Es habitual oír quejas sobre la renuncia a la excelencia en nuestro sistema educativo, pero viendo la paupérrima dedicación y preparación de quien dirige esa ... política pública en esta Región es entendible la grosera mediocridad de nuestros indicadores. Ayer la consejera de Educación reapareció, como el que va obligado a un examen, para leer un guion sobre el inicio del curso y dejar las respuestas a las preguntas de los medios informativos a los directores generales, quienes llevan en realidad la gestión de ese sensible departamento (y menos mal). En la actual coyuntura habría venido bien a las familias una revisión al alza de las becas de estudio y de comedor, pero eso parece mucho pedir a una consejera sin pulso y empatía política, que solo ambiciona seguir hasta que dure esta mata. Eso sí, habrá ayudas para 3.500 familias y 1.300 plazas gratis en Educación Infantil, nada estructural por cierto y porque llegan 40 millones del Ministerio que deben dedicarse a tal fin.
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