La tercera dosis

LA ZARABANDA ·

Todavía faltan datos para considerarla una actuación conveniente

Hace ya días que viene asomando la oreja (con la que llamaremos frecuencia sibilina) la tercera dosis de la vacuna contra la Covid de nuestros ... pecados. Como suele suceder, las posiciones están ahora mismo encontradas. Moncloa, por boca de la ministra de Sanidad, dice que habrá que ponérsela. Algunos que van más allá y proponen que nos pinchen cada año, como pasa con la gripe o con el toro en la corrida. Otros, más cercanos al mundo científico, piensan diferente. Y le adjudican a la farmacéutica más partidaria de la nueva dosis, la Pfizer, un desmedido afán de ganancias económicas.

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Quien se manifiesta así tiene nombre y apellido. Se llama Carmen Cámara, inmunóloga de La Paz y miembro de la Sociedad Española de Inmunología. Explica que, entre los fabricantes de la vacuna, existe un movimiento comercial al cien por cien. «Esto no significa –añade– que al final haya que acabar poniendo una tercera dosis, pero ahora no hay datos y no es el momento de decidirlo». Más claro, agua.

La verdad es que, en lo que se refiere a este virus tan impertinente y, a la postre, dañino queda mucho todavía por aprender. Cuando empezó el tomate pandémico (con su leal amigo y colaborador incondicional llamado Botellón) hubo que actuar a toda prisa. El mundo entero estaba en vilo, viendo a ver si alguien inventaba una vacuna que fuera lo bastante buena para acabar con el bicho. Es de justicia reconocerle a la ciencia su rapidez en encontrarla. Y debemos agradecer a los sanitarios su dedicación a pesar del riesgo a contagiarse.

Ambos méritos están aceptados por la sociedad. Pero, a estas alturas, está pendiente imponerse con más fuerza todavía a las variantes del virus y atajar/evitar algunas secuelas entre quienes han contraído la enfermedad. Se trata en fin de encontrar medicinas nuevas para meter la Covid en vía muerta. Todo se andará, pero, mientras eso sucede, vamos a tener que soportar todavía peplas poco agradables. Por eso es de sentido común precaverse y seguir tomando medidas, como la mascarilla, la distancia entre personas y todo lo que ayude a no ser infectado por otros.

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Y volviendo a la tercera dosis (¡y probables sucesivas!), habrá que esperar a ver.

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