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A cualquier precio, no

La incomprensible impostura del PSOE de hoy es de excepcional gravedad para los intereses de todos los españoles

Sábado, 4 de enero 2020, 01:50

El PSOE de hoy liderado por Pedro Sánchez está erosionando gravemente toda la arquitectura estatal, tan laboriosamente construida gracias al PSOE de antes, cuando era líder en la forja de políticas centristas, y no de las hipócritas ideologías extemporáneas que articula hoy, desvirtuando sus siglas en un desmesurado afán por alcanzar el poder a cualquier precio.

El diálogo político es necesario, pues claro que sí. Pero hasta donde es posible. Desde luego es quimérico mantenerlo con fuerzas políticas antagónicas, cuyo único fin perseguido es destruir nuestra democracia y el edificio que la sustenta. Los socialistas, en su propuesta de gobernar a cualquier precio, utilizan una falacia política a la que llaman diálogo y tolerancia. ¿A quién creen que engañan cuando fingen un acuerdo con Ezquerra Republicana por la vía constitucional, cuando eso es metafísicamente imposible? En vez de restaurar la convivencia perdida en Cataluña, van a conseguir agrandar la brecha del intento de ruptura del que no adjuran los republicanos.

Este PSOE, que está jugando con fuego abandonando el centro político, la casa natural que habitaba históricamente durante toda la democracia, tardará muchos años en recuperar la confianza de ese espacio ideológico. La incomprensible impostura del PSOE de hoy es de excepcional gravedad para los intereses de todos los españoles y de su seguridad constitucional al negociar con Esquerra Republicana y otros partidos afines que tienen el único objetivo de desmontar la actual estructura del Estado español, con el liderazgo de un empecinado Iceta queriendo llevar a una España moderna hasta el obsoleto mundo de las tribus.

Pedro Sánchez no ha sido investido como candidato a la Presidencia del Gobierno para que en esta fase resuelva el conflicto catalán. Ha sido nominado para formar un gobierno fuerte capaz de hacer frente a los problemas de todos los españoles. Claro que existe un conflicto político en Cataluña. Es el que provoca sin descanso el independentismo catalán violentando al Estado español desde las instituciones catalanas que gobierna, puestas al servicio de su objetivo final de programas e intereses, pisoteando y hurtando los derechos de los otros catalanes que no piensan como ellos. Todo esto es lo que no está diciendo el PSOE cuando negocia con ERC y sus afines el apoyo a su investidura de Pedro Sánchez, y, mientras que pactan secretamente con ellos, transmiten maquiavélicamente farisaicas palabras de doble sentido de cara a la opinión pública. Ni en la cabeza del más insensato entra que ERC pueda y quiera apoyar la gobernabilidad y estabilidad de España. Después de la investidura, si se alcanza, ¿cómo y quiénes marcarán la línea de los Presupuestos Generales del Estado y las leyes imprescindibles, sin privilegios para unos y sí para el de todos los españoles? No conocemos hoja de ruta alguna, ni qué apoyos fiables tiene para gobernarnos.

Pedro Sánchez descarta un pacto con los partidos constitucionalistas. Prefiere a las fuerzas partidarias de la secesión de Cataluña, como es el caso de ERC, que aspira a ser la fuerza decisiva, convertida gracias al PSOE en árbitro del sistema constitucional, para descomponerlo mejor. No sabemos qué se ofrecen unos y otros, ni de lo que traman sobre la unidad territorial, ni de la revisión del autogobierno catalán, ni del sistema de financiación. Ante esta perspectiva de futuro tan incierto, lo digo claramente, lo más responsable y conveniente sería la celebración de nuevas elecciones. Es lo mejor.

Lo peor de lo que está ocurriendo es la perversión de los fines. No se está negociando un gobierno para España, ni una nueva Ley Electoral justa y no artificiosa y engañosa como lo que tenemos en vigor desgobernando a España. Lo que se está buscando, en el mejor de los casos, es una solución a cualquier precio en beneficio de los independentistas catalanes. Se está fomentando una política contra el Estado, no a favor del Estado. Esto es lo que está haciendo el PSOE mientras pide a los partidos constitucionalistas que se abstengan y le dejen gobernar sin que sepamos aun para qué y por qué.

El panorama político español de hoy no puede ser más dantesco. Somos víctimas del mesianismo de líderes indocumentados, guiados únicamente por su egoísmo e ignorancia, que trasladan al ciudadano un sentimiento generalizado de orfandad ante el porvenir de todo lo español. Con una extrema derecha española arrogante; un PP pasivo sin soluciones alternativas conocidas; un centro político decadente encerrado en sí mismo, y un PSOE rendido ante el nacionalismo identitario, olvidando su historia y apellidos. Todos haciendo malabarismos, dinamitando nuestros sueños de unidad, tan profundos en el alma de los españoles, salvo en las minorías mesiánicas que nos dirigen hoy.

El PSOE y las fuerzas radicales o no de izquierdas, que son las llamadas a enarbolar las banderas de la solidaridad, la fraternidad y el internacionalismo, son las que protagonizan hoy el 'procés' identitario, no los derechos y libertades de todos, contemplando impávidos las políticas aberrantes de la Generalidad actual. Es trágico. Esas fuerzan nunca explican por qué unas regiones tienen tanto y otras tan poco. Siempre hablan del 'procés' y del espíritu de Guernica, pero no de fraternidad, de empleo para los jóvenes, ni políticas de dependencia, ni tantas otras urgencias. Solo palabras vacías.

Paulo Coelho dice que cuando algo sucede dos veces sucederá una tercera vez; es decir, no hay dos sin tres. Nuevas elecciones. Cuanto antes, mejor.

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