseo marítimo de Aguamarina.

Captura del mapa de colonias felinas aportado por la asociación al Ayuntamiento. ACFOC

Insisten que hay una «imperiosa necesidad» de más ayudas para castraciones y concienciación a la ciudadanía por parte del Ayuntamiento de la función de las colonias y de sus alimentadores. Lejos de lo que pueda parecer, todas aquellas personas que hayan superado el preceptivo curso de formación y cuentan con carné acreditativo no cometen ninguna infracción por dar de comer a los felinos, sino que están autorizados y con ello, no solo se encargan de alimentar, sino también de facilitar las tareas de castración y traslado a centros veterinarios autorizados.

Ayudas de la Diputación

Pese a que el Ayuntamiento lleva años abordando las castraciones -hasta el momento y en gran medida gracias a las ayudas que ofrece la Diputación de Alicante-, «esta labor está a cargo de voluntarios que necesitan urgentemente el respaldo del Ayuntamiento. Actualmente hay una media de seis castraciones a la semana para toda Orihuela Costa con la dificultad añadida de la distancia hasta la protectora Asoka, a 30 kilómetros de Orihuela Costa, donde se efectúan las intervenciones».

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La Asocación Colonias Felinas, así, reclama que se informe a la ciudadanía de la labor que están llevando a cabo los voluntarios «para que se respeten las colonias como es debido», puesto que todavía muchos realizan sus tareas a escondidas y con nocturnidad solo por el miedo a ser increpados o entorpecidos en su labor por otros ciudadanos. Además, añaden que «la innecesaria demora en la actuación de la administración en este caso puede desembocar en un irreparable daño para unos animales al amparo de la ley».

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