El alcalde de Orihuela: «Durante demasiados años, Valencia nos ha considerado un municipio de segunda categoría»

Orihuela encamina un futuro próspero de la mano de la Generalitat desde la llegada hace un año a la presidencia de Carlos Mazón y el actual equipo de gobierno municipal ha reanudado grandes proyectos que marcarán el devenir de la ciudad pese a las zancadillas de aquellos -sin señalar a nadie directamente- que no aman a su ciudad y la perjudican con su «cortedad de miras». Ese ha sido, en resumen, el discurso que el alcalde, Pepe Vegara, ha pronunciado este miércoles con motivo de la celebración del 9 de octubre, día de la Comunidad Valenciana.

La plaza del Carmen, frente a la fachada norte del Ayuntamiento, se llenaba de gente con sus 'senyeras' en mano para asistir a este acto institucional que marca la agenda, también en la capital de la Vega Baja. Sobre la plaza se ubicaron dos mástiles para izar las enseñas nacional y autonómica, así como se preparó una traca lista para disparar en el parking trasero del nobiliario Palacio del Marqués de Arneva.

Tras el izado, primero, de la bandera de España al son de la Marcha Real, Pepe Vegara destacó la relevancia de esta celebración y su significado para todos los valencianos. «Hoy es un día especial para todos los valencianos. Celebramos el 9 de octubre, una fecha que nos recuerda la entrada del rey Jaime I en Valencia y, con ello, el inicio de una identidad que ha perdurado a lo largo de los siglos», comenzó Vegara.

El alcalde hizo hincapié en el orgullo de pertenecer a la Comunidad Valenciana y en la riqueza cultural y patrimonial que caracteriza a Orihuela. «Es un día que nos invita a honrar nuestras raíces, a encontrarnos en nuestra cultura y a sentirnos orgullosos de pertenecer a esta tierra rica y diversa. Orgullo de ser valencianos, de formar parte de una historia llena de fuerza, y definitiva en la construcción de España. Orgullo que se refleja en la pasión con la que los todos los valencianos y las valencianas, y en particular los oriolanos y oriolanas, abrazamos nuestra historia y tratamos cada día de encajarla en el presente y proyectarla hacia el futuro».

En su discurso, Vegara hizo referencia a esa costumbre tan oriolana de recrearse en el pasado de la ciudad, en los tiempos en los que políticamente Orihuela era una de las cabezas del Reyno de Valencia en época foral. El alcalde reconoció que «somos herederos de una historia que ha dejado una huella profunda en nuestra identidad», pero subrayó que «no somos solo historia, somos presente y, sobre todo, futuro. Soy consciente de la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones, pero también sé que no podemos quedarnos anclados en el pasado. Lo he dicho una y mil veces. Si nos recreamos demasiado en el pasado, se nos embotará el futuro».

En contraposición a esa filosofía, el alcalde puso como ejemplo la acción de su gobierno, la cual, defendió, busca nuevas metas. «Tenemos que avanzar, sin olvidar lo que somos, pero sabiendo que el objetivo está delante. Tenemos que avanzar y lo estamos haciendo. En los últimos meses, hemos puesto orden y hemos impulsado proyectos que estaban aparcados y que abren un futuro prometedor para nuestro municipio», afirmó sin mencionar algunos de esos proyectos como son Ciudad Deportiva o el Parque Empresarial, de los cuales el ejecutivo Vegara pretende poner en esta legislatura la 'primera piedra'.

En este momento, Vegara encontró el hueco para ensalzar a sus compañeros de partido en Valencia y repudiar el legado del anterior Consell de Ximo Puig. «Durante demasiados años, quienes nos gobernaban desde Valencia veían en Orihuela el 'sur del sur'. Nos consideraban un municipio de segunda categoría, llegando incluso a pensar que Guardamar era el último rincón de la Comunidad Valenciana. Esa marginación en términos de inversiones públicas nos ha dejado con muchas carencias. Pero, afortunadamente, en el último año el Consell de Carlos Mazón ha comenzado a reparar esas injusticias históricas y Orihuela está empezando a recibir lo que merece«. En este sentido, Vegara manifestó que, como alcalde, será dialogante, pero exigente al mismo tiempo »para asegurar que Orihuela reciba las infraestructuras y servicios que los oriolanos necesitan y merecen».

Al igual que lanzó un dardo contra los predecesores de Mazón, el alcalde tampoco evitó recriminar su actitud a quienes, sin mencionarlos, contribuyen a la crispación política y, según sus palabras, perjudican el progreso de la ciudad. «Por desgracia, vivimos en un todo vale para hacer daño al rival político, los espacios comunes creados son despreciados y nuestros símbolos más estimados son usados como armas arrojadizas con tal de desgastar al que tenemos enfrente», dijo en una intervención donde no pocos vieron reflejada a la figura de Miguel Hernández y la reciente polémica por el voto en contra de PP y Vox a sumarse a la iniciativa de la familia del poeta para anular los juicios que el franquismo abrió contra el autor oriolano.

«La imposición por encima del diálogo no es negociación; es ataque a nuestra identidad y a nuestros valores», continuó en una alusión algo más explícita y que recordó a las mismas palabras que el PP empleó en el pleno para recriminar al PSOE en aquella tensa moción que no aceptaran modificar el texto que elevaron para que pudiera adquirir el rango de declaración institucional y, con él, el apoyo de todos los grupos políticos, incluido Vox. Eso sí, a cambio de eliminar toda alusión a la República y la dictadura franquista, así como eludir ahondar en las condiciones y hechos previos a la muerte de Hernández en la prisión de Alicante.

«No podemos avanzar mientras sigamos creyendo que actitudes destructivas perjudican únicamente a unos pocos. El perjuicio es para todos, el perjuicio es para Orihuela y la cortedad de miras solo perjudica a Orihuela, solo a su presente, solo a su futuro», defendió el primer edil oriolano para rematar contundente. «Os pido, con toda claridad: a aquellos que no deseen lo mejor para nuestra ciudad, que se aparten, y a aquellos que quieran sumar, contribuir y colaborar para el bienestar de todos los oriolanos, que se unan. Los estamos esperando», aseveró en presencia de los suyos y también de los ediles de la oposición, entre los que se apreciaba cierta incomodidad con las palabras del alcalde en su lenguaje no verbal. «Sigo insistiendo, instalado en la ingenuidad, que vuestras aportaciones siempre serán bienvenidas», remachó Vegara.

Pepe Vegara también lanzó, en este sentido, una llamada a la unidad y a la colaboración entre representantes públicos. «Es fundamental que todos los concejales y fuerzas políticas, independientemente de nuestras diferencias, trabajemos con un único fin: el interés común de todos los oriolanos. La división solo nos debilita. Orihuela tiene un enorme potencial y si todos remamos en la misma dirección estoy seguro de que conseguiremos grandes cosas», resaltó.

Dirigiéndose a los jóvenes, Vegara expresó a continuación su confianza en el futuro de Orihuela. «Vosotros sois el futuro, los herederos de una historia rica y vibrante. Estoy convencido de que, con vuestra energía, pasión y compromiso, continuaréis construyendo una Orihuela más próspera, más justa y más unida».

Antes de concluir su discurso, el alcalde rindió homenaje a los alcaldes pedáneos y de barrio por su labor altruista de enlace entre los vecinos y el Ayuntamiento. «Vuestra dedicación, casi siempre en silencio y siempre abnegada, es esencial para que todos los vecinos sientan que forman parte de una Orihuela que cada vez más empieza a despegar. Sin vuestro trabajo incansable, el progreso que buscamos para Orihuela sería mucho más difícil de alcanzar. Por eso, hoy, en este día tan señalado, quiero mostraros todo mi respeto y gratitud», añadió.

El alcalde concluyó con una referencia a la festividad de San Dionis, también celebrada el 9 de octubre como el día de los enamorados en la Comunidad Valenciana. «Aquí en el sur del sur somos valencianos y amamos a la Vega Baja del Segura», concluyó el alcalde para lanzar vivas a Orihuela y la Comunidad Valenciana, y tomar las riendas del mástil para izar la senyera al son del himno valenciano, interpretado por el coro y la orquesta del Conservatorio.

Antes de la lectura del discurso y el izado de banderas, tuvo lugar un breve desfile desde la puerta principal de la sede central del Consistorio oriolano. Las autoridades partieron en cortejo y encabezados por los cuatro maceros. A estos les siguieron todos los invitados y representantes de la sociedad oriolana, entre ellos, el cronista oficial, Antonio Luis Galiano, y el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, Manuel Ortuño, junto a la Armengola, Loli Sánchez, y el embajador cristiano, Francisco Ruiz. También estuvo presente el director de la Escuela Politécnica Superior, Juan Martíne Tomé, el presidente del Patronato Histórico-Artístico, Tomás Sáez, el caballero cubierto, Antonio Martínez-Canales, la Síndica Portadora del Oriol, Chelo Moñino, y, en representación de la Junta Mayor de Cofradías, acudió el vicepresidente, José Luis Gil. El plantel de invitados lo cerraban antiguos Síndicos y representantes de los tres cuerpos policiales: Guardia Civil, Policía Nacional y la Policía Local, encabezada por el comisario José María Pomares. No estuvieron este año las reinas de las fiestas y la junta directiva de la asociación que las representa.

Entre los integrantes de la Corporación municipal, estuvo la práctica totalidad del equipo de gobierno a falta de la edil de Medio Ambiente, Noelia Grao, que se ausentó por motivos personales. Estuvieron también los seis ediles del PSOE y los dos de Cambiemos. No acudieron, por contra, los tres concejales de Cs. El año pasado, de hecho, solo estuvo la edil Mar Ezcurra en representación de la formación naranja. Asimismo, acudieron también la mayor parte de los pedáneos, con la destacada baja de su hasta hace unos meses coordinador, Antonio Cerdán, que decidió abandonar el gobierno por discrepancias con el alcalde. Por parte de la Generalitat, acudió la directora general del Agua, la oriolana Sabina Galindo.

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