La rampa

Ciberodio

La sociedad virtual no es otra. Es la sociedad real que exterioriza sus problemas

Se titula 'Mapeando la intolerancia juvenil' y es un estudio por comunidades autónomas que revela que los jóvenes de la Región de Murcia son los ... que más reciben mensajes de odio y, también, los que más comparten esos correos en redes sociales. Se refugian en la libertad de expresión que enmarañan y convierten en 'libertad de insulto'.

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Es innegable el enorme potencial participativo que supone el uso de internet, pero también es cierto que las redes sociales proporcionan un amplio acceso a fuentes de información sin control. Por ahí se cuelan masivamente mensajes de odio y/o incitadores a la violencia. Un problema cada vez más preocupante. Todas las ideologías intolerantes encuentran en las redes sociales un espacio de expresión privilegiado, que ha generado una especie de cultura del odio, que contamina e intoxica las redes con lenguaje abusivo, denigrante o agresivo, en gran medida motivados en la intolerancia.

Las redes sociales se han convertido en un espacio de impunidad para la ira y el odio. El machismo, la homofobia, la xenofobia, la islamofobia, el antisemitismo y otras ideologías intolerantes aprovechan internet para el insulto, la humillación, el linchamiento social, el acoso, o la amenaza. Y como eso sucede en la Red, pareciera que fuese un espacio virtual, o sea que solo es aparente.

Y no. Es real.

Por poner un ejemplo, una formación política desconocida (Se acabó la fiesta) obtuvo tres escaños en el Parlamento Europeo en las elecciones de hace un año, gracias a los contenidos en internet que introdujo Alvise Pérez, su promotor. Lo hizo en un espacio que creemos virtual, pero lo que pasa en internet es un reflejo de la realidad y tiene repercusiones fuera de la Red ya que la cuestión del ciberodio (expresión acuñada para definir el discurso de odio en internet) no es más que la exteriorización de un problema que subyace en la sociedad en general.

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Las instituciones públicas no se han olvidado de este problema. Alarmados por cómo las redes sociales se han convertido en «un vehículo fundamental para difundir la incitación al odio a una velocidad sin precedentes», hace un par de años que Naciones Unidas presentó un documento para abordar y contrarrestar el discurso del odio en internet. Entre sus recomendaciones figura la de «promover narrativas positivas». Y eso no es tan difícil.

Pongámonos manos a la obra.

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