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Hace mucho tiempo que escucho la radio. Todo el día, siempre que puedo, está encendida. Miles de horas cada año, programas de toda índole. Entre ... mis favoritos, 'La Cultureta', de la que soy leal oyente, fiel a mi cita en 'podcast' cada semana, normalmente el sábado. Lo divino, lo humano, lo terrenal, lo postexpresionista, la dualidad wagneriana. Todo está en la 'Cultureta', y me encanta.
Lo malo es que constato, programa tras programa, lo tarde que llego a todo. Ellos ya han visto la peli en un pase reservado antes de que se estrene. Las editoriales les han enviado las últimas publicaciones antes de que estén en librerías. Ya habían visto todo lo de Albert Serra mucho antes de que tuviera la intención de hacer 'Tardes de soledad'. Cuando te sientas a ver una serie, lo haces condicionado por sus opiniones (normalmente rotundas y casi siempre binarias: buenísimo-malísimo), porque, naturalmente, se han metido los 10 episodios mientras escribían columnas y libros y salían en programas de televisión y radio y presentaban sus libros o los de otros y asistían a eventos interesantísimos. Y han visto esa semana 4 series, 5 películas y han leído 6 libros. Ave María Purísima.
Así me pasó al ver 'El Gatopardo', una superproducción italiana basada en la novela de Lampedusa. Todas las opiniones coincidían en que es terrible.
–Uf, qué mal está Angelica, y cómo era Cardinale en el mismo papel, es que no hay punto de comparación...
–Y Concetta, ¿qué pinta Concetta?, sobra Concetta, Lampedusa habría matado a quien osara mancillar su texto original. Ah, que el texto original no existe, que se reescribió y lo que se publicó no se ajusta al manuscrito original. Da igual, Concetta, un horror.
–Y qué espantosa descripción del problema de fondo, Il Risorgimento no queda cartesianamente retratado, no hay fidelidad histórica. Bueno, yo soy muy amigo del hijo del editor de la novela original, y eso me da la legitimidad para protestar enérgicamente, qué descaro, ¿cómo se atreven? ¡Anatema!
–Y las mazmorras, tengo presente el pasaje de las mazmorras porque lo he leído 600 veces y la adaptación pierde completamente el magnetismo de la depravación que subyace en las cadenas y artilugios de esas habitaciones proscritas...
Y así un buen rato. Cómo ya son muchos años y les tengo cogido el aire, me senté a verla porque sabía que me iba a gustar. Una fotografía espectacular, un vestuario cuidadísimo, unos paisajes de ensueño, miles de extras, palacios, intrigas, derrota, histeria, historia, resignación, nobleza de espíritu, debilidad, honor, idealismo... todo en su justa medida, un producto de entretenimiento brillante, un manejo de la intrahistoria fantástico, una serie de plataforma para disfrutar, como antaño en el cine, de una tarde (o varias, que a nosotros no nos cunde tanto el tiempo), de un buen rato. Hacerlo librándome de la etiqueta de vulgar a la que habían condenado la serie en las ondas (o en la Onda) fue lo que más me costó, sinceramente. Pero lo conseguí, y celebro haberlo hecho.
Justo lo contrario me pasó con 'Adolescencia'. El lío del plano secuencia. Que si el plano secuencia es lo más, que como no va a ser una obra maestra si está todo rodado en un plano secuencia, que si es perfecta, que técnicamente es el nuevo canon, cuanto talento... y así otro buen rato, sin entrar en la temática, claro, que fue desmenuzada desde todos los puntos de vista, neuropsicológico, sociológico y hasta antropológico... en fin. También la he visto. Condicionado, claro, pero la he visto. Me pareció angustiosa. Una reflexión prescindible sobre algo que, elevado a categoría, parece una nueva plaga bíblica. Un adolescente débil y marginado asume una posición de poder como compensación a su maltrecha autopercepción y hace algo terrible. ¿Y? ¡Pero si esto es el pan nuestro de cada día desde que el mundo es mundo! La gente va por ahí haciendo cosas malas mucho tiempo antes de que hubiera redes sociales. Siempre ha habido maldad en los adolescentes, igual que en los adultos y en los niños. Esto es así. Y, especialmente, cuando alguien lo está pasando muy mal porque la presión externa es enorme y se convierte en un marginado a la fuerza. Pero como el asunto de las redes es muy moderniqui y los emoticonos han creado un lenguaje paralelo (ya ves tú, berenjenas y corazones de colores y cuatro dibujitos) pues es lo último de lo último y hay que decir que constituye el retrato de una nueva generación que trasciende los marcos establecidos, supera cualquier otro fenómeno lejanamente parecido en cualquier otra época y pone a la civilización occidental frente a un nuevo punto de inflexión. Tela.
En fin, me encanta 'La Cultureta'. Eso sí, cuando termina pongo a los Cowboys de Medianoche. Honestamente, me reconcilian con la verdad.
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