Si uno desea ser benevolente, del comunicado sobre la irregular vacunación del obispo mejor es quedarse solo con la petición de perdón. Y es que ... el texto adjunto del presidente del Patronato del Hogar de Betania solo empeora las cosas. «Invitamos a Lorca Planes para que se vacunara», dado que frecuenta con regularidad el centro, y también al obispo auxiliar, pese a reconocer que no tenía ninguna relación directa con la residencia. A su vez, el obispo afirma que aprovechó para pedir que les acompañara el octogenario exarzobispo Gil Hellín, puesto «que se nos invitó» y creía que «convenía porque estaba en edad». Para colmo, el Patronato asegura que el obispo y sus acompañantes aparecían como «capellanes» en los listados porque el programa de inserción de datos no permitía otra cosa, cuando en el listado remitido a la Consejería «capellanes» está escrito a mano. Qué duro descrédito (doloroso para muchos fieles) por un estrepitoso fallo en cadena de sesera.
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