Loli Sánchez: «Soy la más festera de mi casa»

Tocaron a su casa, pensaba que era una amiga con la que había quedado y acabó llevándose «una alegría inmensa», la de ver cumplido el sueño de encarnar a la heroína de las fiestas de subida. Loli Martínez, nueva Armengola, atiende a LA VERDAD tras una noche emociones y con la mejor voluntad de representar dignamente a Moros y Cristianos.

–¿Qué significa para usted ser la nueva Armengola?

–Una alegría inmensa y una enorme satisfacción.

–¿Alguna vez soñó con serlo?

–Yo creo que toda mujer festera sueña con ser Armengola porque es un cargo muy bonito, muy satisfactorio, muy de tu gente, de ver la gente que te aprecia, que te quiere, que está contigo. Entonces yo pienso que toda festera sueña con este cargo y yo he soñado con él. Al final se ha hecho realidad.

–¿Qué cara se le quedó cuando se lo propusieron?

–Fueron a mi casa. Yo había quedado con una amiga para ir a un mandado. Pensaba que era ella. Y, claro, cuando fue el presidente de la asociación, bien. Pero ya cuando vi a Pepe Molina dije esto no es normal. Aquí pasa algo. Cuando me lo propusieron pensé si podría hacerlo, pero tardé poco tiempo, unos segundos.

–De todos modos, en esto de los cargos ya tiene bagaje...

–Sí, cuando fui pregonera también me pilló muy de sorpresa. Después fui abanderada. Pero bueno, eso ya es un cargo que tú decides, no como este y el anterior, el de pregonera, que son cargos que la asociación te nombra.

–¿Es difícil guardar el secreto?

–Eso es lo peor. Ese secretismo que tienes que ir callada cuando la gente importante tuya te pregunta. Entonces para mí yo creo que ha sido lo peor, querer decirlo, pero no poder.

–¿Qué le dio más alegría de lo que vivió el lunes?

–Cuando llegué a la asociación. Yo esperaba ver menos gente y había tanta aplaudiéndome de pie. Entonces noté una sensación de alegría, de satisfacción, de ver a toda la gente, familiares. Eso me emocionó muchísimo.

–¿Cuáles diría que han sido sus fiestas más especiales?

–Cuando fui abanderada me lo pasé muy bien. Cuando fui pregonera también dentro de lo que es que tienes que hacer otras cosas, que tienes que guardar un protocolo diferente. Pero también fue muy bonito porque también conocí gente, compañeros de otras comparsas. Es otra forma de vivir la fiesta, que también es bonita.

–¿Qué hace único a Moros y Cristianos?

–Para mí, las fiestas de Moros y Cristianos es un todo en uno. Pasármelo bien, estar con mis amigos, disfrutar y bailar.

–¿Y qué afea las fiestas?

–El descontrol en la retreta, en el día del Pájaro. El descontrol de la gente en general durante los desfiles. Que nos topemos entre nosotros y no vayamos como se debe ir.

–¿De qué manera ha cambiado la fiesta desde que era una cría hasta ahora?

–Para mí, ha cambiado mucho la manera de hacer los desfiles. También es verdad que antes las comparsas éramos muy absolutas. Iba y venía la gente de fuera y no se le permitía entrar. Ahora se abre para todo el mundo, sea o no festero. Eso ha cambiado para bien. Todo el mundo tiene que tener la puerta abierta para disfrutar la fiesta.

–¿Ha conseguido contagiar esa pasión por los Moros y Cristianos a sus hijos?

–Regular. El pequeño está metido ahora un poco más. Lleva un año apuntado en la comparsa de su novia, pero tengo que reconocer que soy la más festera de la casa

–¿Tiene algo preparado de cara a su discurso?

–Tengo el principio y el final. Me falta lo de en medio, pero será corto. Intentaré transmitir lo que yo sienta durante todos estos meses y con mis propias palabras

–¿Algún mensaje a los festeros?

–Que lo intentaré hacer lo mejor posible. Que me vean como soy yo de festera y que representaré por igual a todas las comparsas tanto moras como cristianas como su heroína y como su mejor amiga.

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