Puerta del Alma, la Mano bendiciente

Se quiere dotar de unas nuevas puertas de entrada el templo de la Vera Cruz, para las que el reconocido artista Jaume Plensa ha ideado una gran mano

Miércoles, 9 de noviembre 2022, 01:00

Lo leía en la prensa y veía con regocijo que en esta Región se estaba proyectando realizar una obra de autoría indiscutible y con belleza ... y trascendencia perfectamente acorde a lo que se pretendía. Me refiero a las nuevas puertas del Santuario de la Vera Cruz, en Caravaca. La fachada se ha terminado de restaurar, recuperando su intensa y simbólica policromía en rojos y negros, tan relacionada con la Eucaristía. En realidad, el templo de la Vera Cruz es uno de los más queridos y cuidados de toda la provincia y la Santa Reliquia, la Cruz, trasciende tiempo y espacio y hasta ocupa el centro geométrico de nuestro imafronte catedralicio. Desde lejos se divisa la torre del milagro saliendo por encima de los recios muros, luego se perfilan las líneas sobrias del templo, trazado por el carmelita Fr. Alberto de la Madre de Dios y por fin, y ahora como recién hecha, esa fachada opulenta en formas y colores.

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La noticia es que se quiere dotar de unas nuevas puertas de entrada. Unas monumentales puertas de bronce para las que el reconocido artista Jaume Plensa ha ideado una gran mano bendiciendo que se haría en altorrelieve y ocuparía el total de la superficie: La Puerta del Alma, la ha titulado. El artista ha explicado muy bien el porqué de esa elección, la mano que bendice, que acoge, que abraza una vez abiertas las puertas. Pero ese tema elegido es tan universal y abierto que aún se podrían argumentar más razones que lo convierten en idóneo. Mano derecha que bendice, la mano noble para todas las culturas y religiones que alza su dedo índice hacia el cielo mientras los otros abrazan al recién llegado. Tras el camino, la bendición que a su vez nos muestra la siguiente etapa, el cielo al que llegar. Con la mano derecha y ese dedo índice insufló Dios la vida al hombre; así lo vio y plasmó Miguel Ángel. De la mano se lleva al niño mostrando el camino y cuando aún no es capaz de recorrerlo en solitario; el padre posa la mano en el hombro del hijo que regresa tras dilapidar la fortuna; la mano se ofrece al amigo de quien nada se teme y también, asidos a una mano que nos ama dejamos este mundo. Una mano, la diestra y bendiciente, es lo adecuado para ese lugar de acogida y descanso espiritual. El Beau Dieu siempre bendice y sonríe desde el parteluz de las iglesias góticas francesas, sustituyendo al Cristo Apocalíptico que, sobre el Arco Iris, preside el último juicio a la Humanidad.

Jaume Plensa tiene obra pública y de gran tamaño en las ciudades más importantes de Europa y América. Su obra ha sido galardonada con los más importantes premios, como el Nacional de Bellas Artes o el Velázquez, y últimamente la Medalla de Oro de las Bellas Artes (2021). Igualmente ha sido reconocido con doctorados 'honoris causa' en universidades tanto nacionales como americanas. Su obra es bella: cabezas ensimismadas, grandes bustos o cuerpos completos, a veces formando grupos, compuestos por tersos volúmenes, conseguidos muchas veces al entretejer una virtuosa red de signos, letras y números en yuxtaposición aparentemente aleatoria que dan un fuerte contenido poético y quedan abiertas a la imaginación de quien contempla. Es el lenguaje universal del arte, reforzado por grafías de comunicación. Son rostros ensimismados, a veces de ojos cerrados, volcados en su mundo interior, aunque otras veces puedan taparse con ambas manos como la monumental Behind the Walls, en la Quinta Avenida o quizás, solicitar silencio poniendo un dedo en la boca: «Fabriquemos silencios que hacen mucha falta».

En Caravaca de la Cruz, en la Región de Murcia, podremos contar con una obra del artista. Un producto muy pensado y elaborado en función del lugar en que va a ir. La puerta es elemento esencial en un edificio y más aún, en un templo. La puerta cerrada ha llegado a simbolizar la Virginidad de María: puerta por la que solo Yavé puede pasar (Ezequiel, 44, 1-2). La puerta es complemento de la portada; en ella se aclara y sensibiliza la misiva trascendente que se ofrece desde tímpano o frontón. Así se hacía en el románico, así se continuó en el gótico y llegó a su culmen en el barroco: en la catedral de Valencia son los símbolos de la letanía lauretana los que alaban a María y su pureza. En la de Oviedo, el Salvador y Santa Eulalia riegan y bendicen los campos. Muchas puertas fueron sustituidas por deterioro por otras anodinas y sin transcendencia o nunca llegaron a tener este papel principal. Este es el caso del Santuario de la Vera Cruz y ahora sería el momento de enmendar esa falta. Felicitémonos por ello.

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