Política regional y Mar Menor: salgan del acuario
Sacar Medio Ambiente de la Consejería de Agricultura y robustecer su estructura con personas capaces y preparadas sería un buen principio
Amo mi Región. He visto llorar a niños en las orillas del Mar Menor. La verdad de la política regional está en las aguas del ... Mar Menor. Ya no hay crédito. Hay heridas que, en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos.
Publicidad
Como médico especialista en salud medioambiental, siento que las pérdidas de una sola especie, por pequeña que sea, constituyen un auténtico fracaso para la humanidad. La mera existencia es el valor más verdadero de los seres vivos. Muchos seres vivos mueren en el Mar Menor por una injusticia ambiental 100% prevenible. Y la herida sigue abierta, acechante, como el rayo que no cesa.
En 2021, dediqué dos columnas aquí, una a reclamar un Nuevo Contrato Social con la Naturaleza (Mar Menor), y otra a llamar la atención sobre la ecología política como asignatura pendiente en la Región. El medio ambiente está huérfano en el Consejo de Gobierno Regional. No hay contrapesos. La falta de reconocimiento por el medio ambiente de nuestra Administración y concebir la Naturaleza como un mero almacén de recursos convierte también sus estrategias de gobierno en actos de explotación. El desprecio por el medio ambiente del Gobierno regional nos avergüenza a todas las gentes de bien. Una política asentada en creencias y no en el conocimiento. La Consejería de Agricultura ha dejado la administración medioambiental raquítica y con una dirección carente de liderazgo y capacidad. Somos 'zona de sacrificio' con una carga desproporcionada de actividades contaminantes. Abocados, si nadie lo remedia, a ser una 'región fallida' en una peligrosa espiral de corrupción social, políticos vulnerables y pobreza.
Mi compromiso es firme con la infancia y con la Naturaleza. Me conjuré a ella porque sé lo importante que es para construir salud, bienestar y felicidad. Algunos me reprochan mi optimismo, pero el optimismo me acude porque conozco en profundidad el sufrimiento humano, y sobre todo por la confianza que tengo en la Naturaleza y en ver cómo retribuye la ternura y bondad que recibe. La política regional sigue instalada en un acuario: arrebatos, oxigenar la pecera, emergencias, ocurrencias. No han entendido nada. En la Naturaleza nada se apresura, pero todo sucede.
Publicidad
El #SosMarMenor esencialmente es un problema de democracia, soberanía y transparencia. Si te dedicas a 'no-hacer' política ambiental, te la terminan haciendo. El lobby agrícola influye con buena lógica en la política y sociedad en beneficio de sus propios intereses. Pero se convierte en peligroso cuando entra en conflicto con los intereses de la población general. Un sector económico que exclusivamente piensa en beneficios financieros solo genera trampas, y acaba sin reputación. Es necesario impulsar políticas que faciliten la participación de los ciudadanos y la transparencia. Evitar el victimismo, servilismo y tranquilismo institucional.
El Mar Menor es el alma de la Región, vertebra territorio y genera sentido de pertenencia. Sin alma no se puede vivir. Descontaminar los ambientes en los que convivimos no va a ser fácil. Ordenar el territorio y la necesaria reconversión agroecológica del Campo de Cartagena requiere tiempo, dinero y la audacia e ilustración de mentes prodigiosas para superar los poderosos intereses creados. Esta transformación requerirá liderazgos valientes, la creación de nuevas estructuras como la DG de Agroecología, concejalías del Campo, nuevos modelos comerciales y de capitalismo responsable en el Campo de Cartagena y Mar Menor. Vendrá acompañado de una mejor redistribución de los recursos. El #SosMarMenor conlleva importantes cambios sociales.
Publicidad
Esta crisis quizás sea la última oportunidad que tenemos como Región para abordar con valentía nuestro futuro con los cambios e incertidumbres, e incluso miedos, que el destino conlleva; y que emergen de un Nuevo Contrato Social con el Mar Menor. Ganar la confianza a través de una ecología reconciliadora que nos saque de las posiciones binarias y contemple el uso combinado de múltiples procesos, con una meta clara en la prevención de la contaminación y participación social.
Pero este Gobierno regional carece del liderazgo, cultura, determinación y eficacia en la política ambiental para hacerlo y enfrentarse con éxito al desafío. A diferencia de 2016, ha perdido mucho crédito ante la sociedad. Sacar Medio Ambiente de la Consejería de Agricultura, robustecer su estructura y dotar la dirección con personas capaces y preparadas sería un buen principio. También reclamo la atención a una oposición mayoritaria secuestrada por el miedo, que alimenta populismos. Los grandes partidos siguen instalados en la resistencia al cambio y en la comodidad del acuario.
Publicidad
Para los ciudadanos debemos respeto; para los peces muertos, la verdad. Cerrar los ojos al Mar Menor solamente nos hace más ciegos en un paraíso de tontos. A los políticos regionales: la confianza no se compra, se merece. Necesitamos a los mejores para una gobernanza ambiental. Sin liderazgo no hay propósito de Región que valga. Luengo, dimita, el desafío ambiental le ha superado. A los grandes partidos políticos, aparten a los mediocres. Salgan del acuario.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión