Ahí lo tienes. Hecho un señorito. El virus de aquellos tiempos del murciélago y el armadillo ha regresado a Wuhan, cuando los chinos se pensaban ( ... y tan satisfechos, oye) que se lo habían quitado de encima definitivamente. Y lo ha hecho el jodío de él, no en su forma originaria (o sea: chino, chino, capuchino), sino variado a Delta, tal como se reconvirtió durante su estancia en la India. Lo llaman Delta para no herir la sensibilidad patriótica de los indios. La famosa gripe española no fue, sin embargo, invención nuestra, pero bien que nos la adjudicaron a los de por aquí. Con toda la mala leche del mundo.
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Los 'expertos' que fueron a Wuhan en su día para conocer a fondo cómo y de qué madre nació la Covid, hacían su trabajo, mientras los chinos que los contemplaban se descojonaban de risa. Hay que ser ingenuos para presentarse allí meses después (échale hilo a la birlocha) convencidos, pero equivocados, de que iban a sorprender a los wuhaneses con la casa sin barrer. Parecía que esos comisionados hubieran tomado del refranero murciano aquello de 'mientras rule, no es chamba'.
Cuando llegaron estos tíos a Wuhan, los de allí, temiéndose la tostada, habían fregado una y otra vez suelos y paredes, y no se olvidaron de rociar con Flit, tan eficiente, el entero laboratorio donde nació y creció (hasta convertirse en pandemia) el más descomunal tomate vírico que diera tomatera ninguna, ¡hombre, por favor!
El virus chino, transustanciado como digo en indio, se ha permitido la chulería de presentarse en Wuhan. Era este el lugar más limpio y seguro del planeta en lo tocante a Covid, morciguillos y armadillos. '¡Aquí no ha pasao na!', pero escrito en chino de Ming, dicen que reza una enorme pancarta instalada en el fielato de aquella provincia, hoy castillo famoso. De aquí deducimos que la presencia, allí y ahora, de la variante Delta ha sido una chulería por todo lo alto. Y una humillación para chinos tan diligentes que, en solo unas horas, dejaron la zona tan desinfectada que se podían comer sopas en los matraces, en las probetas y hasta en las suelas de las sandalias.
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O sea que nada.
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