Paralelo 37

El semen de Daviz

Menos mal que luego aclaró que se refería al esperma de pez globo

Miércoles, 10 de mayo 2023, 00:11

Piensen en lo más asqueroso que han comido en su vida. A mí me vienen a la cabeza unos alacranes fritos que mastiqué, pero fui ... incapaz de tragar y terminaron escupidos en el suelo de un mercado mexicano y las larvas de escarabajo que no me quedó otra que zamparme para no hacerle el feo a la familia indígena que me alojaba en una aldea perdida del Amazonas colombiano. Los chapulines me los he comido como pipas y las hormigas culonas con una cerveza helada aguantan, pero no me busquen para el huevo de pato con embrión incluido que se come directamente de la cáscara, un queso de Cerdeña con larvas vivas de mosca o el arenque fermentado con un olor tan insoportable que el propietario del museo donde exhiben estas comidas tiene prohibido abrir el envase. ¿Un museo de comida repugnante? Sí, puede visitarse en la localidad sueca de Mälmo y ahí van otros de sus 'manjares': dulces a base de productos químicos usados para la limpieza de metales, además de un pastel africano preparado con millones de moscas aplastadas, vino de arroz con caca fresca de niño, jugo de rana... Mejor paro.

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Esa fruta espinosa de nombre durián y olor tan 'único' que está vetada en los hoteles y el transporte del sureste asiático también tiene su vitrina en esta curiosa muestra, que incluye un total de ochenta platos entre los que destaca el 'natto', un alimento con apariencia de moco y olor a amoníaco que lo desayunan en Japón desde ni sé cuándo y que ahora se ha puesto de moda entre las reinas de TikTok obsesionadas con todo eso de lo saludable. Vitaminas tiene no sé cuántas y circula por ahí un eslogan que asegura que un paquete al día de este superalimento preparado a base de soja fermentada te aleja de la muerte al bajar las probabilidades de fallecer por un accidente cerebrovascular o un ataque cardiaco. Pero les cuento que solo con mirar este viscoso y enorme moco transparente el estómago se te pone cabeza abajo y ni qué decirles del momento en el que su nauseabundo olor penetra por las fosas nasales. No lo he vivido, me lo han contado.

A punto estaba de dar matarile a esta columna y a mi listado de comidas repugnantes con este 'blandiblú' asiático cuando al cocinero tres estrellas Michelin Daviz Muñoz no se le ocurre otra cosa que anunciar que quiere incluir el semen en sus platos. Menos mal que luego aclaró que se refería al esperma de pez globo, nuestra lecha que me pirra al horno con patatas y tomates, conocido en Japón como 'shirako', aunque no sé yo si pagaría por probarlo.

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