Como la noche y el día
LA RAMPA ·
La tertulia con monseñor Juárez trajo 'La Paz' de Bolivia a 'La Luz' de MurciaLos romanos llamaban 'paganos' a quienes vivían en los pagos (el campo) y aún no se habían convertido al cristianismo cuando este fue declarado religión ... oficial. Y eso es lo que somos los ciudadanos de a pie, unos auténticos paganos, pero no al modo romano antiguo sino a la manera que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua define al pagano: «Persona que paga, generalmente por abuso, las cuentas o culpas ajenas».
Lo pagamos todo. Y la mayoría de las veces, abusivamente. Ya he comentado en algún otro artículo la adoración por la 'nueva religión', por el nuevo dios, el dinero, el afán por enriquecerse. Y cuanto antes, mejor. Deprisa, que es el signo de los tiempos. Están avispados y aprovechan cualquier incidencia. Así que cada vez que surge la palabra 'crisis' pienso en el pueblo y me pongo a temblar, como cantaba Carlos Cano con la palabra 'patria', tantas veces sinónimo de guerra.
Estamos en guerra, sí, porque lo que ocurre en Ucrania nos afecta, pero algunos paisanos declaran su particular guerra de subida de precios aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Muchas veces con incrementos superiores al 8 por ciento que indica la inflación. Lo que antes nos costaba 2 euros, ahora lo venden a 3 y eso significa un aumento del 50 por ciento.
Es, decía, el nuevo dios. Esta nueva religión no piensa en el más allá –el innato deseo de inmortalidad– sino en el más acá, en el 'ande yo caliente y que proteste la gente'. A la nueva religión le estorban la pobreza, la estrechez y todo lo que suponga penuria. Pero el dibujo tiene también otra cara. Hay quienes abandonan la zona de confort como pude comprobar el lunes último. Fue como la noche y el día, esas dos hermanas que se engendran la una a la otra, porque recién visitado ese ancho establecimiento de El Palmar (La Arrixaca) donde se alberga y alivia el dolor, tuve la fortuna de encontrar un rescoldo de sosiego aureolado por una afabilidad distinta a la habitual cortesía. Lo más parecido a la paz terrenal.
Ocurrió en la Casa de la Luz, en Zarandona, en la tertulia que monitorea Ruiz Vivo, donde dos sacerdotes murcianos, que no han cambiado de Dios, dieron ejemplo de vida. Gracias, 'padre Pepe', Gracias, Monseñor Juárez.
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