¿Serán útiles las vacunas españolas anti-Covid?

Sábado, 10 de julio 2021, 01:31

Algunos dirigentes de la excesiva y mediocre clase política que nos desgobierna se han apresurado a proclamar, con su habitual petulancia grandilocuente, que estamos consiguiendo ... derrotar al virus y vamos a erradicar la pandemia en breve. Sin embargo, la realidad tozuda se empeña en llevarles la contraria: la retirada sin freno de las medidas de contención, la descoordinación autonómica crónica y numerosos comportamientos irresponsables han provocado la irrupción de macrobrotes focalizados, junto a un serio incremento de la incidencia. En otro plano, el uso de la primera persona del plural: 'estamos' y 'vamos' parecería implicar nuestra intervención activa en el proceso de vacunación global. No es el caso, ninguna de las vacunas que nos han inoculado ha sido diseñada, desarrollada y puesta a punto en España.

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Al respecto, procede un comentario sobre las vacunas 'made in Spain'. Hace más de un año, el ministro astronauta anunció que el CSIC iba a obtener una pronta y eficaz vacuna, a la altura de las mejores. Su gestación correría a cargo de tres reputados investigadores, ya jubilados, al frente de grupos de trabajo pequeños, con muchos de sus integrantes en precario, percibiendo 'contratos basura'. A estas alturas, todavía no hay una vacuna admitida por la EMA y ninguno de los prototipos en marcha había comenzado en abril la crucial fase III del ensayo. Las referencias sobre seguridad y eficacia son prometedoras, con su aplicación en monodosis e intranasal, lo que plantea algunos inconvenientes. Sin embargo, ninguna estaría disponible hasta bien entrado el año próximo y parece muy problemático que consigan desplazar a las vacunas actualmente en uso, cuya capacidad protectora resulta indiscutible.

La satisfacción oficial también se extiende al ritmo de vacunación. No obstante, los datos tampoco son convincentes: el porcentaje de población con pauta completa de vacunación se sitúa en el 39% (4 de julio), muy lejos del 70%, objetivo fijado para el verano –claro que no se especificó qué verano–. Debiendo resaltar la magnífica actitud y diligencia de los equipos vacunales. Sería un grave error pensar que con la vacunación todo está solucionado. Las incesantes alarmas sobre el surgimiento de brotes importantes confirman que el virus sigue plenamente activo y transmisible. Si no queremos repetir las medidas de confinamiento masivo que acaben de hundir la economía, deberíamos tomar conciencia personal y actuar con extrema prudencia. Se insiste en el segmento juvenil, con menos riesgo de desarrollar cuadros severos, pero con una enorme capacidad de contagios.

Especialmente preocupante es el problema de las variantes que pudieran generar nuevas particulas virales con mayor poder de infección. La denominada variante delta (india) ha obligado a detener la desescalada en Inglaterra y otras naciones con un elevado porcentaje de población ya vacunada. Las compañías deberán estar muy atentas para modificar sus vacunas y poder neutralizar las variantes dañinas que puedan surgir. De nuevo, en esta carrera contra reloj, va a resultar difícil que las futuras vacunas españolas puedan competir y hacer sombra a las formulaciones actualmente disponibles.

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