«¡Y tú más!»

LA ZARABANDA ·

La clase política infantiliza el dramático tema del Mar Menor

Miércoles, 18 de agosto 2021, 00:14

Con el telón de fondo de un Mar Menor ya muy malico, los políticos interpretan una pelea eterna en el tiempo. Se atribuyen mil pecados ... entre ellos. Y no hay manera de sacarlos de ahí. Eso hace que los espectadores están desconcertados y sobre todo aburridos. «Vosotros sois unos cenizos», dicen los que ocupan el proscenio. «Y ustedes, unos cantamañanas», replican los que se han situado detrás. Intervienen de nuevo los que están más cerca del público: «Y vosotros, unos mindundis». A lo cual responden los del otro montón: «Y ustedes, más todavía».

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–¿Y esto cuándo se acaba? –pregunta, escandalizado, un buen hombre en su butaca.

–Por lo que se adivina, nunca jamás –le aclara el vecino.

Y así van pasando las horas, los días y los años. En un momento dado, un señor del gallinero, que ya no puede aguantarse, grita a los actores del horrible sainete: «¡Infusorios!». Incluso a pesar de esto (que es pura opinión pública), la representación sigue y sigue.

No sé ahora, pero a los zagales de antiguamente nos educaban usando fábulas. No siempre, claro. Para desengrasar, el maestro nos regalaba una de cuando en cuando. Y nosotros la aceptábamos gustosos, pues era un caramelo para nuestra joven y todavía exaltada imaginación.

Esta fábula de Tomás de Iriarte (el otro era su primo Samaniego) se titula 'Los dos conejos' y empieza así, probablemente aludiendo a la manera en que dicen estar resolviendo lo del Mar Menor: «Por entre unas matas, / seguido de perros, / no diré corría, / volaba un conejo. / De su madriguera / salió un compañero / y le dijo: 'Tente, /amigo, ¿qué es esto?' / '¿Qué ha de ser?', responde. / 'Sin aliento llego... / Dos pícaros galgos / me vienen siguiendo'. / 'Sí', replica el otro, / 'por allí los veo / pero no son galgos'. / '¿Pues qué son?' 'Podencos' / '¿Qué? ¿Podencos dices?'. / 'Sí, como mi abuelo. / Galgos y muy galgos, / bien vistos los tengo.' / 'Son podencos, vaya, / que no entiendes de eso.' / 'Son galgos, te digo.' / 'Digo que podencos...».

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En esto estaban cuando llegaron los perros. Pasado un instante, un decorado hecho jirones mostraba al Mar Menor agonizando.

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