'Alegoría de la Justicia y la Paz', de Corrado Giaquinto. Museo Nacional del Prado
La Vereda del Capitán

Isabel Ramos Serna, allá donde estés

Sabía que una parte de nuestros corazones se fue con ella

Sábado, 8 de noviembre 2025, 08:17

La profesora de enseñanza secundaria del I.E.S. Infante D. Juan Manuel de Murcia Isabel Ramos Serna se marchó hace hoy justo una semana. ... Nunca la olvidaremos. Enterarte de que ha muerto alguien a quien aprecias es una noticia difícil de encajar. Me acordé de las palabras de Bécquer sobre aquel pueblo que despierta, y «ante aquel contraste de vida y misterio, de luz y tinieblas», él pensó un momento: «'¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!'».

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Recordé la buena acogida que nos brindó una tarde de verano, justo recién salidos de la pandemia, en su villa florida de La Ribera de Molina, que sirvió de escenario para grabar algunas entrevistas para el documental 'La eternidad de las palabras', sobre la vida de la poeta cartagenera María Teresa Cervantes, por la que amigos en común como Francisco Torres Monreal, Ana Cárceles y Juana J. Marín Saura sentían una gran admiración. La opípara merienda que organizó la discreta y ejecutiva Isabel, en unos pocos minutos, sorprendió al cineasta Primitivo Pérez. Buena anfitriona, desde luego, propiciando encuentros. Era una gran esteta, y sabía que sus amigos, tan conectados con la naturaleza, también podían ser alimentados espiritualmente. Un poema es un bien, y nos ayuda a respirar.

Ciertamente pienso en la suerte que han disfrutado Paco e Isabel compartiendo juntos una vida. Ambos fueron alumnos de Filología Francesa en la Universidad de Murcia; recibieron clases de fonética francesa de Margarita Zielinski, de quien aprendieron algo que ellos supieron valorar ya en su momento: la honestidad académica. Margarita no faltaba a ninguna clase, hacía seguimiento de cada uno de los estudiantes, incluso anotaba las dificultades de cada uno en su ficha, así como los progresos... así lo detalló el propio Torres Monreal en el homenaje a la primera profesora de francés y creadora del Laboratorio de Idiomas cuando cumplió los 100 años. ¡Inolvidable!

En la despedida de Isabel, encontré muy arropados a sus hijos [Irene, María Teresa y Francisco], a sus nietos [Diego, Jorge y Vera] y su hermano [Antonio]. Me reconforta pensar que sus amigos de la asociación Samarkanda la recordarán por senderos del mundo y que la asociación de música Alfredo Kraus, con la que durante quince años se promocionó la cultura operística en La Ribera, pasará a llevar el nombre de Isabel Ramos. Una mujer cercana al mundo de los necesitados, de los pobres, de los sin techo. Ejerció como voluntaria en la Fundación Jesús Abandonado, ofreciendo abrazos y palabras a los desamparados. Todos sabían que al menos ella los escuchaba. Isabel esquivó los honores, pero sabía que una parte de nuestros corazones le pertenece.

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