El poeta que escribe despacio

ALGO QUE DECIR ·

Sus alumnos hablaban maravillas de él, porque les había inculcado el amor por la palabra, así de simple

Miércoles, 24 de noviembre 2021, 01:48

Acaba de celebrarse hace unos pocos días el acto de apertura del curso literario 2021-2022 de la Asociación de Poetas y Escritores del Real ... Casino de Murcia con el homenaje al escritor José Luis Martínez Valero. Convive el poeta de Murcia con dos incongruencias flagrantes, la de su edad, pues nació en 1941 y, por su aspecto, ha parecido siempre un hombre maduro y atemporal, y la de su nacimiento, Águilas, una pequeña ciudad levantina y soleada del sur que no se ha correspondido nunca del todo con su talante sobrio, su tono mesurado, su dicción castellana, su postura moderada y su aspecto sereno de hombre curtido en mil batallas de la palabra.

Publicidad

Lo hemos visto y lo hemos oído en más de una ocasión recitando sus versos con la profunda parsimonia del que no tiene prisa por llegar a sitio alguno, porque tal vez conoce el secreto del tiempo y sabe que la poesía se enriquece en el silencio de los años transcurridos y en la quietud. El poeta ha dado siempre muestras de una sabia aquiescencia con el mundo que ha vivido y ha dado cuenta de ese optimismo en una obra lírica profundamente celebratoria, donde no resulta difícil vislumbrar las huellas, que no mero débito, del gran Jorge Guillén.

Lo vengo frecuentando como amigo, mentor y maestro casi treinta años y lo que me aproximó a él desde el principio fue justo que no parecía un poeta murciano.

Luego supe que había sido un extraordinario profesor de Lengua y Literatura y que sus alumnos hablaban maravillas de él, porque les había inculcado el amor por la palabra, así de simple, tan lejos de estos míseros estándares del presente pedagógico, de estas servidumbres de las programaciones, los pdi y demás monsergas administrativas. Solo un hombre y una voz en un aula, su amor por la literatura y un puñado de jóvenes escuchándolo embelesados. Así me gustaría a mí que me recordaran.

Y luego está el poeta, el hombre de letras, que siempre anduvo despacio por los caminos del mundo y de la vida. A los cuarenta y un años publicó en la ERM su primer poemario, 'Poemas', y pasó bastante tiempo hasta que llegaron 'La puerta falsa' (2002), 'La espalda del fotógrafo' (2003), 'Plaza del Belluga' (2009), 'Libro abierto' (2010) y 'Puerto de sombra' (2017), así como los ensayos 'El escritor y su paisaje' (2009), 'Merced, 22' (2013), 'La isla' (2013) y 'Daniel en Auderghem' (2015), 'Tres actores y un escenario' (2006), 'Tres monólogos' (2007) y el cercano 'Sintaxis' cierran la nómina de todas sus obras publicadas hasta la actualidad.

Publicidad

Ha coordinado el ciclo Poesía en el Archivo en 2007, 2008 y 2009 y ha sido guionista de los documentales 'Miguel Espinosa' y 'Jorge Guillén' en Murcia. Es también un notable aguafuertista, de lo que nos consta a los amigos que hemos ido recibiendo cada año sus valiosos presentes plásticos.

Pero por encima y al margen de todo esto yo lo he venido percibiendo siempre como un estilo, una forma de estar en el mundo tan ajena al bullicio y a los saraos de la esfera de los letraheridos que ha parecido siempre permanecer al margen, muy lejos, en las antípodas y sonriendo para sus adentros con esa media sonrisa sardónica tan suya, paladeando algunos de los mejores versos de la tradición castellana.

Publicidad

He leído su obra entera y espero leer lo que queda. Y nunca he dejado de aprender de él, porque de un maestro uno espera siempre aprender algo, impregnarse de la sabiduría antigua y perenne de su palabra y de su ejemplo: «Todo es fragmento/ el día, la noche/ este minuto y escribo».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad