La visita del comisario europeo al Mar Menor deja una sensación agridulce. Con la laguna en la UCI con fatal pronóstico, llega muy tarde dado ... que los síntomas del mal y los incumplimientos de las directivas europeas acumulan no pocos años. Lo esperanzador es que el Ejecutivo comunitario se muestra dispuesto a aportar asesoramiento científico y fondos. Pero no conviene hacerse demasiadas ilusiones porque Sinkevicius habrá constatado la fuerte división entre el Gobierno central y el regional sobre los pasos a seguir. Mientras esa brecha no desaparezca, no le irá bien al Mar Menor. Tampoco se entiende que de las reuniones de esta fugaz visita quedasen excluidos los regantes y productores del Campo de Cartagena. Aunque estuvieron algunas organizaciones agrarias, la voz de las empresas no pudo oírse. Ningún actor relevante debería ser excluido del debate. Y menos aún si su implicación es clave para conseguir soluciones eficaces.
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