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Ojo a la CH

LA ZARABANDA ·

Conviene que los viejos cardiacos sin ocupación sepamos de qué va esto

Los viejos (y no tan viejos) con insuficiencia cardiaca, en cuanto que se publica en la prensa algún descubrimiento sobre este padecer tan nuestro, saltamos ... de la silla o se nos cae la garrota de las manos. No es que nos pasmemos, sino que nos interesa saber si, además de controlar la tensión y el colesterol malo, debemos ocuparnos de alguna otra pepla nueva. (Es parecido a cuando sale una vacuna contra la Covid que, según te avisan desde el principio, no es para ancianos, pero las instancias deciden ponérsela a gente de sesenta y cinco para arriba. Pues, joder, los dedos se te hacen huéspedes).

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Investigadores del CNIC y del Hospital de la Arrixaca han trabajado en la 'hematopoyesis clonal'. Es la afección que tiene lugar cuando una célula sanguínea produce otras células que no son las acostumbradas.

–¿Y qué?

Cómo que ¿y qué? Pues que, según el doctor Domingo Pascual, la hematopoyesis es la causa última de la mayoría de los infartos y de muchos ictus cerebrales. Lo cual quiere decir que ciertas mutaciones somáticas influyen en la insuficiencia cardiaca, ocasionando numerosos fallecimientos. Sabido esto, los médicos podrán tratar (de manera personalizada) a los enfermos que presenten esas concretas mutaciones que decimos. O sea, una macana más que, conforme pasan los años, puede pillarlo a uno descuidado. Sobre todo siendo varón y fumador. Más todavía si eres empedernido.

Este hallazgo médico lo veo bien. Pues lo peor que nos puede pasar es que ciertas cosas que suceden en nuestro organismo, ignorando que son el origen último de un aumento de la mortalidad, se queden sin recibir los oportunos cuidados médicos.

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Tenemos por lo tanto: la dieta sin sal, andar lo que se pueda, evitar la obesidad, no tomar disgustos, la pastilla de la tensión, la del colesterol, alguna otra específica para cada caso y, de ahora en adelante, que el especialista se ocupe de tu hematopoyesis, como más convenga a tu propio ser y temperamento. Y, desde luego, procura (aunque sea a gritos) que te pongan la vacuna de la Covid (no diré si mala o buena), pero que sea de tu confianza. Para que, al menos, no te mueras de aprensión.

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