Objetivo: Mar Menor

La Fundación Estrella de Levante ha querido que el primer proyecto a realizar se focalice sobre este emblemático entorno regional

La Región de Murcia constituye un lugar complejo y fascinante desde sus costas hasta sus elevadas montañas, pasando por zonas desérticas y frondosos bosques. La ... belleza y la capacidad de nuestra región de maravillar para cuantos la visitan es absolutamente asombrosa y en algunos casos enamora. Como, por ejemplo, al propio rey Alfonso X, del que en noviembre celebraremos el 800 aniversario de su nacimiento.

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Una de las cuatro líneas de actuación sobre las que se apoya la recién nacida Fundación Estrella de Levante es el compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad, focalizado en concreto en el cuidado del agua. Pensemos que en el sureste español la escasez hídrica supone un problema casi más importante que el cambio climático, aunque realmente sea una consecuencia del mismo. Y si algo está presente de manera continua en la elaboración de la cerveza es el agua, desde el cultivo del cereal, su fabricación y en el propio producto, que es mayoritariamente líquido. Por eso queríamos prestar atención a dos enclaves que son fundamentales en el ecosistema hídrico de nuestra región. El río Segura que nos vertebra y nuestro querido Mar Menor, al que Carmen Conde describía como «ese mar arracimado en dos brazos de tierra clamorosos de jaloque y lebeche, un espeso vino viejo de sales y de yodo». Una laguna que forma parte de la identidad de cuantos habitamos y sentimos esta región, y cuya preocupación por su estado ambiental crítico trasciende a buena parte de la sociedad española y de la propia Unión Europea. Sobre todo tras los episodios de 'sopa verde' y muerte de peces de los últimos años.

En este sentido, la Fundación Estrella de Levante ha querido que el primer proyecto a realizar se focalice sobre este emblemático entorno regional. Un proyecto de limpieza de los fondos marinos y las playas del entorno del Mar Menor en colaboración con la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, quienes cederán tres embarcaciones y 4 buceadores encargados de rastrear las distintas playas e identificar las zonas con presencia de restos, para una posterior actuación de recogida de estos residuos.

La Fundación quiere impulsar proyectos de investigación para resolver en origen los problemas de la laguna

La embarcación más pequeña, de 5 metros de eslora, se utilizará para llegar a aquellas zonas de menor profundidad, generalmente las zonas más próximas a la costa, pudiendo llegar a trabajar con profundidades de 50 cm. Las otras dos embarcaciones, de 8 y 10 metros, se utilizarán para zonas de mayor profundidad, de forma que entre las tres se pueda rastrear y acotar la mayor parte del Mar Menor. Por último, se transportarán todos los residuos recogidos a un gestor autorizado.

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Esta primera limpieza durará unos quince días y se prevé trabajar inicialmente sobre las zonas de mayor afección, como pueden ser las desembocaduras de las ramblas, así como en las zonas más damnificadas por las últimas DANA, como son Los Urrutias, Los Nietos o los Alcázares, sin renunciar a cubrir la mayor extensión posible, alcanzando todas las orillas que baña el Mar Menor.

Casi en paralelo, la Fundación quiere impulsar proyectos de investigación, que puedan resolver en origen los problemas de contaminación de la laguna. A tal fin se ha firmado un convenio de colaboración con la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) para testar alternativas de filtros verdes, que permitan reducir el aporte de nutrientes al Mar Menor.

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En la finca experimental Tomás Ferro, que la Universidad tiene en el campo de Cartagena, próxima al Mar Menor, se ha realizado un cultivo de cebada, con las variedades que emplea Estrella de Levante. Aprovechando que la cebada es un cultivo de bajas necesidades nutricionales y muy resistente a la salinidad, los investigadores de la UPCT regarán diferentes parcelas del cultivo con aguas con distinta salinidad y solamente con aportes nutricionales derivados del riego de otros cultivos. A partir del análisis de la respuesta agronómica de las plantas, definirán el modo de producción más eficiente para ahorrar agua y reducir al mínimo los nitratos que llegan a los suelos. Para la investigación se emplearán sensores comprados por la Fundación dentro del convenio firmado, con los que se medirá humedad, temperatura y salinidad, un lisímetro de drenaje permitirá conocer el estado hídrico del suelo y a partir del vuelo de drones equipados con cámaras de termometría infrarroja se podrá analizar la evolución del cultivo.

Estas dos iniciativas no son las únicas que está planificando desarrollar la Fundación. Se está trabajando en otras diez medidas con las que queremos hacer de efecto tractor para que otras empresas y asociaciones de la Región se sumen a poner su grano de arena con el objetivo de «conseguir que el Mar Menor alcance y mantenga un buen estado ambiental de manera que los múltiples servicios que este ecosistema le ofrece al bienestar humano puedan utilizarse de nuevo de forma equitativa y duradera», tal y como recoge la Estrategia de Gestión Integrada de Zonas Costeras del Sistema Socio-Ecológico del Mar Menor y su Entorno, publicada en abril de este año.

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